- Ha pasado tiempo desde que los consumidores del país tienen derecho a consumir, cultivar y comprar marihuana. Sin embargo, las cosas van más lentas que nunca. El nuevo presidente se toma la cuestión con calma, lo que ha provocado la aparición de una situación que no es ni legal ni ilegal y que afecta tanto a los usuarios como a sus reclamaciones.
Han pasado dos años desde que la marihuana fuera legalizada en Uruguay. Entonces, el país se convirtió en un ejemplo que seguir, en una referencia mundial guiada de la mano de su expresidente, José Mujica. Hoy, y después de que Tabaré Vázquez llegara a la jefatura del Estado, las cosas han cambiado bastante. El nuevo mandatario prefiere ir con calma, y los usuarios de cannabis aún no disfrutan completamente de lo que un día se les prometió.
Las cosas van más lentas que nunca, por lo que la situación ha llevado a una suerte de "mercado gris". Según las autoridades, algunos clubes de marihuana (que cultivan la planta para sus miembros) parecen estar vendiéndola sin la aprobación pertinente.
La actuación de los uruguayos no es de extrañar. Entre otras cosas, cada club solo puede tener 45 miembros y cuidar de forma colectiva 99 plantas para uso personal. El resto de usuarios que lo deseen deben comprar el producto (hasta 40 gramos de hierba, una vez al mes) en establecimientos con permiso. Esto, sin embargo, aún no es posible, puesto que no será hasta el próximo año cuando las farmacias comiencen con la venta.
Por otro lado, el IRCCA, el organismo que se encarga de controlar la situación legal de la marihuana, no cuenta con la financiación adecuada ni con los responsables suficientes, por lo que ese control se está ralentizando.
Además, los consumidores deben inscribirse en un registro, algo que ven como una exigencia negativa. Por ello, solo 3.100 personas se han dado de alta, a pesar de que se calcula que alrededor de 160.000 consumen y podrían estar cultivando sin pasar por la institución y fomentando ese mercado gris. Por si esto fuera poco, y aunque la ley respalda a los consumidores que quieren cultivar según los límites establecidos por la ley, la policía continúa acosando a quienes lo hacen.
Las autoridades uruguayas han advertido que continuarán actuando con dureza. Dada la situación, el país debería empezar a plantearse volver al inicio del camino y continuar la senda marcada por Mujica. Los usuarios del país se ahorrarán esperas y problemas innecesarios en un ámbito donde no debería haber obstáculos legales.
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