Todo lo que debes saber sobre el THC, el cannabinoide más conocido de la marihuana

  • THC: La mayoría de los usuarios de cannabis han escuchado este término antes, pero no muchos conocen su composición química o la ciencia detrás de cómo se produce.
  • Para entender por qué este cannabinoide se comporta como lo hace, es esencial comprender cómo interactúa con el cerebro, tanto cuando se usa solo como junto con los otros compuestos de la marihuana.
  • A medida que el THC se acepta cada vez más como un miembro destacado en la escena del cannabis medicinal, nuevas investigaciones apuntan a sus múltiples y sorprendentes beneficios.

El THC, el nombre común del delta-9-tetrahidrocannabinol (Δ-9-THC), es un cannabinoide que durante mucho tiempo se ha reconocido como el principal ingrediente psicoactivo de la marihuana. A pesar de ser solo uno de los más de 85 compuestos químicos conocidos como cannabinoides, es el que se suele presentar en mayor proporción en el cannabis. Pero no solo está ahí para hacernos disfrutar, sino que tiene una misión concreta y beneficiosa para la planta.

¿Por qué el cannabis produce THC?

Los cannabinoides como el THC forman parte de los llamados metabolitos secundarios, compuestos orgánicos sintetizados por el organismo (en este caso, la planta) que no tienen un rol directo en su crecimiento o reproducción, pero sí intervienen en las interacciones entre el vegetal y su ambiente. La hipótesis principal es que los metabolitos secundarios actúan como un sistema inmune para la planta, evitando depredadores, parásitos y plagas.

Sin embargo, el THC no solo llevan a cabo estas tareas defensivas, sino que también es crucial para establecer comunicación y ejercer efectos en otras plantas, así como para atraer a otros organismos beneficiosos que les permiten protegerse o llevar a cabo la polinización o la dispersión de las semillas de marihuana.

No solo quedan ahí sus posibles funcionalidades. Una investigación de la Universidad de Maryland determinó que el THC también actúa como protector de los efectos nocivos de la luz en el cannabis. Un exceso de rayos ultravioleta puede causar daños al aparato fotosintético, al sistema de reproducción o a los procesos de división celular.

De este modo, el delta-9-tetrahidrocannabinol se convierte en una pantalla protectora que cumple funciones similares a la pigmentación de la piel humana, un capricho de la evolución que mantuvo a salvo a la planta de las excesivas radiaciones ultravioletas de las estepas asiáticas de gran altitud donde se cree que se encuentra el origen del cannabis.

¿Cómo se forma el THC?

Esta ventaja adaptativa tiene mucho que ver con la manera en la que se forma el THC. La sustancia psicoactiva es el resultado de un proceso de biosíntesis de varias fases que se lleva a cabo en las glándulas de la resina de la planta, los tricomas. Primero la planta comienza creando dos compuestos: el ácido olivetólico y el pirofosfato, que se combinan para formar el CBGA (ácido cannabigerólico). El siguiente paso transformará esta sustancia en CBCA (ácido cannabicrómico) y en CBDA (ácido cannabidiólico) hasta finalmente dar lugar al THCA (ácido tetrahidrocannabinólico) durante las últimas semanas de vida de la planta. Se trata de la versión no activa del THC.

Cuando el cannabis se descarboxila (se calienta a una temperatura alta), se seca o se cura, la molécula de oxígeno del ácido (la "A" en THCA) se cae de la estructura química y se activa el THC. Esto da como resultado los efectos que asociamos con el consumo de THC.

¿Cómo es su interacción con el sistema endocannabinoide?

El aislamiento del THC es obra del químico israelí Raphael Mechoulam. En 1964, Mechoulam sintetizó el THC a partir del hachís libanés, marcando el comienzo de la investigación sobre el cannabis que conduciría al descubrimiento de muchos otros cannabinoides, receptores de cannabinoides y "endocannabinoides", los compuestos similares al THC que nuestro cuerpo produce de forma natural para mantener el equilibrio fisiológico.

Debido a que los humanos (y muchos otros animales) tenemos receptores a los que se une el THC, también podemos utilizar los beneficios de los fitocannabinoides producidos por la planta para la salud y el disfrute. Este sistema, llamado sistema endocannabinoide, es un grupo de químicos de señalización especializados (piensa en "llaves"), sus receptores (piensa en "candados") y las enzimas metabólicas que los producen y descomponen. Estas señales químicas endocannabinoides actúan sobre algunos de los mismos receptores cerebrales y de células inmunes (CB1 y CB2) sobre los que actúan los cannabinoides vegetales como el cannabidiol (CBD) o el Δ 9 -tetrahidrocannabinol (THC).

