Las mujeres se pasan al cannabis en California, hogar de los varoniles gigantes tecnológicos

El 'boom' de la informática en los años 70 y 80 y la posterior revolución tecnológica a raíz del auge de internet han hecho que los ojos de medio mundo se vuelvan hacia los alrededores de la Bahía de San Francisco, especialmente al sur, donde se localiza el conjunto de ciudades que conocemos como Silicon Valley.

Los nuevos ricos de las 'startups', en su mayoría hombres, se han apoderado de la región hasta el punto de provocar un aburguesamiento (o gentrificación) que, según denuncian los afectados, está desplazando a los antiguos ciudadanos y a las capas populares que no pueden asumir el creciente coste de vivir en este rincón de California.

Las mujeres tampoco tienen mucho hueco en la meca de la tecnología. Tanto 'startups' como multinacionales acusan una brecha de género alarmante, con porcentajes muy reducidos de mujeres empleadas y aún menores en puestos directivos.

Así las cosas, que una industria multimillonaria con toque femenino se abra paso en la región es una gran noticia. Y es lo que está sucediendo con el cannabis, legal en California para uso medicinal.

"No hay muchas industrias con liderazgo femenino", recuerda Jazmin Hupp, fundadora de Women Grow. "Y en esta fundación de una nueva industria multimillonaria hemos visto la oportunidad de que las mujeres lideren". La que encabeza es una organización que "conecta, educa y empodera a las mujeres en la industria de la marihuana legal". Nació en Colorado hace menos de dos años y ya tiene 35 grupos entre Estados Unidos y Canadá.

Women Grow, que se ha convertido en la mayor red de profesionales del cannabis de la potencia norteamericana, estima que alrededor del 40 % de los ejecutivos de las compañías dedicadas a la planta son mujeres, un porcentaje que supera con mucho el de la vecina industria tecnológica.

De hecho, un buen número de mujeres se están pasando a la marihuana procedentes del sector financiero. "Tengo un MBA y he trabajado para Moody's", explica Andrea Unsworth, fundadora del servicio de reparto Stashtwist. "Mi experiencia profesional está en las finanzas". Ahora, a pesar de que tiene tres hijos, dedica 13 o 14 horas al día a trabajar en su 'startup' cannábica. Ella es buena muestra de que la conciliación es posible.

California es solo uno de los muchos territorios norteamericanos que han abierto la puerta a una nueva industria multimillonaria. La marihuana terapéutica es legal en trece estados y el Distrito de Columbia, la capital. El uso recreativo se ha aprobado ya en Alaska, Colorado, Washington y Oregón, y podría estar a punto de votarse también en California. 

Las mujeres de la Bahía de San Francisco no piensan esperar a que las urnas se pongan en noviembre. Si los expertos estiman que la marihuana legal moverá 8.000 millones de dólares dentro de dos años, ellas quieren ser protagonistas (y líderes) de este crecimiento.