Purple Matcha

Purple Matcha despega con mucho arranque en el periodo vegetativo, y desarrolla ramas fuertes y sanas, y, en el cambio a la fase de floración, puede crecer hasta un 30%. Las plantas son uniformes, con hojas anchas, tipo indico, y muy resistentes a posibles alteraciones que podrían afectar a su evolución. Durante la fase de floración los cogollos se expanden a sus anchas sobre su magnífica estructura, cubriendo incluso la parte baja, y van adquiriendo densidad y rezumando resina hasta conformar una envoltura muy considerable del tan preciado elixir.

Purple Matcha no reclama grandes banquetes, se contenta con una alimentación normal, tirando a moderada, y no demanda más cuidados de la cuenta en ningún momento, además, se adapta a cualquier clima. En cuanto al manicurado, no hay que preocuparse mucho, una ligera intervención es suficiente, no obstante conviene quitar las hojas que bloquean el paso de la luz hacia las partes bajas de la planta. Por todo ello, prospera adecuadamente incluso en manos de personas que no se han planteado antes ocuparse de un cultivo. De cara a reforzar la estructura de la planta, cuando el peso de los cogollos sea considerable, se puede colora un enrejado. La cantidad de plantas más adecuada por m² es de 6 a 9, lo que estará definido por el tamaño de la maceta y por el nivel al que se haya llegado en la fase de crecimiento vegetativo.

Purple Matcha exhibe peculiares rasgos terpénicos que se materializan con un atrayente aroma a clavo, canela, pimienta negra y cascara de limón, en el que se incorporan notas a tierra, a madera de pino y a frutos del bosque. Con un nivel de THC del 20%, surge un potente y duradero efecto cerebral que continúa con percepciones físicas calmantes.