- Cuando hablamos de cannabis, de sus aplicaciones y de su investigación, lo primero que nos viene a la cabeza son términos como THC o cannabinoides. Términos que de forma usual ligamos a características importantes de la planta, e incluso llegamos a pensar que son su seña de identidad.
- Nos equivocamos al dejar de lado uno de los elementos que realmente determinan el resultado final en la marihuana: los terpenos.
Tal vez te hayas preguntado por qué, por ejemplo, la cepa la cepa Blue Dream tiene un olor fresco, que recuerda a los arándanos. O por qué la variedad de marihuana Cheese huele tan fuerte, a queso curado. La respuesta está en los terpenos. Los terpenos son los compuestos químicos responsables de que huelas la marihuana, de que distingas diferentes cepas precisamente por el aroma. Son hidrocarburos orgánicos que generan ese olor, pero también el sabor y el color. Sin embargo, más allá del delicado perfume de la planta, los terpenos tienen un gran impacto al combinarse con el THC o los cannabinoides para dar a la marihuana unos efectos específicos.
Estos terpenos no están presentes únicamente en la marihuana, sino que son frecuentes en frutas, verduras, hierbas, especias y otros elementos relacionados con la botánica. Son moléculas volátiles que se evaporan fácilmente hasta llegar a tu nariz y que hacen que te atraiga más un vegetal que otro (o una cepa que otra).
Algunos terpenos atraen a las abejas o a ciertos insectos que transportan el polen de una flor a otra; otros sirven a la planta para defenderse de depredadores que se la comerían con gusto. Esto explica, también, que los propios seres humanos nos veamos más atraídos por unas plantas que por otras. Eso explica por qué no podemos resistirnos a oler las distintas variedades de cannabis.
La huella dactilar de una cepa
David Watson fue uno de los primeros creadores de híbridos cannábicos (concretamente, la Skunk #1) que habló de la importancia de los terpenos por su impacto en el THC. Junto con su compañero Robert Connel Clarke creó HortaPharm, una compañía de investigación holandesa que cruzó miles de variedades de cannabis e investigó sus propiedades medicinales.
Para decidir qué variedades mezclaban, las olían. Después de años de investigación, ambos probaron algo que llevaban mucho tiempo pensando: este ingrediente aumenta los efectos del THC, algo que ya había sugerido otro estudio, 'Effects of marihuana in laboratory animals and in man', en 1974.
Un análisis de terpenos sirve para detectar "la huella dactilar" de la cepa. En ocasiones encontramos cepas que pensamos que son diferentes, con nombres diferentes, pero al analizar los terpenos que contienen puede determinarse que algunas de esas cepas son idénticas, casi gemelas.
Mirceno, limoneno, fitol…
Los científicos han identificado cerca de 20.000 terpenos distintos, lo que convierte a este químico en uno de los que más presencia tiene en el mundo vegetal. Unos 200 de esos terpenos han sido encontrados en el cannabis, aproximadamente 120 de ellos con alta concentración. Su mayor o menor presencia varía por cuestiones de iluminación, composición del suelo o nutrientes.
Por otro lado, y más allá de la fragancia que generan, los terpenos tienen una amplia gama de propiedades medicinales. Cada uno de ellos tiene unos beneficios terapéuticos determinados y otros, juntos, generan efectos interesantes. Estos químicos naturales también ayudan a reducir algunos efectos que el THC puede generar en pacientes de cannabis terapéutico, por lo que los expertos determinan que son el futuro de la investigación médica.
Por ejemplo, el ß-mirceno es el terpeno que con mayor facilidad se encuentra en el cannabis y en grandes concentraciones, como determinó ya un estudio, 'Essential oil of Cannabis sativa L.strains', publicado en 1997 por el Centro Federal Suizo de Agroecología y Agricultura. Suele encontrarse también en el laurel, en el mango o en los limones, y su olor suele describirse como picante y balsámico. Ayuda a calmar el dolor cuando se mezcla con THC (también relaja la mente) y la inflamación cuando se combina con THC-A, y habitualmente se utiliza para tratar la psicosis (cuando se combina con CBD), así como los espasmos musculares.
Los limoneros también son muy abundantes en el cannabis. Suelen encontrarse en las cáscaras de cítricos y en muchas flores. Huelen a fruta fresca dulce, lo que hace que su aroma sea inconfundible. Respecto a sus efectos, son antidepresivos, inmunoestimulantes (como el ajo), antitumorales, y ayudan al tratamiento del flujo gástrico. Por otro lado, combaten los hongos, bacterias e insectos.
Por su parte, el linalool puede contrarrestar el estrés y la ansiedad, y suele utilizarse en sesiones de aromaterapia para mejorar el estado de ánimo de quienes participan en ellas, además de su mejorar el sueño y vitalidad. El cariofileno estimula los receptores CB2 del cuerpo, que son los que impiden la liberación de dopamina, relacionada con la adicción.
