Vaporizadores: ¿Qué diferencia hay entre los de convección y los de conducción?

Mientras que ha podido comprobarse cómo cada vez más personas prefieren la vaporización para consumir cannabis, el mercado se ha ido conformando con cientos de marcas con una enorme variedad de productos. Dar con el idóneo no es ni mucho menos una cuestión de suerte, sino de tiempo y conocimiento de causa.

Los vaporizadores aparecen ante nosotros en una multitud de formas, tamaños, figuras y tipos. Conocer las diferencias entre ellos, comprender sus métodos de funcionamiento y saber las ventajas e inconvenientes que proporcionan determinarán el vaporizador perfecto para nosotros. La labor de investigación pasa por distinguir los de convección y conducción.

La característica distintiva de los vaporizadores de conducción radica en el proceso de vaporización, que se realiza por contacto. Esto quiere decir que la hierba se coloca sobre un elemento que aumenta de temperatura, transfiriéndose el calor por contacto directo con la superficie caliente. Una opción elegida generalmente por ser la más económica de todas. Su uso relativamente sencillo y los tiempos de vaporización más rápidos también se posicionan junto al precio como ventajas para tener en cuenta a la hora de decantarnos por ellos.

Por otro lado, en los vaporizadores de convección, el calor se transfiere a través de partículas de aire que atraviesan la hierba. Es esta la cualidad que permite que los cannabinoides se vaporicen sin que se quemen a su vez otras sustancias perjudiciales. Esta opción genera, además, un calentamiento de la hierba más uniforme con una temperatura fácilmente regulable. Entre las desventajas cabría destacar que los precios suelen ser más altos y que los tiempos de vaporización son más lentos que en los observados en vaporizadores por conducción.

Si bien es cierto que por lo general se recomienda usar vaporizadores por convección debido a las ventajas ya mencionadas, no se debe por ello menospreciar las cualidades que nos aportan los vaporizadores por conducción. No es, a fin de cuentas, una cuestión de mejor o peor, sino de tener claras las ventajas que ambos modelos nos brindan para poder determinar cuál se adecua más a nuestras preferencias y necesidades.