- El sistema endocannabinoide juega un papel muy importante en mantener estables todos nuestros procesos internos.
- Pero todavía hay mucho que no sabemos sobre cómo interactúa este sistema con los cannabinoides de la planta o con los que producimos nosotros mismos.
- A medida que los expertos desarrollen una mejor comprensión del sistema endocannabinoide, con el tiempo podría ser la clave para tratar multitud de enfermedades.
Siempre nos han enseñado que en el cuerpo humano existen varios sistemas de órganos principales, que incluyen los sistemas circulatorio, respiratorio, urinario, reproductivo, esquelético, muscular, nervioso, linfático o digestivo. ¿Pero sabías que también tienes un sistema endocannabinoide? Se trata de uno de los sistemas corporales menos estudiados. Y, sin embargo, puede que quizá sea el sistema fisiológico más importante en la salud humana.
Un poco de historia
Sabemos de la existencia del sistema endocannabinoide desde hace aproximadamente 25 años, cuando la bióloga molecular Lisa A. Matsuda anunció en 1990 que su equipo, en el Instituto Nacional de Salud Mental en Estados Unidos, había identificado por primera vez un receptor sensible al THC en el cerebro de ratones de laboratorio.
Los científicos intentaban entender cómo el THC, la principal sustancia psicoactiva en la marihuana, afectaba al cuerpo. Lo que descubrieron fue una red notablemente compleja de receptores expresados en células del sistema nervioso central y periférico: los receptores de cannabinoides CB1. Posteriormente se descubriría también el receptor de cannabinoides tipo 2 (CB2), que se encuentra principalmente en el sistema inmune, el sistema digestivo (tracto gastrointestinal) y muchos de los principales órganos del cuerpo.
Los receptores de cannabinoides se localizan en la superficie de las células y "escuchan" las condiciones de fuera de la célula. Luego transmiten la información sobre esas condiciones cambiantes al interior de la célula, iniciando la respuesta celular adecuada.
Pero estos receptores fueron solo la mitad de la historia. ¿Por qué el cuerpo produciría receptores si no hubiera cannabinoides naturales que se comunicaran con ellos? El descubrimiento de los receptores CB1 y CB2 provocó una búsqueda de los químicos similares a los cannabinoides dentro del cuerpo que interactúan naturalmente con estos receptores recién descubiertos: los endocannabinoides, moléculas naturales similares a los cannabinoides de la planta (pero producidas por el cuerpo humano) que actúan como "mensajeros" químicos y que ayudan a coordinar y regular todo lo que sentimos, pensamos y hacemos.
Y comenzaron a darse cuenta de que el cannabis ejercía sus efectos, en parte, imitando a nuestros endocannabinoides (también llamados cannabinoides endógenos, endo = dentro del cuerpo). Así, hasta el momento los científicos han identificado dos endocannabinoides clave: la anandamida (también llamada "la molécula de la felicidad" y que recibe su nombre de la palabra en sánscrito "ananda", que significa "alegría o dicha") y el 2-araquidonoilglicerol (2-AG).
Para cerrar el círculo, los científicos también descubrieron un tercer actor de esta película: las enzimas metabólicas. Después de que los endocannabinoides se han unido a los receptores cannabinoides y han cumplido su propósito de señalización, las enzimas del sistema endocannabinoide trabajan para descomponerlos, evitando que se acumulen en exceso.
Así como hay dos endocannabinoides, hay dos enzimas principales para descomponerlos (las enzimas FAAH y las enzimas MAGL) y que aseguran que los endocannabinoides se usen cuando se necesiten, pero no por más tiempo del necesario. Esto distingue a los endocannabinoides de muchas otras señales moleculares en el cuerpo, como las hormonas o los neurotransmisores clásicos, que pueden perdurar durante muchos minutos, o pueden almacenarse para su uso posterior.
¿Qué hace exactamente el sistema endocannabinoide?
No tenemos una imagen completa de lo que hace el sistema endocannabinoide, pero sí sabemos que ayuda a ajustar la mayoría de nuestras funciones fisiológicas vitales. Así, parece que su función principal es mantener la homeostasis corporal, la armonía biológica en respuesta a los cambios en el medio ambiente; y que afecta a todos los sistemas corporales o sus funciones relacionadas, como el sueño, el apetito, el dolor, la inflamación, la memoria, el estado de ánimo e incluso la reproducción, asegurando que todos los sistemas funcionen coordinados entre sí.
Así, cada vez que ocurre un problema de salud, el sistema endocannabinoide liberará sus cannabinoides endógenos para restablecer el equilibrio y solucionarlo. Sin embargo, en ocasiones no puede hacer el trabajo él solo, lo que puede ser causa de distintas dolencias crónicas. Y ahí es donde entran en juego los cannabinoides exógenos o fitocannabinoides (phyto = planta en griego) para restablecer y mejorar la señalización.
