- A la hora de conservar la genética de nuestras plantas de cannabis, la polinización es clave para cualquier cultivador. Gracias a este proceso natural para la marihuana, podremos recoger nuevas semillas de la variedad que más nos guste en relativamente poco tiempo.
- En este post te explicamos los pasos que debes seguir para perpetuar de una manera sencilla las propiedades de tu cultivo de cannabis.
Cualquier persona que se inicie en el cultivo de marihuana debe tener en la cabeza dos formas de comenzar con su plantación: mediante semillas, adquiridas a través de bancos de genéticas de cannabis como Dinafem, o a partir de esquejes, es decir, fragmentos separados de una planta madre con una finalidad reproductiva, para imitar las características finales de esta.
De este modo, los vegetales cuentan con dos formas de reproducción: una asexual, propia de los esquejes, acodos o injertos, y otra sexual, característica de las semillas y con base en la polinización. Es precisamente en la polinización donde nos vamos a detener, pues se trata de una forma de alargar, o incluso mejorar, la genética de nuestras plantas de marihuana. Y que muchos cultivadores incluso conocerán por haberla realizado por accidente, muy a su pesar.
Y es que el cultivo de cannabis convencional tiende a eliminar todos los machos tan pronto como exhiben sus rasgos sexuales. Esto significa que las hembras permanecen sin polinizar, esencialmente vírgenes, para que pongan toda su energía en la producción de resina en lugar de semillas. El resultado es una marihuana que tradicionalmente se ha conocido como "sin semilla", mucho más potente que la que ofrece la marihuana polinizada.
Paso 1: Identificación de machos y hembras
Para comenzar con el proceso de polinización, primero necesitamos ejemplares de distinto género, es decir, plantas macho, encargadas de producir el polen, y plantas hembra, receptoras de este polen y productoras de las semillas.
Determinar el sexo puede realizarse tan pronto como la marihuana alcance su periodo de prefloración, que ocurre entre la cuarta y sexta semana de crecimiento. Lejos de necesitar lupas, microscopios o amplios conocimientos en botánica, bastará con que prestemos un poco de atención y nos fijemos en el tallo de las hojas más nuevas. Muy en especial, en la zona donde se unen al tallo central.
En esas partes, las plantas femeninas desarrollarán preflores que asemejan a una bolita en forma de pera de la que crecerán dos pequeños pelos, generalmente blancos, llamados comúnmente pistilos (aunque realmente el pistilo es el conjunto de estigma, cáliz y ovario). Se desarrollan en forma de uve y en etapas posteriores se agruparán formando nuestros preciados cogollos. En caso de no localizarlos, es importante que no entremos en pánico. Tan solo significa que nuestra planta todavía no ha alcanzado su madurez sexual, así que tendremos que esperar un par de semanas más para determinar su sexualidad.
Si nos encontramos ante una planta masculina, comprobaremos que en este caso aparecerá la misma bolita pero sin los pelillos blancos. En su lugar, desarrollará una especie de bolsitas que posteriormente serán las encargadas de contener el polen. Entre otras diferencias que presentan frente a las hembras, la planta macho desarrollada también suele ser más alta y con ramas más irregulares y tiene menos hojas e internudos.
Así, una vez que hemos distinguido entre ambos sexos, el siguiente paso consiste en seleccionar a los ejemplares más adecuados para llevar a cabo la 'fecundación'.
Paso 2: Selección de los mejores ejemplares
Si es la primera vez que polinizas plantas de cannabis, lo más recomendable es que no hagas experimentos. Es decir, no trates de crear una nueva variedad o mezclar unas con otras, ya que este es un trabajo meticuloso, propio de los bancos de genéticas especializados y de los cultivadores veteranos. Así, puede que si lo pruebas la combinación sea todo un éxito, pero también es posible que acabe en un verdadero fracaso y eches por tierra todo un cultivo, al crear genéticas que son altamente inestables. Para evitar un fiasco innecesario, y al menos hasta que le cojas el gustillo a esto de polinizar marihuana, lo mejor es que selecciones a los machos de una misma genética que las hembras.
Esto no quiere decir que los elegidos para polinizar sean los ejemplares más grandes: la selección tanto de machos como de hembras dependerá de su capacidad de adaptación al medio de cultivo, los que sean más vigorosos, los más productivos. Por ejemplo, aquellos que se hayan adaptado mejor, sufrido menos, tengan más potencia, se hayan desarrollado más y con menor exigencia alimentaria. También se busca detalles en su estructura vegetal, por ejemplo especímenes que tengan poca distancia internodal; u otros rasgos importantes para los cultivadores, como el olor, el sabor, la resistencia al moho o a los contaminantes. Una vez completada la selección, apartamos a los machos en un espacio o armario de cultivo distinto y sellado, para evitar todo tipo de contaminación por polen.
