Cosecha perfecta: maximiza tu producción con esta serie de técnicas de poda

Puede que en alguna ocasión hayas oído hablar de la posibilidad de podar tus plantas de marihuana con el objetivo de controlar su crecimiento, obtener más producción o equilibrar la altura. Es normal: la poda es muy recomendable para sacar el máximo rendimiento al cannabis, pero muchos cultivadores desconocen cómo llevar a cabo las técnicas de forma correcta.

Las técnicas de poda son aptas para interior y exterior

Podar marihuana es un arte, un método de cultivo avanzado que también es útil para obligar a la planta a hacerse más ancha y ramificarse más o para aprovechar al máximo toda la luz disponible. Los beneficios, por tanto, son evidentes. Eso sí, es necesario aplicar estas técnicas de forma adecuada y elegir aquella que se adapte mejor a nuestras necesidades. Las técnicas de poda son aptas tanto para interior como exterior, y algunas de ellas deben aplicarse solo durante el periodo vegetativo (de crecimiento), mientras que otras se pueden realizar en cualquier otro ciclo, incluso en la propia floración.

La esencia de todas ellas es la misma, pero encontramos varios métodos, como el 'super-cropping' o el 'FIMing' o técnica FIM, con pequeñas variaciones que persiguen el mismo objetivo. Lo que se busca con ellos es liberar y redistribuir las hormonas de la cepa, especialmente las auxinas. Este tipo de hormonas controla el crecimiento y el desarrollo de las ramas, brotes, hojas y raíces del cannabis. Ahora vamos a enseñarte cuáles son las más utilizadas y cómo aplicarlas correctamente para que tus plantas crezcan fuertes y sanas.

Poda apical

Quizás estemos frente al método más conocido por los cultivadores, ya que permite controlar la altura y el crecimiento de la cepa de una forma muy sencilla. El procedimiento es tan simple como cortar el ápice superior de la planta. Con ello conseguiremos que la cepa no crezca por encima del corte y que se desarrollen solo aquellas partes que se encuentran por debajo. Por ello, la planta debe tener un mínimo de tamaño para realizar la poda correctamente.

Cuando podamos la punta principal, las auxinas se esparcen por el resto de ramas que quedan en la cepa, centrándose en las copas de las puntas principales, aumentando su vigorosidad y compitiendo al mismo tiempo por convertirse en la nueva punta principal. De esta forma, conseguimos una mayor producción de cogollos y, en consecuencia, un aumento en el rendimiento final.

Esta técnica de poda es ideal para las plantas madres de marihuana y es recomendable que el corte se lleve a cabo con unas tijeras o un cuchillo previamente esterilizado, para evitar infecciones durante la cirugía apical. Si los cortes son limpios menos sufrirán y podrán recuperarse antes.

'Pinching off'

El segundo método es muy parecido al anterior y consiste en pellizcar la planta con la intención de conservar el cogollo más grande con una producción y calidad máximas. Para ello, solo tenemos que presionar levemente con los dedos pulgar e índice el tallo del nudo superior de la cepa cannábica hasta escuchar un ligero crac. Si el espacio disponible en el tallo del nudo superior no permite pellizcar correctamente, deberemos presionar el nudo que se encuentra justo debajo.

Con esta técnica conseguiremos que el crecimiento vertical sea más lento y al mismo tiempo estimularemos el desarrollo de las ramas secundarias, lo que otorgará a la cepa un aspecto de matorral. Necesitará algunos días para cicatrizar, así que no te asustes si forma un bulto en el lugar donde hemos ejercido presión, porque después crecerá de forma natural. La operación puede repetirse en otros nudos que se hayan formado, así como en las eventuales ramas secundarias que podrían sobrepasar el ápice.

Este método es excelente si quieres hacerte con una bonita canopea uniforme gracias a la técnica SOG. Apretando con regularidad el ápice de las plantas más grandes durante el crecimiento y el principio de floración, se obtiene una altura homogénea entre ellas. Así, el cultivo será más sencillo y aumentará la producción final, sobre todo si se cultivan diferentes variedades de marihuana al mismo tiempo.

No te preocupes si en el intento aprietas demasiado fuerte y cortas el ápice. Tendría las mismas consecuencias que una poda de ápice clásica. Con un poco de práctica, podrás pellizcar la marihuana de forma rápida y eficaz.

Poda FIM

Esta técnica se descubrió por error al realizar una poda apical. De hecho, de esa intentona viene su nombre: en inglés 'Fuck, I missed', viene a significar que el cultivador se equivocó realizando la poda apical y descubrió este método de casualidad.

Se trata básicamente de hacer un corte en las yemas de las puntas, pero sin cortar el brote entero, de manera que quede una parte sin cortar. Como referencia para aquel, podemos utilizar una medida de dos tercios. Si usamos bien el cuchillo, tras unos días de parón deberían aparecer un par de nuevas puntas (el máximo no suele ser superior a cinco). No hay peligro si fallas: en el peor de los casos, puede no brotar ninguna nueva punta, por lo que nos quedaríamos con una sencilla poda apical.

El objetivo de la técnica FIM es multiplicar los brotes principales y laterales sin tener que renunciar a los brotes superiores, como ocurre en el caso de la poda apical. Se puede aplicar tanto en interior como exterior y también en el caso de querer cultivar plantas madre.

 'Super-cropping'

Aunque no se pueda decir que se trate de una poda directa, es un método de moldeado muy efectivo en las plantas de marihuana. El truco en sí consiste en doblar las ramas sin que se rompan. No te preocupes si en los días siguientes se forma un callo en la zona que hemos doblado, forma parte de la respuesta natural del vegetal para levantar la parte manipulada.

Con esta técnica conseguimos que la planta aproveche mejor la luz, a la vez que se estimula el crecimiento de los cogollos más bajos de la misma rama. Se trata de un truco muy útil para limitar la altura de la cepa y puede llevarse a cabo prácticamente en cualquier ciclo, a excepción de en la floración avanzada, cuando los cogollos ya han engordado.

En algunas ocasiones, la poda puede tener como objetivo aumentar el tamaño de las flores, aunque eso no implica necesariamente incrementar el rendimiento global. Por ello, algunos cultivadores cortan ramas con flores en las primeras señales de floración. No se trata de un proceso habitual y se lleva a cabo en contadas ocasiones, especialmente para las 'boutiques' o en las competiciones por la mejor planta que convocan los amantes del cannabis.

Por último, los cultivadores más veteranos son conscientes de que una buena poda va de la mano de una pequeña malla o espaldera. Se trata de un soporte que, en el caso del cannabis, sirve de apoyo en su crecimiento, estabiliza los brotes superiores o laterales que se crean a partir de la poda y está disponible en diversos materiales. La estructura puede ser horizontal para interiores, donde las plantas suelen forma de matorral. Por su parte, al aire libre es más habitual encontrar estructuras verticales, debido a la altura que alcanzan.

Con todos estos consejos, ya no hay excusas para que nuestro cultivo crezca sano y fuerte y podamos sacar provecho de todo su potencial. Ahora solo hay que ponerse manos a la obra para conseguir el objetivo deseado.