- Controlar las horas de luz que recibe el cannabis en interior permite manipular los tiempos de floración y que el cultivador recoja la cosecha en el momento que considere más oportuno.
- En exterior, la privación de luz en invernaderos también se ha convertido en una técnica imprescindible para obtener rendimientos óptimos en distintos cultivos agrícolas.
- Te contamos todos los secretos sobre este método de floración forzada adaptado al cuidado de la marihuana.
La privación de luz, es decir, la manipulación y limitación de las horas de luminosidad que reciben las plantas, es una técnica cada vez más popular entre los cultivadores de cannabis en exterior, que buscan con ello controlar los ciclos de floración independientemente del ciclo natural del sol. Sin embargo, jugar con los elementos no es tan fácil como puede parecer a primera vista.
Todo cultivador de marihuana sabe que las plantas de cannabis florecen cuando los días se acortan y las noches se van alargando. Esto ocurre de manera natural cuando el verano deja progresivamente paso al otoño. Aunque aquellos expertos en el cultivo de interior ya llevan tiempo eligiendo de forma precisa las horas de iluminación a la que está expuesta la marihuana en crecimiento, los que cultivan sus plantas en un invernadero no siempre pueden controlar la luz natural. Así que es necesario "engañar" a las plantas para que parezca que entramos en el final de su ciclo vital y así produzcan tantas flores como sea posible.
Para todos aquellos que todavía no se hayan lanzado a probar en qué consiste, vamos a explorar cómo emplear esta técnica. De forma manual o automática, este procedimiento consiste en limitar la exposición a la luz de las plantas. Lo que se pretende es establecer dos ciclos de 12 horas (12 de oscuridad y 12 de luz), que harán que la planta pase del estado de crecimiento al de floración.
La ausencia del espectro de luz roja roja en la noche permite la acumulación del fitocromo (una proteína presente en organismos vegetales, cuya función es actuar como fotorreceptor) que, una vez que alcanza un cierto umbral, desencadena que la planta cambie a la fase de floración. Esta se prolongará entre 45 y 65 días, en función de la variedad (entre 45 y 75 y hasta 80 días para las sativas más tardías); tras ella, el cannabis ya estará listo para ser recogido.
¿Cómo cubrir las plantas para lograrlo?
Aquellos que puedan permitirse una mayor inversión en su cultivo pueden adquirir invernaderos adaptados, diseñados específicamente para desplegar unas cubiertas de lona opaca a la hora deseada mediante un temporizador. Si ya disponen de este sistema, pueden comprar solamente unas cubiertas de gran tamaño e instalarlas. Aunque estas opciones no son baratas, sí que son la mejor alternativa, ya que automatizar el proceso elimina muchas posibilidades de error humano.
Sin embargo, quienes no dispongan del dinero para esa inversión también pueden usar esta técnica con sus plantas: solo hará falta que sean tan concienzudos como meticulosos. Sin grandes medios, un cultivador tenaz y responsable que se comprometa a tapar su pequeño invernáculo todos los días a la misma hora, logrará controlar la floración de su marihuana. Para ello puede elegir distintos tipos de lonas opacas, que unidas a sistemas de corrimiento por rieles puede facilitar el desplazamiento de las lonas para cubrir y descubrir las plantas sin mucho esfuerzo.
Eso sí, unos y otros deberán tener el mismo cuidado y estar totalmente seguros de que sus plantas no reciben luz durante las doce horas que deben permanecer en completa oscuridad. Una vez empezado el proceso, incluso el haz más pequeño puede tener un efecto desastroso y hacer que la planta cambie de estado y vuelva a la fase de crecimiento, que pierda su rápido progreso y vitalidad o que, lo que es aún peor, se convierta en hermafrodita debido al estrés.