Es necesario recordar que el macho aporta alrededor del 25% del material genético de la planta final, así que hasta que no realicemos el cruce, no sabremos la composición final de nuestras semillas. Pero lo que se busca siempre para conseguir el mayor número de ellas es un macho fuerte con muchas flores en la punta, que el cogollo tenga la mayor densidad de polen posible, pues lo que se trata es que con un solo macho puedas fecundar el mayor número de plantas hembras.
Paso 3: Obtención del polen
Como referencia, desde que comienza a florecer el macho hasta que abre sus primeras flores para liberar el polen transcurren entre dos y tres semanas. Aunque en apenas 10 días ya se empiezan a ver esos pequeños "huevitos" (que no son más que flores masculinas), al mismo tiempo que también se empiezan a ver los primeros estigmas de la planta hembra.
La maduración de las flores del macho es progresiva. Verás como primero esas flores van amarilleando poco a poco, cambiando su color verde original. Cuando las primeras flores masculinas empiezan a mostrar una posibilidad de apertura, en ese momento es conveniente parar los ventiladores de tu cuarto de cultivo, aunque manteniendo la renovación del aire para que no suba la humedad. El aire en movimiento puede hacer que se pierda el polen de los primeras flores que se abren. Unos 10 días después la mayoría de las flores de la planta macho habrán amarilleado y entonces habrá que reducir el riego, sin deshidratar la planta pero sin que tenga exceso de agua, ya que la humedad ayuda a que estas flores se abran más rápido.
Cuando la planta macho esté madura, las flores abrirán sus sépalos, dejando al aire los estambres y liberando el polen al aire. Este es el momento en el que debemos proceder a polinizar, ya que si esperamos tres o cuatro días el polen puede perder considerablemente su fertilidad. Y recuerda que con una humedad superior al 75 % el polen empieza a morirse rápidamente, así que es mejor conservarlo lo más deshidratado posible.
Paso 4: Cortado de las flores macho
La polinización se puede hacer cortando partes de la planta macho en su máximo punto de madurez o usando la planta entera para arrojar el polen sobre las plantas hembras. Si optas por cortarla para manejarla mejor y realizar una polinización más controlada, tienes que tener en cuenta una serie de condicionantes. Tampoco es necesario pasar la tijera en exceso: con cortar algunas flores será suficiente para producir unos cientos de semillas.
Con unas pinzas de depilar, seleccionamos las flores más maduras (que presentarán un color amarillo más intenso) y las dejamos entre uno y dos días en un bol de cristal o plato, con la intención de que el polen se deshidrate. Otra opción es colgar la flor hacia abajo y dejar que el polen caiga en algún recipiente, si no queremos dejar la mesa de operaciones embadurnada de polvo amarillo. Pasado ese tiempo, golpeamos suavemente las flores con las pinzas para que el resto de polen se desprenda y los estambres queden limpios de polvo.
Paso 5: Conservación del polen
Para mantener las propiedades del polen, cada cultivador tiene sus propios trucos, aunque todos se basan en alcanzar la mayor deshidratación de estas partículas. Así que la forma de conservarlo consiste en controlar la humedad y la temperatura, ya que estas variaciones pueden estropear sus cualidades reproductivas.
Además, si te has hecho con una cantidad generosa de polvo amarillo, también puedes guardarlo en el congelador con el fin de realizar futuras polinizaciones. Sí, el polen se puede congelar y se conserva durante meses. Para ello, solo debes hacerte con un bote y evitar que se humedezca cuando lo alejemos del frío. Una forma de ejecutarlo es dejar el bote a temperatura ambiente unas horas antes de abrirlo. Este detalle es importante, ya que si el polen entra en contacto con la humedad todo el proceso se irá al garete.
Paso 6: ¡Listos para polinizar de forma controlada!
Las hembras están listas para ser polinizadas después de su tramo de floración temprana y cuando se han desarrollado grandes apilamientos de flores que forman cogollos de tamaño decente. El mejor momento para polinizar la hembra es pues cuando las flores tienen los estigmas (los pelillos blancos) más largos, que suele ser pasadas las cuatro o cinco semanas desde el comienzo de la ésta, de 25 a 35 días, siempre en función de cada variedad. Incluso existen variedades que a partir del día 20 de floración ya se pueden polinizar.
