- Insectos, caracoles, hongos... Las plagas son uno de los mayores peligros de los cultivos de marihuana.
- Muchas veces, llevar a cabo los cuidados necesarios no es suficiente para mantenerlos a salvo y debemos recurrir a otros remedios.
- Las mariquitas, como insectos depredadores de probada eficacia, son una solución natural contra los pulgones, la cochinilla u otros enemigos del cannabis, una auténtica ayuda en el control biológico de plagas en este tipo de plantas.
Por sorprendente que parezca, las mariquitas son grandes aliadas de nuestras plantas de cannabis. A lo largo de su ciclo de vida, es común que nos tengamos que enfrentar a plagas o enfermedades que, en ocasiones, pueden llegar a arruinar nuestro cultivo. Utilizar las soluciones más naturales posibles será una de las claves para tener éxito con la cosecha. Por eso, siempre es bueno recurrir a insectos depredadores para mantener controladas las plagas y otros problemas fruto de los desajustes biológicos del entorno.
Los coccinélidos (Coccinellidae), también conocidos comúnmente como mariquitas, se encuentran por todo el mundo, con más de 4500 especies descritas. Generalmente habitan plantas donde se encuentran sus presas, pues actúan como depredadores de otros insectos y ácaros, como los pulgones o la cochinilla, tan comunes en los cultivos de marihuana. También comen una amplia gama de insectos de cuerpo blando, incluyendo larvas de escarabajos y polillas. Así, con más de 100 especies solo en España, se convierten en unos 'enemigos naturales' muy activos para mantener bajo control a las amenazas que acechan nuestras plantas.
Desde la Edad Media las mariquitas han sido reverenciadas por jardineros y agricultores como símbolo de buena suerte; de hecho, los campesinos europeos en tiempos de plagas creían que eran enviadas por la Virgen María para protegerles, de ahí su nombre popular. Su eficacia ya se aprobó oficialmente en 1888 en California, cuando, como técnica de control de plagas, se realizaron las primeras sueltas de la mariquita de origen australiano, la Rodolia cardinalis, para acabar con la cochinilla acanalada (Icerya purchasi) en campos de cítricos. Los resultados fueron tan satisfactorios que este insecto comenzó a utilizarse para otros tipos de cultivo. Y es que, aunque las introducciones forzadas en las plantas de marihuana no son eficaces al cien por cien, una mariquita es tan voraz que puede comerse hasta 500 pulgones en un día, pudiéndose meter en todos los rincones de una planta sin dañar las flores ni las hojas.
Aunque lo ideal sería conseguir que las mariquitas llegaran a nuestros cultivos de marihuana infestados por ellas mismas, ten en cuenta que se quedarán siempre y cuando haya insectos de los que alimentarse. Una vez que acaben con ellos, su marcha será una buena noticia: la plaga estará erradicada.
Claves para incorporar la mariquita a tus cultivos de marihuana
Es primordial no utilizar pesticidas que sean incompatibles con este tipo de micro fauna y esperar por lo menos un mes después de la última aplicación de plaguicidas antes de introducir las mariquitas en el cultivo.
Hoy en día se pueden adquirir diferentes especies de mariquitas criadas en viveros para el control biológico de plagas, tanto en tiendas especializadas como en comercios on-line (e incluso en Amazon). Con ellas, y en particular con la especie de mariquita de siete puntos (Coccinella septempunctata), se pueden conseguir buenos resultados; sin embargo, la mayor eficacia se obtiene cuando la mariquita aparece de forma espontánea o, incluso, en segundas generaciones. Para ello, es primordial no utilizar pesticidas que sean incompatibles con este tipo de micro fauna y esperar por lo menos un mes después de la última aplicación de plaguicidas antes de introducir las mariquitas en el cultivo.
Recuerda que las larvas y pupas de mariquita son las que van a comer la mayoría de las plagas. Las tiendas y viveros suelen vender insectos adultos. Liberarlos en un plantación en buen número puede producir buenos resultados, pero la mejor opción es crear un hogar a colonizar para las mariquitas adultas. Si están cómodas, pronto van a empezar a procrear, a producir crías muy hambrientas que estarán encantadas de devorar tus plagas.
En los cultivos de interior suele ser más complicado establecer colonias, mientras que, en el exterior, pueden llegar en cualquier momento a tus plantas de marihuana. Eso sí, siempre irán a las que tengan más 'alimento', por lo que también será un indicativo de que algo no va bien en tu cultivo y deberás extremar la atención.
Además es importante que, si las vas a adquirir, te fijes en que las que compras se alimentan de la plaga que pretendes erradicar; al contrario de lo que se cree, no se lo comen todo. Por ejemplo, las que se alimenten de pulgones solo podrán desarrollarse completamente gracias a estos insectos. De igual modo, aquellas que comen arañas rojas, como la Stethorus punctillum, no sobrevivirán sin ellas. Por eso, es clave saber qué tipo de plaga tenemos para destinar a ella la mariquita más indicada.
¡Ojo! No olvides que la mariquita está en tu cultivo por el alimento, así que si no encuentra aquello que está buscando optará por irse en busca de comida a otras plantas. Ahora bien, si consigues que las mariquitas se instalen en tu cultivo o alrededores será importante que conozcas cómo se desarrollan para tenerlas siempre cerca.
¿Cuál es el ciclo de vida de una mariquita?
El ciclo vital de la mariquita se divide en cuatro estados claves: huevo, larva, pupa y adulto.
Los huevos son amarillo anaranjados y se suelen depositar en el reverso de las hojas, con el fin de protegerlos de las condiciones climatológicas adversas. Además, los encontrarás, generalmente, en grupo y cerca de una colonia de insecto-plaga. Gracias a su color y tamaño, de unos 2 milímetros de longitud, los huevos se pueden ver con facilidad.