El fitol (o phytol) huele a flores y tiene un efecto balsámico y natural. Sirve especialmente, además de para dar color a productos alimenticios, para la curación de heridas en los tejidos que tardan tiempo en sanar. También destacan el pineno, con olor a pino, mejora la lucidez y la retención de memoria y activa la energía mental, y el cariofileno, con aromas a pimienta, madera y clavo, es bueno para curar úlceras y combatir la artritis.
Además, los terpenos dilatan los capilares de los pulmones en caso de que se ingieran mediante vapor o fumando, y tienen propiedades antibacterianas que permiten usarlos como estabilizante o conservante. Gracias a la información recogida en escritos e investigaciones con décadas de existencia, muchos expertos creen que los terpenos desempeñan desde la antigüedad la labor de antídotos contra la inflamación, la depresión, la epilepsia, la adicción o incluso el alzheimer.
¿Cómo es posible que algo tan beneficioso para nuestra salud y tan presente en las plantas de marihuana haya pasado la mayoría de las veces desapercibido? Empecemos por analizar la historia de estos compuestos para entender la verdadera dimensión que encierran.
Investigación científica sobre los cannabinoides, antes que sobre los terpenos
La estructura química del tetrahidrocannabinol (THC) se conoce desde 1964, cuando fue determinada por Raphael Mechoulam y Yechiel Gaoni. Durante más de tres décadas después, la psicoactividad del THC ha llevado a los científicos a definirlo como el principal ingrediente activo en la planta. Pero no fue hasta finales de 1990 que el establecimiento de otras investigaciones reconocieron que otro compuesto, el cannabidiol (CBD), también ejerce efectos importantes cuando está presente en grandes cantidades.
En 1999, una start-up británica, GW Pharmaceuticals, comenzó con los ensayos clínicos de un extracto de marihuana que contenía cantidades aproximadamente iguales de THC y CBD. Los pacientes de esclerosis múltiple que participaron en las pruebas encontraron que este extracto – que más tarde daría lugar al conocido "Sativex" - era más eficaz en la reducción del dolor y la espasticidad que un extracto de alto THC y carente de CBD, además de ser menos psicoactivo. El Sativex ya ha sido aprobado para su uso por pacientes con esclerosis múltiple en Inglaterra, Canadá, Nueva Zelanda, y una creciente lista de países europeos. Ahora los científicos no se refieren al CBD como una "cannabinoide menor" y hoy en día es toda una promesa terapéutica.
Los terpenos influyen en el efecto del cannabis más de lo que pensamos
Los científicos ahora están reconociendo formalmente algo más que los consumidores de cannabis durante mucho tiempo han sentido: el aroma de una planta de marihuana se asocia con sus efectos. Y el aroma de una planta viene determinado por los terpenos que predominan. Los cannabinoides de la planta (moléculas de 21 átomos de carbonos que se encuentran sólo en el cannabis) son inodoros. Porque son los terpenos (unidades de repetición de una molécula llamada isopreno de 5 carbonos que son componentes de los "aceites esenciales" de la planta) los que crean la fragancia.
El hecho de que la mayoría de los compuestos de los terpenos son componentes comunes de la dieta humana, y generalmente reconocidos como seguros por las administraciones de alimentos y medicamentos de muchos países, ha hecho posible la investigación con terpenos. Primero por parte de los fabricantes de sabores y fragancias, que han investigado sus propiedades a lo largo de los años. Y ahora por los médicos interesados en el tema cannábico, en han visto en su efecto terapéutico un gran potencial.
Este potencial ya fue divisado en 1999 por el propio Rafael Mechoulam, co-autor de una investigación con Shimon Ben-Shabat que sugería que los cannabinoides hacen su trabajo en el cuerpo humano por medio de lo que definieron como The "Entourage Effect" (el "efecto séquito"). Encontraron que el endocannabinoide 2-AG (2-araquidonilglicerol), cuando se administra con dos compuestos relacionados, se unían más fácilmente a los receptores cannabinoides y ejercían un efecto conductual más pronunciado en los ratones. Para los farmacólogos que habitualmente realizaban experimentos encaminados a encontrar un ingrediente activo diseñado, este descubrimiento tuvo consecuencias cruciales.
"Significaba que los compuestos secundarios en el cannabis pueden aumentar los efectos beneficiosos del THC ... y reducir la ansiedad inducida por su psicoactividad y la inmunosupresión", escribieron. "Los terpenos del cannabis también pueden aumentar el flujo sanguíneo cerebral, mejorar la actividad cortical, matar a los patógenos respiratorios y proporcionar actividad antiinflamatoria". Más de una década más tarde, los estudios han demostrado que los efectos de los cannabinoides se ven aumentados por los terpenos; y que los efectos de los terpenos también serían aumentados por los cannabinoides.
Los terpenos en el mundo vegetal
Los terpenos son producidos por un sinnúmero de especies de plantas. Y cada compuesto que la planta produce tiene o ha tenido un propósito evolutivo. Por ejemplo, existen terpenos que hacen a las hojas amargas y repelen los animales de pastoreo, mientras que una mezcla predominantemente de, por ejemplo, monoterpenos en las flores resulta poco atractivo para insectos como los mosquitos.