Pero recuerda que los tiempos del macho y de la hembra son distintos, pues los machos entran en la fase de floración antes que las hembras: como norma general las plantas macho tienden a madurar alrededor de 2 semanas antes que las hembras. Con esta desviación temporal, el día 30 de floración para polinizar la hembra es el día 45 del macho, que es lo que tarda en tener la mayor cantidad de polen: cuanto más polen tenga el macho, mayor probabilidad de polinización de la hembra y mayor número de semillas finales.
La aplicación del polen es muy sencilla: si hemos cortado las flores y guardado el polen, con la ayuda de un pincel, un algodón o incluso con los propios dedos, extiende el polvo por encima de la planta feminizada. Hazlo de forma repetida durante dos o tres días.
En este sentido, es importante que el polen no alcance los cogollos de las partes bajas ni tampoco los espigados. Tampoco es aconsejable polinizar cogollos completos, sino las partes que conserven los estigmas blancos y más receptivos. Así, también es útil podar todas las flores que no hayan sido polinizadas, ya que de esta manera la energía se concentra en los cogollos que realmente nos interesan y la planta no invierte recursos en aquellas partes a las que no vamos a dar uso. De esta forma, llamémosla más artesanal y para volúmenes bajos, sacarás varios centenares de semillas sin problemas.
Paso 7: ¿Y si quiero muchas más semillas?
Es necesario recordar que no hay nada mejor que el polen fresco sacado directamente directamente de las flores masculinas. Así que otra forma de polinización consiste en coger directamente la planta macho y sacudirla encima de las hembras. Podemos utilizar un pequeño palo para golpear ligeramente las ramas del macho, de tal manera que su polen caiga sobre los cogollos y se produzca la fecundación con la ayuda de la gravedad.
Es importante encender los ventiladores antes de sacudir la planta, para que el polen se mueva por todas partes antes de caer al suelo. La temperatura de la habitación donde se produce la polinización debe estar a 24 ºC con una humedad no mayor del 65%, ya que cuanto más calor hay menos oxígeno por metro cúbico de aire, permitiendo que las motas de polen queden suspendidas en el aire durante más tiempo.
El polen, una vez que toca los estigmas de la planta hembra, todavía tarda entre 3 y 5 días en llegar al cáliz y al ovario para que se produzca la fecundación. Así que una vez que se ha realizado la primera polinización, se devuelve la planta hembra a su sitio, se riega y a los 3 o 4 días se vuelve a polinizar, por si nos hemos quedado cortos. Y como lo que buscamos es la mayor polinización posible, también algunos cultivadores terminan el proceso dando unas sacudidas finales a las hembras, para que todo el polen que se haya quedado adherido a las hojas, pueda llegar a los cogollos que están más abajo. De esta forma se pueden conseguir miles de semillas por planta, en vez de los cientos de semilla que se lograban con la manera manual.
Paso 8: Cosecha de las semillas
Si el proceso se ha llevado a cabo correctamente, en apenas unos días podremos ver cómo las semillas comenzarán a crecer en el interior del cáliz de las flores hembra. Una vez polinizadas las plantas, la mayoría de las semillas tardarán entre 4-6 semanas en madurar completamente (siempre dependiendo de la variedad). Al final de la floración, estarán listas para recoger y disfrutar de una nueva y placentera cosecha de marihuana. Justo cuando las semillas comiencen a oscurecerse, pasando del verde al marrón o gris oscuro, y los cálices empiecen a abrirse para que puedan salir fácilmente.
Puedes probar las semillas para ver si están maduras y con su cáscara suficientemente dura cogiendo una de ellas y pellizcándola entre los dedos para ver si se rompe. Las semillas con rayas y distintos patrones son generalmente un buen indicador de que están maduras, aunque recuerda que no todas las variedades producen rayas en sus semillas. Asimismo, hay que tener en cuenta que las semillas de diferentes genéticas pueden ser de tamaños diferentes: algunas cepas pueden ofrecernos semillas que son más pequeñas de lo normal y esto podría ser mal interpretado como una inmadurez que realmente no lo es.
Y como siempre, recuerda que una de las normas fundamentales consiste en utilizar herramientas esterilizadas, así como llevar una organización sobre las fechas y datos de las variedades con las que hemos decidido trabajar. Con estos sencillos trucos, ya puedes ponerte manos a la obra y lanzarte a polinizar tus plantas de marihuana.
Comentarios de nuestros lectores
Hola muy buenos dias como puedo conseguir semillas de genetica morada y como sacar mi permiso de cultivo?? Les agradecere muchisimo de antemano gracias!!!
Hola, Como buena variedad purple te recomiendo Purple Afghan Kush, Purple Moby Dick or Purps#1, las 3 son una apuesta segura. Relacionado con el tema de permiso de cultivo, tienes que buscar información acercándote del ministerio de la agricultura de tu pais. Un cordial saludo
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