- Los cambios en las políticas a nivel global sugieren que la marihuana está ganando una mayor aceptación en nuestra sociedad. Por lo tanto, es particularmente importante que los usuarios comprendan lo que se sabe sobre sus efectos adversos, sobre todo cuando se consume de manera frecuente. Este post pretende ser un resumen útil de lo que la ciencia más actualizada tiene que decir al respecto.
Vivimos en una época en la que el consumo de marihuana, tanto con fines recreativos como medicinales, no deja de crecer. Sin duda, hemos recorrido un largo camino desde los días en que fumar marihuana era una actividad secreta. Ahora muchos usan cannabis medicinal para aliviar los síntomas de una gran variedad de enfermedades y un número cada vez mayor de personas está abierto al papel que el cannabis podría desempeñar en sus vidas.
Ahora bien, aunque el consumo de marihuana es más común, no significa que sea completamente seguro. Encontrar la dosis adecuada es el factor clave para lograr los mayores beneficios y los menores efectos adversos. Y esto es particularmente cierto para los usuarios habituales.
Los científicos no están exactamente seguros de cómo afecta al cuerpo humano el consumo frecuente de cannabis a largo plazo. Sin embargo, existen algunos estudios que sugieren potenciales factores adversos que pueden causar varios problemas de salud con el tiempo, sobre todo para un consumidor crónico.
Problemas cognitivos
El ingrediente activo de la marihuana, el delta-9 tetrahidrocannabinol o THC, actúa sobre los receptores cannabinoides que se encuentran en las regiones del cerebro que influyen en el aprendizaje, la memoria, el apetito, la coordinación o la regulación emocional. Los investigadores aún están comprendiendo los efectos del consumo de marihuana a largo plazo en el cerebro, pero creen que los efectos más fuertes ocurren en adultos jóvenes que aún están desarrollando conexiones neuronales.
La investigación sugiere que las personas que eran fumadores habituales de cannabis en la adolescencia tienen más probabilidades de experimentar problemas de memoria en la edad adulta. Un estudio de 2015, publicado en la revista académica 'Hippocampus', encontró que los sujetos que tenían antecedentes de consumo frecuente de cannabis tenían una forma anormal del hipocampo y deterioro de la memoria episódica a largo plazo, que es la capacidad mental que se encarga de almacenar los recuerdos relacionados con nuestras vivencias.
El estudio no determinó si esto fue realmente causado por el consumo de marihuana o simplemente se asoció con él.
Cambios en la función cerebral
Existen investigaciones que también muestran que el consumo de marihuana aumenta la posibilidad de cambios permanentes y a largo plazo en el desarrollo conductual y cognitivo en personas jóvenes que tienen un cerebro en desarrollo.
Un estudio realizado en Nueva Zelanda encontró que el consumo frecuente de marihuana a partir de la adolescencia se asoció con una pérdida de un promedio de 6 o hasta 8 puntos de CI (Coeficiente Intelectual) medidos en la edad adulta. Aquellos que consumieron mucha marihuana en la adolescencia y dejaron de consumir cuando eran adultos no recuperaron los puntos de CI perdidos, lo cual puede resultar alarmante.
Pero se necesitarán más investigaciones para responder definitivamente si la marihuana causa pérdidas de coeficiente intelectual a largo plazo y si los factores que no se midieron en la investigación anterior, como las crecientes cantidades de THC en el cannabis a lo largo de los años, son relevantes.
Problemas respiratorios
Aunque la marihuana y el tabaco son dos sustancias completamente diferentes, fumar cannabis puede tener efectos similares en los pulmones, aumentando el riesgo de resfriados en el pecho e infecciones pulmonares. Por ejemplo, un estudio encontró que fumar marihuana con regularidad causa lesiones visibles y microscópicas en las vías respiratorias que se asocian con una mayor probabilidad de síntomas de bronquitis. Sin embargo, esto desaparece después de dejar de fumar.
También está bien establecido que fumar tabaco conduce a un mayor riesgo de enfermedades como el cáncer de pulmón. Y el humo de la marihuana contiene algunos de los mismos compuestos cancerígenos que el tabaco, a veces en concentraciones más altas, como un 50% más de benzopreno y un 75% más de benzantraceno (y más fenoles).
Sin embargo, hasta el momento, los estudios de población no han logrado encontrar un aumento claro del riesgo de cáncer de pulmón en el consumo de marihuana. Para complicar esta evaluación, muchas personas que fuman marihuana también fuman cigarrillos y pueden consumir otras sustancias.
Lesiones pulmonares asociadas a la vaporización
También anteriormente se creía que vaporizar marihuana era una vía de ingestión más segura que fumar, pero ahora sabemos que puede causar lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos o productos de vapeo (por sus siglas en inglés EVALI), una enfermedad pulmonar que causa dificultades respiratorias y puede llevar a la hospitalización, como se demostró en el brote de daños pulmonares asociadas a los cigarrillos electrónicos ocurrido en Estados Unidos de agosto de 2019 a enero de 2020.
A nivel nacional, el 82% de los pacientes hospitalizados por lesión pulmonar asociada al EVALI informaron del uso de productos que contienen tetrahidrocannabinol (THC). Sin embargo es el acetato de vitamina E, un aditivo de los líquidos de los cigarrillos electrónicos, la sustancia que está más fuertemente relacionada con este brote de EVALI.