¿Cómo afecta el THC al cerebro y al cuerpo?

Puede que estés habituado a la sensación que se siente al consumir THC, pero ¿sabes lo que realmente sucede dentro de tu cuerpo? Cuando se fuma, el THC descarboxilado se libera en la sangre y llega al cerebro en cuestión de segundos. Luego, el THC imita los químicos cannabinoides que produce naturalmente nuestro cuerpo y se adhiere a los receptores cannabinoides.

Estas áreas se encuentran en la corteza cerebral, el cerebelo y los ganglios basales; y están conectadas a los procesos de pensamiento, memoria, movimientos motores, placer, coordinación y concentración.

La razón por la cual el THC afecta a estas áreas mucho más que otros cannabinoides activos, como el CBD, se reduce a su estructura molecular específica, que hace que el THC tenga mayor afinidad por los receptores CB1 y sus neurotransmisores, los espacios que transportan la comunicación entre la neuronas. En suma, el THC imita a la anandamida (la llamada "molécula de la felicidad"), que es un cannabinoide natural que produce nuestro cuerpo. Estarás familiarizado con la anandamida si, por ejemplo, eres un corredor y has experimentado la ola de euforia después de un entrenamiento intenso, comúnmente conocido como el "subidón del corredor".

Así estos efectos del THC pueden incluir:

  • Estimulación de las células cerebrales para que liberen más dopamina, también comúnmente conocida por ser la 'hormona de la felicidad', lo que resulta en un gran abanico de sentimientos que van de la euforia o relajación.
  • Una respuesta física, como una reducción de la inflamación o un aumento del hambre.
  • Una respuesta mental, con efectos en varias regiones del cerebro, incluido el hipocampo (memoria), la corteza frontal (pensamiento y toma de decisiones) y el cerebelo (movimiento físico y coordinación).

El THC tiene una amplia gama de efectos a corto plazo que pueden o no experimentarse dependiendo del individuo. Por ejemplo, mientras que algunos pueden encontrar que el THC provoca fuertes sentimientos de calma y paz, otros pueden notar un aumento en sus niveles de ansiedad, junto con efectos secundarios sensoriales que incluyen euforia, estado de alerta, pensamientos fragmentarios o mareos.

La diferencia puede ser tan simple como la propia química del cuerpo y la constitución genética de cada uno, pero ciertas variedades y concentraciones variables de THC también pueden crear diferentes resultados en la forma en que uno se siente; y que hace que, con la misma cantidad de THC, una persona pueda experimentar un subidón placentero y otra experimente una paranoia paralizante.

Sin embargo, junto con otros cannabinoides y los terpenos (compuestos que producen sabor y fragancia en las plantas), y gracias al "efecto séquito" también se pueden modular y reducir los efectos negativos del THC.

Efectos medicinales del THC

Cuando se libera en el torrente sanguíneo, este compuesto psicoactivo también puede causar una serie de efectos medicinales: alivio del dolor neuropático, de la inflamación, reducción de náuseas, mejora del estado de ánimo, estimulador del apetito, etc. Por tanto el THC tiene muchos beneficios medicinales y existe una gran variedad de dolencias para las cuales se están investigando sus posibilidades, entre las que se encuentran el cáncer, la enfermedad de Crohn, la fibromialgia, el alzheimer, la esclerosis múltiple, el glaucoma o incluso la apnea del sueño.

La investigación sobre el cannabis está en sus primeras etapas, y es muy probable que a medida que continúe ganando impulso y crezca con el avance de la legalización, nuestra comprensión de cómo el THC y otros cannabinoides pueden utilizarse para el tratamiento de estas y otras dolencias se expandirá hasta límites insospechados hace solo unos años.

Referencias:

UV‐b radiation effects on photosynthesis, growth and cannabinoid production of two Cannabis Sativa chemotypes. John Lydon Alan H. Teramura C. Benjamin Coffman. Photochemistry and Photobiology. 1987.

Is cannabis neurotoxic for the healthy brain? A meta‐analytical review of structural brain alterations in non‐psychotic users. Matteo Rocchetti, Alessandra Crescini, Stefan Borgwardt, PhD Edgardo Caverzasi. Psychiatry and Clinical Neurosciences. 2013.

An Update on Plant Photobiology and Implications for Cannabis Production. Samuel Eichhorn Bilodeau, Bo-Sen Wu, Anne-Sophie Rufyikiri, Sarah MacPherson, and Mark Lefsrud. Front Plant Science. 2019

22/10/2019

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