Cuando estos huevos eclosionan, surgen las larvas, que pasarán por cuatro estadios diferentes antes de convertirse en pupas. Recién nacidas, se alimentan del propio huevo y llegan incluso a comer de otros huevos que aún no se han abierto, hasta que empiezan a alimentarse de otros insectos. En esta etapa tampoco poseen alas, por lo que se desplazan a través de sus tres pares de patas, en esta ocasión, más alargadas que los adultos, que las tienen más cortas. Según van sucediendo los diferentes estadios larvales, la mariquita va creciendo en tamaño.
Antes de pasar a pupa, su siguiente fase de desarrollo, las larvas cambian de muda cuatro veces, una por cada estadio. Los restos de piel se suelen depositar en el dorso de las hojas dejando un rastro que nos indica su presencia.
Así se convierte en pupa. Entonces la mariquita deja de ser larva y se va transformando poco a poco en adulto tal y como la reconocemos popularmente. En este curso de la metamorfosis, el insecto va adquiriendo la tonalidad roja con sus característicos puntos negros y empieza a desarrollar su armazón con alas.
La longitud de un adulto oscila, dependiendo de la especie, entre 1,5 y 8 milímetros. Incluso, puede haber mariquitas que nos cueste reconocer como tal, debido a que una misma especie puede sufrir distintos tipos de coloraciones según la variación genética y la climatología y zona geográfica donde nos encontremos. Aun así, observándolas detenidamente pronto nos convenceremos de que se trata de mariquitas que protegerán nuestro cultivo de marihuana.
¿Cómo se desarrollan las poblaciones de mariquitas?
A la hora de introducirlas en un cultivo de interior, hazlo por la noche o con las luces apagadas, para que el calor no las estrese demasiado. Incluso puedes rociar con agua las plantas para que estén más cómodas, pues en las primeras horas es cuando las mariquitas decidirán quedarse o escaparse por el salón de tu casa a través de los orificios de ventilación.
Cuando llegan a nuestros cultivos, no lo harán en solitario. Así, es primordial conocer cómo actúan estos insectos en grupo. Las mariquitas son insectos de temperaturas más bien cálidas, por eso las solemos ver en primavera y verano. Son muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura, así que cuando llega el frío, a principios de otoño, entran en un estado de inactividad conocido en el mundo animal como diapausa.
Esto no debe preocuparnos excesivamente, ya que en cultivos de invernaderos o cultivos de interior con temperaturas cálidas, las mariquitas no llegan a hibernar, aunque sí pueden reducir su actividad durante los meses de más frío. A la hora de introducirlas en un cultivo de interior, hazlo por la noche o con las luces apagadas, para que el calor no las estrese demasiado. Incluso puedes rociar con agua las plantas para que estén más cómodas, pues en las primeras horas es cuando las mariquitas decidirán quedarse o escaparse por el salón de tu casa a través de los orificios de ventilación. También tienen una tendencia a volar hacia la luz: es un hecho triste en la vida de la mariquita de interior, pero si usas lámparas HPS de mucha potencia asegúrate de limpiar algunos posibles cadáveres de mariquitas fritas que encontrarás alrededor.
Tras el invierno, los adultos emergen de su letargo y comienzan a nutrirse. Es entonces cuando comienza el cortejo para el posterior apareamiento. Una vez fecundadas, las hembras buscarán un lugar cercano a la colonia de los insectos enemigos para poner sus huevos. Esto les garantizará alimento.
De este modo, el desarrollo de los huevos y también de los adultos dependerá de la especie que debe erradicar. Si la población de las presas es abundante, las mariquitas se desarrollarán más rápidamente. Ahora bien, el crecimiento de la población no solo dependerá del alimento; también influirán el tipo de la planta huésped y las condiciones ambientales. En el caso de la marihuana, no se puede decir que este sea un buen anfitrión para las mariquitas cuando está en floración, salvo en los casos de plagas, donde sí agradece su presencia.
¿Cómo atacan a los insectos enemigos?
Las mariquitas se alimentan de pulgones, cochinillas, ácaros y otros insectos que pueden habitar en el cannabis. Pero, como ya hemos apuntado, no todas comen de todo. Estas presas vivas serán primordiales para el desarrollo de su ciclo vital, aunque en su alimentación también pueden sobrevivir a base de polen, néctar y melaza. De hecho, a las mariquitas les encanta comer polen durante su ciclo de reproducción, el momento clave de la formación de colonias. Y rodear al cannabis con especies generadoras de polen, como los girasoles, la pasiflora o la manzanilla, es una gran manera de aumentar la población natural de mariquitas en un jardín. También necesitan beber, pero son poco exigentes: una tapa de refresco pequeño o similar con agua con azúcar al lado de la planta ayudará a complementar su dieta.
La mariquita, al igual que otros insectos, cuenta con su propio sistema de defensa. Trata de no asustarlas mucho. Cuando son molestadas, segregan una sustancia amarilla muy amarga que es tóxica para sus depredadores. Y son capaces de darse la vuelta y hacerse el muerto. Además, los colores amarillos y rojos son indicativos de mal sabor o veneno para aves y otros atacantes. Esto les permitirá estar a salvo y continuar con su labor depredadora en tu cultivo de marihuana.
Está claro que las mariquitas hacen un gran trabajo y, en muchos casos, nada mejor que dejar actuar a la sabia naturaleza. Aun así, es importante que no descuides tu cultivo, facilites su estancia en la planta a salvo de fertilizantes y otros productos que las puedan perjudicar. De este modo, gracias a estos ayudantes y a tu experiencia, garantizarás un gran resultado en tu próxima cosecha. ¡Que la suerte te acompañe!
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