Algunos trucos que debes tener en cuenta
Algunos expertos afirman que, para que las plantas alcancen su máxima calidad, no hay que dejar la cubierta durante toda la noche. Lo mejor es retirarla una vez que oscurezca y permitir que la marihuana florezca al abrigo de las estrellas y que experimente el amanecer real. Si algún cultivador opta por dejar las lonas puestas durante toda la noche deberá ser especialmente cuidadoso con la ventilación, con el fin de evitar que se acumulen excesos de calor y de humedad que puedan provocar que las plantas sufran hongos. En ese caso, lo mejor será contar con entradas y salidas de aire, aunque también existen algunos métodos concretos (como las lonas transpirables) que, a pesar de frenar la luminosidad, permiten que siga fluyendo la brisa.
También hay que tener en cuenta que, al igual que con el cultivo de interior, no todas las variedades reaccionarán de la misma manera ante la privación de luz: unas crecerán con más fuerza y otras presentarán problemas como los ya mencionados hongos. Incluso existen variedades de sativa que con solo 10 horas de oscuridad pueden comenzar a florecer. Encontrar la variedad de marihuana más adecuada y experimentar para conseguir los mejores resultados será parte del proceso de aprendizaje del cultivador. Esto puede provocar que, por mucho que al principio le cueste, tenga que desechar la idea de cultivar alguna de sus variedades favoritas. Si la planta no funciona, lo mejor será hacer el intento con otra genética.
Principales beneficios de la privación de luz en invernaderos
Pero, ¿por qué se está haciéndose tan popular esta técnica? La respuesta está en la mezcla entre naturaleza y manipulación de los elementos:
- Maximiza el espacio y ahorra tiempo. En el mundo de la agricultura, al igual que en otros sectores, el tiempo es igual a dinero. Y en un mercado tan competitivo como el del cannabis, la comprensión de este simple hecho ha propiciado que muchos de los cultivadores de marihuana medicinal en exterior estén utilizando la privación de la luz como un medio de aumentar sus cosechas anuales, en particular durante los meses de verano, para conseguir un rápido retorno de la inversión. Además, debido a la reducción del crecimiento vegetativo, los cultivadores pueden sembrar sus cultivos más juntos, lo que maximiza el rendimiento por metro cuadrado. Y la cosecha vendrá meses antes de lo que lo haría de forma natural.
- Ventajas de interior pero sin su coste económico. Al igual que en las plantaciones de interior, el cultivador tiene el control sobre los tiempos de cosecha. Pero sin los gastos de electricidad asociados al cultivo indoor, ya que la luz del sol es gratuita. Ahora que la prohibición está llegando a su fin en muchos lugares de EEUU, los cultivadores deben explorar técnicas menos costosas y más productivas. Y muchos consideran que la privación de la luz en invernaderos es el futuro de la marihuana a bajo coste.
- Seguridad en la producción y adaptación a la demanda. En el caso de los cultivadores a gran escala que operan en países como Canadá o Estados Unidos, esto implica que pueden disponer de las plantas en el momento del año en el que su demanda sea mayor y en el que se puedan vender más rápidamente. Cuando se trata de pequeños cultivadores que van a emplear el cannabis para autoconsumo, la posibilidad de jugar con los tiempos hace que la planta esté lista cuando deseen, que puedan recoger más cosechas durante un año sin necesidad de acumular hierba de otras temporadas o, incluso, que se aseguren de que el control de las horas de luz les evita problemas, como la vuelta al estado de crecimiento de las plantas.
- Calidad de exterior con bajo impacto ambiental. Además, en el invernadero las plantas están protegidas (de las inclemencias del tiempo o, con el material adecuado, de los ojos de los curiosos), pero sin la necesidad de filtros de carbón, de extractores ni de otras equipaciones necesarias en el cultivo de interior. Luego está la faceta natural. Comparado con las plantaciones de interior, la privación de luz en exterior tiene un impacto ambiental muchísimo más bajo y mantiene la gran ventaja del cultivo de exterior: las plantas se nutren con la luz de sol, que muchos consideran un toque extra de calidad.
Por todos estos motivos, aquellos con un invernadero que decidan dar un paso más en el control de sus cultivos pueden encontrar en esta técnica, combinada con el cultivo en exterior, una gran aliada que les ayude a conseguir la mejor marihuana. Solo hay que ponerse manos a la obra y seguir todas estas recomendaciones.
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