Anatomía de la marihuana: partes básicas de una planta

La marihuana es una planta relacionada con el ser humano desde la Antigüedad, utilizada desde la era neolítica como fuente de fibra, alimentos, aceite y productos medicinales, y para la práctica de rituales sagrados. Desde entonces, le ha acompañado en los diferentes momentos de la historia. Por ello, se ha intentado conocer bien su naturaleza, sus características y sus propiedades.

Para cualquier aficionado al cannabis, es también importante conocer estos aspectos, especialmente cuáles son las diferentes partes de las que se compone y las funciones que cumplen cada una de ellas.

La taxonomía del cannabis

El cannabis es un género de plantas angiospermas dicotiledóneas que pertenecen a la familia de las 'Cannabaceae', de las que también forman parte los lúpulos. Un reciente estudio quimiotaxonómico sugiere que la cepa madre del cannabis proviene de una región de Asia central que se extiende desde el Himalaya al noroeste de China. Una de sus características es la facilidad que posee para 'escapar' de las áreas de cultivo delimitadas, para volver a su naturaleza salvaje. Por ello, se considera como una planta semidomesticada.

El cannabis es desde un punto de vista botánico una especie dioica, es decir, que está compuesta por machos y hembras, aunque en ocasiones se pueden encontrar plantas hermafroditas con órganos sexuales masculinos y femeninos, por lo que este tipo de plantas se autopolinizan y producen flores con semillas, además de transferir el hermafroditismo en sus genes, cualidades muy molestas para cualquier cultivador. Presenta un ciclo de vida anual, con la posibilidad de una mayor longevidad en los subtrópicos, y en ambientes controlados artificialmente. En la actualidad, el género Cannabis se ha expandido prácticamente por todo el mundo.

Su clasificación taxonómica siempre ha supuesto algunos problemas, aunque las primeras clasificaciones botánicas se remontan al siglo XVIII. La actual categorización, elaborada por Small y Cronquist, afirma que todas las variedades proceden de la especie originaria, el 'Cannabis sativa'. En consecuencia, el 'Cannabis indica' ha sido redefinido como una subespecie derivada de la anterior.

Simplificando, se puede señalar que el 'Cannabis sativa' se encuentra más extendida en Europa y en América del Norte, vinculado con la producción de telas, cuerdas, papel, aceite y semillas. En cambio, el 'Cannabis indica' suele crecer espontáneamente en vastas áreas del hemisferio sur, es utilizado principalmente para fines medicinales y está menos indicado para la obtención de fibras y semillas.

Partes de las plantas de marihuana

A pesar de que existen multitud de variedades de cannabis, todas las plantas poseen la misma anatomía. El conocimiento de esta es muy importante a la hora de realizar un cultivo con éxito y comprender el comportamiento de la planta.

Semillas

Las semillas de marihuana no son, en un sentido estricto, una parte de la planta, aunque su importancia es fundamental. Sin ellas, no existiría el cannabis. Su color es marrón y aparecen en las flores de las plantas hembra polinizadas. El proceso comienza con la rotura de la semilla por el aumento de tamaño del embrión, que se quiebra para separar los dos lóbulos que forman su cubierta. Deja así vía libre a un débil tallo primigenio que, una vez en el sustrato, se sumerge para constituir una diminuta raíz que se va fortaleciendo poco a poco.

Raíces

Las raíces se desarrollan bajo la superficie del medio de cultivo, ya sea tierra o cualquier otro tipo de sustrato. Sun funciones son variadas, desde aportar firmeza a absorber los nutrientes necesarios para la supervivencia y el desarrollo de la planta. La zona radicular se conforma con una raíz primaria, a partir de la cual se desarrollan otras muchas raíces secundarias, hasta convertirse en una masa fibrosa. Las raíces forman parte del sistema vascular de la planta del cannabis. Internamente, el xilema (el tejido vegetal que conduce la sabia) se encarga de bombear agua y minerales desde las raíces al resto de la planta.

Cotiledones

Las hojas embrionarias se denominan cotiledones. Los cotiledones se forman durante la embriogénesis, junto con los meristemos (las celulas vegetales responsables del crecimiento) del tallo y de la raíz. Crecen gracias a las reservas de energía almacenadas en la semilla, por lo que son el primer conjunto de hojas que aparece tras la germinación. El aspecto verde de los cotiledones indica la presencia de clorofila, permitiendo que estas pequeñas hojas puedan realicen la fotosíntesis en las primeras etapas de crecimiento. Su vida es muy corta, ya que, en cuanto la plántula obtiene sus primeras hojas dentadas verdaderas, se secan. 

Tallo principal

Este se eleva desde las raíces, de las que surge. Una de sus funciones es soportar el crecimiento vertical de la planta. Además, es la principal y más grande vía vascular por la que se transportan el agua y los minerales desde las raíces al resto de zonas. En condiciones normales, desde el tallo principal surge un desarrollo secundario, en lo que se denominan nudos.

Nudos

Un nudo es una intersección entre las ramas y el tallo principal o entre una rama y nuevos brotes secundarios. La variedad de 'Cannabis indica' genera más nudos, lo que es una de las causas de su menor desarrollo vertical y de su mayor densidad. Las plantas de 'Cannabis sativa' son más altas y menos densas, lo que se relaciona con una menor cantidad de nudos.

Ramas

La ramificación se produce en parejas, a cada lado del tallo desde el nudo. El espacio que queda entre las diferentes ramas se denomina entrenudo o distancia internodal. En general, en las variedades Indica, al tener un mayor número de nudos, la distancia internodal es menor. Lo contrario ocurre con la Sativa, ya que, al generar menos nudos, la distancia entre ellos es mayor. A veces, las mutaciones y las variedades híbridas pueden tener patrones diferentes en el desarrollo de sus ramas, generando una ramificación irregular. Las plantas de cannabis con mutaciones pueden ser potentes y productivas.

Hojas

Las hojas son fundamentales en el desarrollo de cualquier planta. En el caso de la marihuana, suelen aparecer en forma de abanico. Generalmente presentan simetrías y crecen en parejas desde el tallo principal y las ramas. Las variedades de marihuana se pueden distinguir observando las hojas. Son más anchas y oscuras en las Indicas, mientras que en las Sativa predomina un verde más claro y unos foliolos (las piezas separadas en que se divide una hoja) más alargados. Las híbridas son una combinación de ambas. 

La importancia de las hojas radica en que son capaces de absorber toda la luz disponible, e internamente, el floema (el tejido conductor) transporta toda la energía hacia el resto de la planta, como si fuese una especie de cableado eléctrico. 

Flores

Antes de la formación de las flores, las plantas desarrollan los primordios florales en la zona donde las ramas se unen con los tallos. Estas formaciones, también conocidas como preflores, serán diferentes en cada género. Por un lado, las plantas hembra desarrollarán una pequeña bolsa en forma de pera (llamado cáliz) y que está formada por los pistilos, de los que saldrán dos estigmas con forma de pelillos, que conectan con los ovarios de la flor, y que generalmente son de color blanco.

Mientras, las flores macho también contarán con un minúsculo saco donde se almacena el polen, pero sin ningún estigma sobresaliente. Este saco está formado por cinco sépalos, que son parte esencial en la formación del cáliz de la flor macho, sosteniendo los pétalos. Según avance la floración, irán apareciendo más flores masculinas, formando un racimo que colgará hacia abajo. La acumulación con el tiempo de flores femeninas es lo que finalmente formará los llamados cogollos (o colas) de la planta.

En el próximo post analizaremos en detalle las partes específicas de estos cogollos de marihuana. ¡Hasta pronto!