El alfa-pineno es el terpenoide más común en el mundo vegetal; el limoneno es el segundo. Llamado así por su fuerte presencia en las agujas de pino y los limones, respectivamente, son los monoterpenos que también prevalecen en el cannabis. Los monoterpenos se evaporan más fácilmente que los di- y los sesquiterpenos durante el secado, almacenamiento y producción de extractos, lo que resulta en una proporción relativamente mayor de cariofileno.
¿Cómo ejercen sus efectos los terpenos en el cuerpo humano?
Una de las mejores evidencias de que las interacciones entre fitocannabinoides y los terpenos mejoran los efectos terapéuticos del cannabis fue presentada por Ethan Russo, en una conferencia en Israel en 2011 y publicado en el British Journal of Pharmacology del mismo año. Russo, que es un neurólogo y etnobotánico, también es asesor médico de GW Pharmaceuticals.
En esa publicación detallaba como el limoneno, por ejemplo, se ha demostrado que disminuye la ansiedad en los ratones a través de los receptores de serotonina. Una evidencia que se confirmó convincentemente en seres humanos, gracias a un estudio japonés con pacientes hospitalizados con depresión severa, cuyos estados de ánimo mejoraron cuando se expusieron a la fragancia cítrica (9 de 12 fueron capaces de bajar los antidepresivos). El limoneno inhalado, es un inmunoestimulante. También existen experimentos de laboratorio en los que ha matado a las células del cáncer de mama y las bacterias del acné. Es un tratamiento potencial para el reflujo gastro-esofágico.
Por su parte el alfa-pineno, como notamos cuando entramos en un bosque de pinos, es un broncodilatador. También tiene propiedades antibacterianas y antibióticas. El α-pineno inhibe además la enzima que descompone la acetilcolina, un neurotransmisor involucrado en la memoria. Esta característica podría contrarrestar los déficit de memoria a corto plazo inducidos por una intoxicación de THC.
El mirceno, otro monoterpeno común en el cannabis, también es abundante en las flores de Humulus lupulus -el lúpulo por ejemplo de la cerveza-, el único otro miembro de la familia Cannabinacae. Además de su efecto antiinflamatorio, el mirceno es un sedante reconocido empleado para ayudar a dormir. Los datos apoyarían la hipótesis de que el mirceno es un prominente terpeno sedante en el cannabis, y combinado con el THC, puede producir el fenómeno 'couchlock' (el típico "petrificado en el sofá") de ciertos quimotipos que se denunciaban por los consumidores recreativos de cannabis.
El linalol, por su parte, es sedante y tiene propiedades anticonvulsivas. Es abundante en plantas como la lavanda, afecta la neurotransmisión de la serotonina y los contadores de ansiedad; y es el probable sospechoso de las notables capacidades terapéuticas de los aceites esenciales de lavanda para aliviar quemaduras en la piel sin dejar cicatriz.
El beta-cariofileno, que se encuentra en la pimienta negra o en las caléndulas, es con frecuencia el terpenoide predominante en extractos de cannabis, sobre todo si han sido procesados bajo el calor. β-cariofileno es anti-inflamatorio y, a diferencia de otros antiinflamatorios, también es protector de la mucosa del estómago. En 2008 unos investigadores suizos dirigidos por Jurg Gertsch demostraron que el β-cariofileno activa el receptor CB2. Dada la falta de psicoactividad atribuido a los agonistas CB2 (aquellas sustancias capaces de unirse a un receptor celular y provocar una acción determinada) el cariofileno ofrece "una gran promesa como un compuesto terapéutico, ya sea por vía sistémica o en aplicaciones dermatológicas".
Otros terpenos con potencial terapéutico son el nerolidol (que se encuentra en los cítricos, y puede tener efectos sedantes y anti-hongos); óxido de cariofileno (que se encuentra en la melisa o toronjil, que repele a los insectos); y fitol (un producto de la degradación de la clorofila con propiedades relajantes que puede ser la razón de que el té verde, a pesar de su contenido de cafeína, no te ponga de los nervios). Y desde 2001 se conocen los efectos beneficiosos del eucalypytol, pulegona, alfa-terpineol y otros terpenos, posiblemente también muy eficaces terapéuticamente hablando.
¿Es el futuro de los terpenos?
Actualmente, los laboratorios de investigación con cannabis ya están produciendo nuevos tratamientos seguros y eficaces para una amplia gama de enfermedades. Por ejemplo, la susodicha GW Pharmaceuticals ya ha cultivado quimiotipos de cannabis con muy altas fracciones de mirceno y limoneno; o están trabajando en plantas altas en pineno, linalol y otros terpenos con potencial terapéutico.
Mientras tanto, en California, investigadores médicos, cultivadores de cannabis, dispensarios y laboratorios privados, han estado pensando en líneas similares. Porque la idea de que el cannabis puede ser seleccionado para maximizar la producción de más de un compuesto es tan obvio como la asociación entre el aroma y efecto que producen los terpenos, la nueva frontera a la que se enfrenta la investigación cannábica en la actualidad.
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