Problemas cardiovasculares
A los pocos minutos de fumar marihuana, los latidos del corazón aumentan y se puede experimentar un cambio en la presión arterial, lo que puede ser peligroso para las personas con enfermedades cardíacas. La evidencia limitada sugiere que el riesgo de ataque cardíaco de una persona durante la primera hora después de fumar marihuana es casi cinco veces mayor que el riesgo habitual. Los estudios también han encontrado un vínculo entre el consumo de marihuana y las arritmias, así como un riesgo mayor de sufrir un derrame cerebral.
Los cannabinoides también pueden interferir con los efectos de muchos medicamentos que se toman para las enfermedades cardíacas, incluidas las estatinas, los bloqueadores beta o la warfarina. Estos efectos cardíacos deben examinarse más de cerca, en particular dado el uso cada vez mayor de marihuana medicinal por parte de adultos mayores que pueden tener una mayor vulnerabilidad debido a factores de riesgo cardiovascular relacionados con la edad.
Problemas óseos
La investigación sobre el impacto de la marihuana en la salud ósea es ciertamente contradictoria. Según un estudio de 2017 publicado en el 'American Journal of Medicine', las personas que consumían marihuana con regularidad tenían un mayor riesgo de reducción de la densidad ósea, lo que puede aumentar el riesgo de fracturas de huesos. Sin embargo, otro estudio del mismo año, publicado en 'Archives of Osteoporosis', no encontró ningún vínculo entre el consumo de marihuana y la disminución de la densidad ósea.
Síndrome de hiperémesis cannabinoide
También existen estudios que han demostrado que, en casos raros, el consumo crónico de marihuana puede provocar el síndrome de hiperémesis cannabinoide, una enfermedad caracterizada por episodios recurrentes de náuseas, vómitos y deshidratación intensa. Se ha descubierto que este síndrome se presenta en personas menores de 50 años y con una larga historia de consumo de marihuana. El síndrome de hiperémesis cannabinoide puede llevar a quienes lo padecen a realizar visitas frecuentes al hospital, pero puede solucionarse cuando una persona deja de consumir marihuana.
Problemas psiquiátricos
Otra de las grandes incertidumbres se encuentra en el aspecto mental. Varios estudios han relacionado el consumo de marihuana con un mayor riesgo de trastornos psiquiátricos, incluida la psicosis (esquizofrenia), la depresión, la ansiedad y los trastornos por adicción de sustancias, pero no siempre es fácil determinar si realmente la marihuana causa estas patologías y en qué medida. Investigaciones recientes sugieren que fumar marihuana de alta potencia todos los días podría aumentar las posibilidades de desarrollar psicosis en casi cinco veces en comparación con las personas que nunca han consumido marihuana. Pero también se ha demostrado que la cantidad consumida, la edad en que se consume por primera vez y, sobre todo, la vulnerabilidad genética influyen en esta relación.
Problemas sociales
Los estudios también han sugerido vínculos específicos entre el consumo de marihuana y las consecuencias adversas en el lugar de trabajo, como un mayor riesgo de lesiones o accidentes. Un estudio entre trabajadores postales de EE.UU. encontró que los empleados que dieron positivo por marihuana en una prueba de drogas en orina tuvieron un 55% más de accidentes laborales, un 85% más de lesiones y un 75% más de absentismo en comparación con aquellos que dieron negativo en el uso de marihuana. Hasta qué punto el consumo de marihuana es directamente causal en estas asociaciones sigue siendo una cuestión abierta que requiere más investigación. Es posible que otros factores predispongan de forma independiente a las personas tanto al consumo de marihuana como a varios resultados negativos en la vida, como el abandono escolar.
Problemas en el embarazo y la lactancia
Por último, uno de los riesgos más angustiantes cuando se trata de los efectos a largo plazo del consumo de cannabis es cómo afecta a las mujeres embarazadas y a sus hijos. Se han encontrado algunas asociaciones entre el consumo de marihuana durante el embarazo y futuros trastornos del desarrollo e hiperactividad en los niños. También parece existir un mayor riesgo de muerte fetal, según los estudios hasta 2,3 veces mayor.
Pero la investigación sobre el riesgo que representa la marihuana para los bebés ha sido irregular, pues hasta la fecha no se han realizado estudios para determinar si la exposición al THC durante la lactancia está relacionada con efectos posteriores en la vida del niño. Sin embargo, dado el potencial de la marihuana para afectar negativamente al cerebro en desarrollo, los obstetras y ginecólogos aconsejan a las mujeres que no consuman marihuana mientras intentan quedarse embarazadas, durante el embarazo o mientras están amamantando.
Conclusiones
Los efectos secundarios a largo plazo anteriormente descritos están basados en estudios y en su mayoría se asocian a un consumo prolongado y en muchos casos abusivo o que se inició durante la adolescencia. Debido a su estatus legal, no se ha realizado la suficiente investigación científica sobre esta sustancia que sería necesaria para aclarar con más precisión las consecuencias derivadas de su consumo. Si bien es cierto que el cannabis posee múltiples propiedades medicinales, recomendamos un consumo moderado y en dosis adecuadas para prevenir al máximo efectos negativos posteriores para la salud.
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