El primer ministro canadiense pisa el acelerador de la legalización nada más jurar el cargo

Hace algunas semanas hablábamos de la figura de Justin Trudeau, el nuevo primer ministro de Canadá cuya elección auguraba importantes cambios en la política cannábica del país. Usuarios y activistas tenían la esperanza de que el liberal escuchara sus reivindicaciones, como había prometido en diferentes actos públicos, y parece que la promesa no se ha hecho esperar.

Nada más asumir el cargo, Trudeau ha puesto en marcha los procedimientos necesarios para acabar con la prohibición. Hace escasos días envió una carta al ministro de Justicia, Jody Wilson-Raybould, en la que expresa su intención de que el Ministerio de Salud, de Seguridad Pública y de Preparación de Emergencias unan fuerzas e impulsen un proceso "federal-provincial-territorial" que dé lugar a la legalización y a la regulación del cannabis.

Su intención es la misma que la de su partido, que considera que el sistema prohibicionista actual en Canadá "no funciona", no impide que quienes quieren consumir marihuana lo hagan y hace que muchos ciudadanos tengan antecedentes penales por posesión de pequeñas cantidades de hierba. De hecho, el primer ministro expresa en la carta la intención de que se revisen alguna sentencias para reducir las tasas de encarcelamiento entre los usuarios.

Aunque no se sabe cuánto tardarán el mandatario y sus colaboradores en poner en marcha un procedimiento que saque a la marihuana a la luz y la lleve hacia el comercio legítimo, no parece que vaya a tardar mucho. Entre otras cosas porque, según las últimas encuestas, 6 de cada 10 canadienses quieren ver la hierba legalizada y quieren también que se venda en un mercado regulado y controlado por el Gobierno.

De momento el Parlamento se reunirá el próximo mes de diciembre, por lo que posiblemente se debata, entre otros asuntos, cuáles deben ser los pasos para conseguir la legalización. Será necesario esperar a las próximas semanas para saber cómo evoluciona el asunto.