¿Qué pasa con los perros policía cuando el cannabis se legaliza?

Sin lugar a dudas la legalización siempre es una buena noticia para los usuarios de cannabis. Algunos ya han probado el dulce sabor de consumir marihuana de forma recreativa y terapéutica, e incluso de cultivarla o venderla, como es el caso de algunos estados de Estados Unidos.

Esta nueva situación, además, suele derivar en otras numerosas ventajas como la aparición de nuevos empleos, aunque hay quien tiene que adaptarse al nuevo panorama. Es lo que ocurre con muchos de los perros policía de estos lugares, que han sido entrenados para olfatear la hierba y se ven obligados a convertirse en desempleados o a cambiar de puesto de trabajo cuando la regulación llega.

Dora es un buen ejemplo. Se trata de un pastor belga que trabaja en el departamento de policía de Roseburg, al sur de Oregón, y que se ha implicado en alrededor de 300 casos diferentes. No solo destaca por su olfato, sino también porque vive por y para encontrar la hierba, y su rutina diaria está repleta de juegos que tienen ese objetivo.

El inconveniente de estos perros es que han crecido y han sido entrenados para detectar la planta, mezclada con cualquier otro tipo de producto o sustancia. De esta forma, será difícil que los animales ahora consigan saber qué es legal o qué no lo es y, muy posiblemente, cuando huelan el cannabis pensarán que se encuentran ante una situación ilegal, aunque no sea así. Por eso, pocos pueden seguir conservando su puesto de trabajo.