- Uruguay disfruta de una legislación que permite el cultivo y consumo de marihuana para uso medicinal. No obstante, a pesar de la liberación, muchos pacientes todavía no pueden ejercer su derecho. Ana María Gazmuri, presidenta de la chilena Fundación Daya, comenta en una entrevista radiofónica los motivos que explican esta situación, así como las posibles soluciones.
La Fundación Daya es una entidad chilena que surge con el fin de promover el uso de la medicina cannábica en su país. La organización, sin ánimo de lucro, provee de marihuana medicinal gratuita a más de 4000 personas. Su plantación es la más grande en toda Latinoamérica para uso terapéutico, cuya producción se destina al aceite de cannabis para el tratamiento de distintas dolencias.
En un programa radiofónico de una emisora uruguaya, Ana María Gazmuri, presidenta de Daya, ha ofrecido su opinión sobre el panorama cannábico del país. Señala que los pacientes, a pesar de contar con una legislación a su favor, no pueden acceder a los tratamientos que necesitan para paliar sus dolencias. Se ven así obligados a recurrir al exterior para obtener los tratamientos de marihuana medicinal.
Por ahora, los pacientes uruguayos que quieran tratar sus enfermedades con marihuana medicinal necesitan acudir a las autoridades, que ya contemplan sus derechos. No obstante, estas, lejos de ofrecerles una solución rápida, les entregan un formulario para solicitar la importación de un aceite estadounidense.
Los trámites burocráticos y las dificultades de acceso han dado lugar a que muchos pacientes hayan decidido viajar a Chile para obtener sus medicamentos. Sobre ello, Gazmuri comenta que la fundación en la que trabaja ha recibido muchos pacientes de Uruguay, pues en su propio país no han encontrado una respuesta a sus problemas.
“En Chile, una persona que necesita el tratamiento tiene un médico al que dirigirse, tendrá su receta y recibirá acompañamiento. Nos preocupa que los pacientes uruguayos no puedan tener estas vías de acceso”, resume Gazmuri.
La presidenta de Daya también indica que “mientras algunas patologías pueden tratarse con cultivo doméstico, otras necesitan más por su complejidad”. Para ello, el desarrollo de una industria nacional, potente y competitiva es fundamental. Así, los pacientes no tendrán que recurrir al exterior y tendrán la oportunidad de acceder a medicamentos más económicos e incluso gratuitos. El caso uruguayo pone de manifiesto que, aunque la legislación favorable es un buen y necesario primer paso, no es suficiente para hacer cumplir los derechos de los ciudadanos de manera efectiva sin el desarrollo de una producción que elimine la dependencia del exterior.
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