- Los investigadores explican que estos hongos contienen anandamida, el elemento que crea su característico olor y que hace que sean atractivos para los animales. Además, la conocida como molécula de la felicidad trabaja sobre el sistema endocannabinoide humano y genera los mismos efectos que el componente psicoactivo de la marihuana: actúa contra el dolor y la depresión y hace que la vida sea más llevadera.
El sistema endocannabinoide juega un papel esencial en diversos aspectos de la vida diaria de los animales, especialmente en la del ser humano. Puede generar ciertos elementos que intervienen en la memoria, en la regulación del dolor, en la dieta, en el gasto de energía e incluso en todo lo referente a la fertilidad. Precisamente, ese sistema es el que suele diferenciar a los animales (incluido el ser humano) de las plantas.
Hasta el momento se conocía que una planta, la marihuana, era capaz de imitar al cuerpo humano y generar una serie de moléculas parecidas a las creadas por el sistema endocannabinoide, denominadas, en este caso, cannabinoides.
Sin embargo, los últimos descubrimientos de un grupo de investigadores de la Universidad de L'Aquila, de la Universidad de Teramo, del Campus Universitario Biomédico de Roma y de varios centros de investigación italianos sostienen que hay otro ser vivo que tiene su propio sistema endocannabinoide y que también genera sustancias que actúan de manera muy similar a las de la propia marihuana. Hablamos de la trufa negra.
Los profesionales consideran que este hongo contiene las principales enzimas metabólicas que trabajan sobre el sistema endocannabinoide. La trufa negra es cara, popular y muy apreciada en la gastronomía por su aroma generado por la anandamida, conocida como molécula de la felicidad. Esta interactúa en el sistema endocannabinoide humano y genera en el consumidor efectos muy similares a los del componente psicoactivo del cannabis, que la suele reforzar. Esto hace que la planta guarde, al igual que la marihuana, mucha relación con las plantas.
Entre otros, la anandamida provoca la liberación de sustancias químicas en el cerebro y ayuda a la persona a sentirse bien, por lo que tiene grandes beneficios contra el dolor y la depresión. Cuando el humano consume la trufa negra obtiene beneficios similares a los que conseguiría al consumir cannabis o al segregar la anandamida de forma natural.
Con ella, el hongo también genera el delicado olor que atrae a los animales que las sacan de la tierra y las comen. Todo esto vincula a nuestra planta favorita con uno de los sistemas más importantes del hombre y con un manjar tan exquisito y codiciado.
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