Ya puedes convertirte en licenciado en marihuana estudiando una carrera universitaria

A medida que se levantan las barreras legales que restringían el uso del cannabis, y son cada vez más las compañías que apuestan por hacerse un hueco en el sector, se demanda un mayor número de profesionales encargados no solo de desentrañar las propiedades de la planta, sino también de supervisar que las nuevas normas establecidas por las autoridades se cumplan. Por este motivo, han sido muchas las instituciones académicas que han decidido dar un paso al frente, ofertar nuevos planes de estudios y ofrecer a sus alumnos la posibilidad de prepararse para trabajar en la incipiente industria de la marihuana. 

Una universidad de renombre como Harvard u otras instituciones surgidas a consecuencia de las necesidades que presenta esta industria, como el Cannabis College o la THC University, ya pusieron en marcha distintas carreras para preparar a sus alumnos, sobre todo en el terreno del nuevo entorno legal y económico en el que florecen las empresas cannábicas. Pero la que recientemente ha decidido ir un paso más allá con el fin de que sus estudiantes puedan salir preparados para dedicarse al cultivo y desarrollo del cannabis ha sido la Northern Michigan University.

Allí, el departamento de Química ha lanzado un programa de estudios que aborda ramas tan dispares como la propia química, la biología y la genética, así como temas acerca de mercadotecnia, contabilidad y finanzas, para que los alumnos salgan preparados para zambullirse en el amplio mercado laboral que está propiciando el avance legal de marihuana. Lo han acotado bajo el título de estudios en Química Medicinal, aunque su labor, como ya comenta alguno de los doce estudiantes inscritos, es acabar graduados y con el título de expertos en el cultivo de la planta.

"En absoluto son unos estudios sencillos"

Estas son las palabras de Alex Roth, uno de los estudiantes que no ha dudado en inscribirse a este nuevo grado universitario. Aunque comenzó el pasado curso estudiando Ciencias Ambientales, decidió dar el salto a Química Medicinal, además de por el prometedor futuro laboral que se encontraría al acabar, porque un conocido tenía una hija de dos años que nació con una mutación genética; su familia recurrió a las propiedades terapéuticas del cannabis para aliviar sus dolencias, demostrando una vez más las cualidades medicinales de la planta. Ahí cambió la ambición de Alex. "Es una medicina legítima y está ayudando a la gente. Eso lo hace más real para mí", comenta.

La idea surgió el pasado año, cuando el profesor Brandon Canfield asistió a la convención anual de la Sociedad Estadounidense de Química. Allí supo de un grupo de expertos que habían organizado una serie de charlas en torno al cannabis y la necesidad que existía en la incipiente industria sobre las posibilidades de la planta para químicos analíticos y profesionales preparados en este ámbito. 

La iniciativa contó con el respaldo del resto del departamento. Aquellos que más recelos tenían respiraron tranquilos cuando supieron que este nuevo plan de estudios no implicaba que la universidad tuviera que saltarse las leyes estatales y federales que existen hoy para que los estudiantes pudieran cultivar cannabis y analizarlo. Los miembros de la junta directiva coincidieron al señalar que había otras muchas plantas que podían estudiar para conocer en detalle las cualidades de la marihuana. 

Según explican los responsables del departamento de Química de la Northern Michigan University, existen múltiples posibilidades para transferir al cannabis los avances que se han experimentado en el estudio de otras plantas medicinales, cuyo cultivo sí que está permitido. Los estudiantes aprenderán a lo largo de cuatro cursos cómo analizar y extraer los compuestos de aquellas cepas que tienen beneficios terapéuticos sobre la salud humana, para así conocer con mayor precisión y eficacia cómo la marihuana puede afectar y ayudar al organismo humano, más allá del tratamiento de dolor crónico, náuseas y convulsiones, como hoy se utiliza.

Mientras en el estado de Michigan se reúnen las firmas necesarias para tramitar la legalización del cannabis recreativo, ya que el medicinal está permitido, las cifras que se estiman para los próximos años en el sector cannábico son astronómicas. Por lo pronto, solo el negocio terapéutico ha provocado unos ingresos de hasta 700 millones de dólares (más de 594 millones de euros), mientras que las estimaciones a nivel federal apuntan que podrían llegar a superarse los 21.000 millones de dólares (17.844 millones de euros), si se contabiliza la venta de cannabis para ambos usos.

Y para que eso ocurra, serán necesarios muchos más profesionales capaces de realizar los controles de producción, distribución y venta que ya hoy se están llevando a cabo. En el caso de Michigan, las autoridades han anunciado que serán necesarios dos niveles de pruebas para todos los productos relacionados con la marihuana, tanto después de cosechar los frutos de las plantas registradas como una vez que se haya procesado el cannabis. Así los dispensarios deberán pedir a sus clientes su tarjeta de marihuana medicinal. Solo ellos podrán comprar los distintos artículos a los que el estado haya dado el visto bueno y etiquetado.

Además, para que los estudiantes den sus primeros pasos en el mercado laboral al tiempo que dan los últimos en el terreno académico, la universidad ya está buscando becas de trabajo con empresas del sector.

Una amplia oferta académica

Pero, como ya comentábamos al principio, este nuevo grado no es la única opción que tienen los estudiantes universitarios que quieran prepararse para el prometedor mercado laboral que está brotando relacionado con la marihuana. 

Así, existen universidades que, al calor de las legalizaciones, han surgido en los estados norteamericanos donde está permitido tanto el uso medicinal como recreativo de la planta. También cursos y planes de estudios más amplios que buscan no solo ahondar en el conocimiento de la planta, sino también preparar a los estudiantes para emprender en este sector. Entre las primeras destaca la Oaksterdam University, fundada en 2007, que asegura contar con 30.000 graduados de más de 30 países. En este caso, no es solo una escuela, sino también un centro para el activismo donde se pueden encontrar dispensarios de marihuana medicinal, consultorios médicos, tiendas de parafernalia y hasta un museo de cannabis.

Además existen instituciones privadas más especializadas en un ámbito concreto, como el Trichome Institute, donde los alumnos son capaces de descubrir y clasificar las distintas cepas de cannabis con el fin de recomendarla como si de un buen vino se tratara. Además de acudir a conferencias y clases teóricas con expertos, estos sumilleres de marihuana realizan pruebas en laboratorios en los que diseccionan las muestras de cannabis para aprender a distinguirlas. Una vez que ya saben cuál es cuál, los alumnos discuten qué alimentos podrían ser los más adecuados para acompañar a cada tipo de hierba.

En el estado de California, uno de los más avanzados en la legalización para consumo medicinal y recreativo del cannabis, también distintas universidad imparten cursos para conocer más de cerca la planta. Tanto la University of California como la Sonoma State University ofertan estudios variados, pues no solamente abordan aspectos más genéticos de la planta, sino también acerca de la industria que ha surgido en torno a ella. En otras instituciones académicas como la Universidad de Vermont o la Universidad de Denver ya se imparten distintos seminarios relacionados, con títulos tan atractivos como el de 'Planificación tributaria para distribuidores de marihuana' o el de 'Representación de clientes con un negocio de cannabis'. Sorprende aún más ver cómo en una universidad de la talla de la Harvard Business School también está preparada para lanzar un MBA sobre la gestión de este tipo de empresas.

Todo ello viene a corroborar no solo que la despenalización total del consumo de cannabis está cada día más cerca, sino también que existe un mercado cuyos cimientos están más asentados y donde multitud de profesionales de distintas ramas podrán hacerse un hueco. Pero antes tendrán que prepararse para ello.