- La Rhodiola Rosea es una planta procedente de climas fríos con comprobados efectos en el organismo.
- Se le atribuyen propiedades energizantes, disminuye el cansancio y proporciona una dosis extra de energía; y también calmantes, puede reducir los niveles de estrés.
- Dedicamos el post de la planta del mes a esta planta cuyas raíces se consumen como suplemento alimenticio.
La rhodiola es la punta de lanza de las plantas adaptógenas. Esta planta fue la primera en despertar la curiosidad científica entorno a plantas capaces de ayudar al cuerpo a adaptarse a situaciones externas adversas. La singularidad de las hierbas medicinales agrupadas bajo esta denominación es que no actúan en algunos órganos específicos, sino que interactúan con el organismo entero. De ahí su importancia: son plantas que mejoran la condición física de un individuo en su totalidad. Vamos a ver cuál es el origen de la planta adaptógena por excelencia, la rhodiola, y cómo puede ayudarnos a mejorar nuestra condición física.
Origen, morfología y cultivo de la rhodiola
La rodhiola, Rhodiola Rosea según su nombre científico, es una planta procedente de climas fríos del Hemisferio Norte. Crece de manera salvaje en algunas partes de Rusia y en climas montañosos. Es una planta baja, no llega a medir más de 30 centímetros de altura, y florece en verano. Soporta temperaturas por debajo de los 0 grados y no es nada exigente con el sustrato. Es por ello una planta de muy fácil cultivo, apenas se necesitan conocimientos previos para hacerla florecer, y cuando lo hace, se vuelve una flor muy ornamental. Pierde las hojas durante el invierno, pero vuelve a florecer en verano. Entones, da flores amarillas, si se trata de un macho, y púrpuras, si se trata de una hembra.
Qué son las plantas adaptógenas: las hierbas que equilibran el organismo en su totalidad
Las plantas adatógenas son aquellas que nos ayudan a adaptarnos al entorno. De hecho, ahí reside la raíz de su nombre, del latín adpatare. Son hierbas que no producen un efecto común al consumirla, sino que impactan a unos de una manera u otra, en función de las necesidades que presenta el organismo de la persona que las ha consumido. Si la cafeína siempre aumenta la presión arterial, independientemente de quien la consuma, en el caso de una planta adaptógena, aumentará la presión cuando se encuentre en un organismo con baja presión, y la bajará cuando circule por unos órganos cuya presión sea alta. Ahí reside la principal importancia de estas plantas: son capaces de equilibrar el funcionamiento de nuestros órganos vitales. Pero su relevancia no reside solo en su capacidad de nivelar, sino también en la de no afectar a un órgano en concreto, e influir en todos ellos a la vez.
Los adaptógenos se estudiaron para fortalecer a la población rusa durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
El primer científico en estudiar y descubrir las propiedades de estas plantas fue el científico ruso Nikolai Lazarev. El farmacólogo descubrió las propiedades de estas hierbas por encargo de la Unión Soviética, allá por 1940, cuando el gobierno de la antigua URSS le pidió algún medicamento para mantener a la población fuerte, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Pero no fueron los descubrimientos solo aptos para tiempos bélicos, sino que se quería encontrar también alguna sustancia capaz de convertir a la población rusa en una ciudadanía más fuerte durante la Guerra Fría, frente a los habitantes de occidente.
Comenzó el científico por estudiar las plantas empleadas por la medicina tradicional china, y así descubrió la existencia de estas hierbas capaces de despertar efectos en el organismo en su totalidad, y de adaptar los diferentes órganos a las diferentes amenazas. Los asiáticos venían estudiando y empleando estas hierbas en sus tratamientos curativos desde hacía miles de años, y las consideraban sustancias superiores. Otras plantas adaptógenas son el romero, la manzanilla, el jengibre, el ginseng, el eleuterococo (también conocido como ginseng siberiano), o la cúrcuma. Todas ellas ayudan a fortalecer, de una manera u otra, nuestro organismo, y a mantenernos sanos.
Principales características comunes a todas las plantas adaptógenas
Estas son las virtudes que presentan las hierbas adaptógenas, y que no se encuentran en ninguna otra hierba:
- Incrementan la resistencia del organismo contra amenazas biológicas, químicas y físicas.
- Actúan como reguladoras del organismo.
- No son tóxicas.
Propiedades terapéuticas de la rhodiola
Para beneficiarse de las propiedades de la rhodiola, han de consumirse sus raíces: ahí es donde la planta desarrolla sus adaptógenos. Los principales son la rosavina, perteneciente a la familia de los fenilpropanoides; y el salidrósido, derivado del feniletanol. La combinación de ambos componentes, contribuyen a:
- Fortalecer el sistema inmunológico: dado que presenta funciones reguladoras en el organismo para que éste pueda defenderse de amenazas externas, una de las maneras de hacerlo es mantener fuertes las defensas para poder luchar contra esas situaciones adversas.
- Reducir del estrés y la fatiga: estudios clínicos han demostrado que consumir la dosis correcta de raíces de rhodiola ayuda al organismo a combatir el cansancio y los estados nerviosos. Regulan las funciones vitales frente a amenazas externas que causan fatiga, y contribuyen a disminuir los síntomas de ansiedad.
- Combatir la depresión y mejorar el estado de ánimo: es capaz de hacerlo ya que su ingesta inhibe la monoamina oxidasa, que es la sustancia de la que se componen la mayoría de fármacos antidepresivos, según puede leerse en este estudio.
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