Por tanto, los cannabinoides son posiblemente una de las moléculas de señalización más extendidas y versátiles conocidas por el hombre. Pero además de regular nuestra homeostasis interna y celular, también influyen en la relación de una persona con el entorno externo, alterando claramente su comportamiento y facilitando el intercambio de ideas, el humor y la creatividad. Al mediar en la neurogénesis, la plasticidad neuronal y el aprendizaje, los cannabinoides pueden influir directamente en la capacidad de una persona para ir más allá de los patrones limitantes de pensamiento, algo que también es esencial para nuestra salud mental.
Cinco cosas que te te ayudarán a comprender mejor el sistema endocannabinoide
Al comparar la genética de los receptores de cannabinoides en diferentes especies, los científicos estiman que el sistema endocannabinoide evolucionó en animales primitivos hace más de 600 millones de años.
1. Todos los animales tienen un sistema endocannabinoide.
Desde los pepinos de mar, a los nematodos más pequeños, y pasando por todas las especies de vertebrados, todos los animales comparten el sistema endocannabinoide como una parte esencial de la vida y la adaptación a los cambios ambientales.
2. El sistema endocannabinoide explica por qué los fitocannabinoides tienen efectos terapéuticos.
Antes de la prohibición del cannabis, el cáñamo y la marihuana se habían utilizado durante miles de años para tratar múltiples enfermedades. Los curanderos tradicionales podían desconocer por qué la planta actuaba así, pero su experiencia demostró su efectividad y proporcionó la base para una investigación científica posterior. El descubrimiento del sistema endocannabinoide reveló una base biológica para los efectos terapéuticos de los cannabinoides vegetales y ha despertado un renovado interés en el cannabis como medicina.
Los cannabinoides son posiblemente una de las moléculas de señalización más extendidas y versátiles conocidas por el hombre.
3. Todavía sabemos muy poco sobre el sistema endocannabinoide.
Si bien puede parecer que sabemos mucho sobre el sistema endocannabinoide, los aproximadamente veinte mil artículos científicos que existen sobre el tema solo están empezando a arrojar algo de luz. Es probable que existan grandes brechas en nuestra comprensión actual sobre la complejidad de las interacciones entre varios cannabinoides, tipos de células, sistemas y organismos individuales, lo que desafía a los científicos a pensar en la fisiología y la salud de nuevas formas.
4. El ejercicio y la dieta también pueden interactuar con el sistema endocannabinoide.
La marihuana no es la única forma de interactuar externamente con el sistema endocannabinoide. Los científicos han descubierto que el ejercicio aeróbico prolongado produce esa codiciada sensación de euforia post-entrenamiento (popularizada como el "subidón del corredor") ya que aumenta los niveles de anandamida, el endocannabinoide para "sentirse bien". La dieta también es útil: aumentar la ingesta de ácidos grasos esenciales omega 3, que se encuentra en el pescado azul o semillas saludables como el lino o el cáñamo, puede ayudar a apoyar la señalización endocannabinoide.
5. La microdosificación puede ser la solución más efectiva.
La investigación también ha demostrado que pequeñas dosis de cannabinoides pueden indicarle al cuerpo que produzca más endocannabinoides y construya más receptores de cannabinoides. Esta es la razón por la cual muchos consumidores de cannabis no sienten un efecto la primera vez, pero la segunda o tercera vez que usan cannabis, ya han construido más receptores que están listos para responder. Más receptores aumentan la sensibilidad de una persona a los cannabinoides, por lo que dosis más pequeñas tienen efectos más grandes. Así, las pequeñas dosis regulares de cannabis podrían actuar como un tónico más efectivo para este sistema de curación fisiológica que es el sistema endocannabinoide de nuestro cuerpo humano.
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Referencias:
Structure of a cannabinoid receptor and functional expression of the cloned cDNA. Matsuda LA, Lolait SJ, Brownstein MJ, Young AC, Bonner TI. Nature 1990.
Cannabinoid receptor CB1 mediates baseline and activity-induced survival of new neurons in adult hippocampal neurogenesis. Susanne A Wolf, Anika Bick-Sander, Klaus Fabel. Cell Communication and Signaling, 2010.
A runner's high depends on cannabinoid receptors in mice. Fuss J, Steinle J, Bindila L, Auer MK, Kirchherr H, Lutz B, Gass P. Neuroscientist, 2016.
Nutritional omega-3 deficiency abolishes endocannabinoid-mediated neuronal functions. Lafourcade M1, Larrieu T, Mato S, Duffaud A, Sepers M, Matias I, De Smedt-Peyrusse V, Labrousse VF, Bretillon L, Matute C, Rodríguez-Puertas R, Layé S, Manzoni OJ. Nat Neurosci. 2011.
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