- La ola de legalización que cruza el mundo está trayendo consigo muchos debates paralelos, como el del consumo de la marihuana y la conducción.
- Mientras que la marihuana no aparece como uno de los factores de riesgo más importantes en accidentes, otros estudios demuestran, en cambio, que existe poca concienciación entre los usuarios sobre los peligros que entraña conducir bajo sus efectos.
- Tampoco existe un consenso científico claro sobre los límites seguros de THC en carretera y qué métodos son fiables para detectarlo.
En los últimos años se ha avanzado de forma considerable en la normalización del uso del cannabis alrededor del mundo, ya sea por motivos medicinales o recreativos. La legalización, sin embargo, ha dejado evidencias de que tras ella quedan asignaturas pendientes; una de las más importantes, la de la seguridad vial. La falta de información y de consenso ha llevado a las autoridades de algunas regiones a perseguir sin fundamento científico a la comunidad cannábica en la carretera, pero también ha provocado que muchos se suban al coche bajo los efectos de la marihuana sin controlar los riesgos.
Por otro lado, se han realizado estudios que sugieren que tras la legalización del cannabis los accidentes automovilísticos han aumentado, sin una relación demasiado clara entre ambos fenómenos. Además, los test de cannabis actuales pueden dar positivo horas y días después de haber fumado, sin que esto quiera decir que uno esté bajo los efectos. Por lo tanto, quedan preguntas en limbo. ¿Cuánta marihuana es demasiado para coger el coche? ¿Cómo pueden detectar las autoridades si estoy bajo efectos psicoactivos? ¿Es igual de peligroso conducir fumado que bebido?
Los peligros reales de la marihuana al conducir
Este otoño la revista científica Plos One publicó un estudio denominado "Cannabis, alcohol y accidentes mortales en la carretera", donde se examinaban los datos de la policía francesa sobre accidentes automovilísticos. Las cifras recogidas de más de 4000 conductores indican que "los que están bajo la influencia del alcohol tienen 17,8 veces más probabilidades de ser responsables de un accidente fatal", mientras que "los conductores bajo la influencia del cannabis multiplican el riesgo de ser responsables de causar un accidente fatal en 1,65".
El estudio revela que en Francia, el país con mayor número de consumidores de cannabis de Europa, el alcohol sigue siendo el principal problema en la carretera, ya que un 28 % de los accidentes fatales podrían prevenirse si ningún conductor excediera el límite legal de alcohol, comparado con el 4 % para el cannabis. Este informe nos ayuda a situar la relación del cannabis con los accidentes de tráfico, que sigue siendo muy poco relevante comparada a la del alcohol, pues según los datos franceses conducir ebrio es 11 veces más peligroso que hacerlo bajo los efectos del cannabis.
Muchos consumidores de cannabis creen que por esto no existen riesgos al conducir tras el consumo. Un estudio realizado por Health Canada ha alarmado a las autoridades canadienses a unos meses de la legalización recreativa en el país, ya que solo la mitad de los encuestados, que habían consumido en el último año, consideraban que el uso de la marihuana afectaba a la conducción. Un 24 % dijo que dependía y otro 19 % dijo que el cannabis no afectaba nada.
En el último mes, un 40 % de los encuestados reconoció haber cogido el coche bajo los efectos del cannabis en algún momento. Este dato puede resultar preocupante para un país que pone en marcha la legalización del consumo, ya que se supone que no existe la concienciación necesaria. Otros países han optado en estos casos por la vía punitiva, aumentando los controles y las multas, pero esta estrategia es poco efectiva y bastante injusta con la comunidad cannábica, ya que los métodos de análisis no son del todo fiables.
Por ello, el Ejecutivo canadiense ha optado por invertir en educación pública para solventar esta falta de concienciación entre los usuarios de cannabis. El Gobierno federal anunció una partida de 46 millones de dólares en los próximos cinco años destinados a educación y vigilancia en relación con el consumo de cannabis. Sin duda, Canadá se está convirtiendo en uno de los mayores referentes en política aperturista y con garantías para la comunidad cannábica.
Cuánto cannabis es demasiado para conducir y cómo detectarlo
La mayor polémica sobre la seguridad vial y la marihuana se encuentra en los métodos de detección de cannabis. Muchas veces se tiende a equiparar con los sistemas y rangos utilizados para el alcohol, cuando en realidad se trata de dos sustancias muy diferentes. Para empezar, existe un límite en sangre claro para alcohol, pero en la marihuana no se ha establecido un estándar. Cuando bebes un vaso de vino, el alcohol aparece en tu sangre y en tu cerebro al mismo tiempo, al igual que a medida que desaparecen sus efectos, desaparece de cerebro y sangre.
En cambio, la marihuana funciona de forma totalmente distinta: puede permanecer en sangre días e incluso semanas después de haberla consumido, sin que esto quiera decir que el sujeto esté bajo efectos psicoactivos. El THC, además, afecta a las personas de manera muy diferente, por lo que no parece un patrón fiable para demostrar la incapacidad de alguien para conducir.
Es cierto que la marihuana afecta a la percepción y a las habilidades a la hora de coger el volante en la mayoría de personas, sobre todo de 20 a 40 minutos después de fumarla. Por ello, el estado de California ha decidido escoger otros parámetros que no sean el THC para detectar si una persona está incapacitada para conducir.
En California, una condena por conducir bajo los efectos del cannabis depende de los aspectos que observe un policía, como el olor a marihuana en el coche o una prueba de sobriedad física como la que se hace a los conductores que pueden estar borrachos. Algunos oficiales están entrenados para identificar signos específicos de los efectos del THC en el cuerpo, como las pupilas dilatadas. Esta estrategia ha llamado mucho la atención por ser innovadora y alejarse de los métodos actuales de análisis de sangre, donde muchos colectivos se han movilizado en contra.
Sin embargo, se trata de un sistema que necesita mejorar para algunos. Andrea Roth, profesora de derecho de la Universidad de Berkeley, cree que estas pruebas físicas son relativamente subjetivas y dependen del juicio del oficial. Por ello, la profesora cree que existe un potencial de sesgo racial, ya que en Estados Unidos los policías detienen en mayor proporción a los conductores negros y latinos para estos controles.
Otro de los métodos que están siguiendo de cerca muchas administraciones estadounidenses es el ideado por la empresa Hound Labs. Se trata de un dispositivo similar a un alcoholímetro para detectar THC en el aliento. Aunque aún no hay mucha investigación publicada al respecto, Mike Lynn, director de la compañía, explica que el THC se queda en el aliento durante unas pocas horas. Se trata, por tanto, de un sistema que revelaría qué conductores han fumado recientemente cannabis, aunque esto no indica tampoco que el conductor esté bajo los efecto psicoactivos de la marihuana.
Es, en definitiva, un método más justo y fiable que el análisis de sangre, pero sigue sin ser el Santo Grial que buscan los científicos y las administraciones: una forma científicamente sólida para determinar la psicoactividad por cannabis en una persona al volante.
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