- El viroide latente del lúpulo (HLVd) se está propagando rápidamente por las plantas de cannabis, lo que representa una amenaza grave para los cultivadores.
- Se estima que el 90% de las granjas de cannabis de California están infectadas con este patógeno que puede destruir el valor de las cosechas.
- Pero un reciente avance científico está ofreciendo un rayo de esperanza para los asediados cultivadores que sufren este "COVID del mundo del cannabis".
Es un hecho que el cannabis se ha enfrentado a muchas infecciones virales a lo largo de millones de años. Debido a virus y viroides, algunas variedades mutaron generando cambios genéticos con el tiempo, alterando la evolución de la planta.
Y también ocurre ahora. Porque mientras los humanos luchamos contra el COVID, las plantas de marihuana se enfrentan una amenaza igualmente devastadora: el viroide latente del lúpulo (HLVd), un viroide que se encuentra en los cultivos de lúpulo, pero que en los últimos años ha saltado al cannabis, destruyendo los rendimientos en las plantas infectadas.
No es de extrañar, el lúpulo (Humulus lupulus) y Cannabis sativa son como primos-hermanos en términos botánicos. Ambas plantas pertenecen a la misma familia de plantas, conocida como Cannabaceae; y a pesar de sus diferencias en apariencia y uso, comparten ciertas características genéticas y bioquímicas que las sitúan dentro de la misma rama botánica.
Se asumió ampliamente que el salto de HLVd del lúpulo al cannabis era el resultado de intentos de cruzar ambas especies de plantas. Esta suposición se basa en el hecho de que el único método conocido de transmisión del HLVd es mediante infección mecánica.
Además, los viroides solo se replican en las plantas. Mientras que los virus son más complejos que los viroides, estos últimos están compuestos únicamente por hebras cortas de ARN, mientras que los virus están compuestos por una cápsula de proteína que envuelve su material genético. Por tanto, los viroides no pueden sustentarse sin una planta huésped.
Esto hace que HLVd no tenga ningún efecto conocido sobre la salud humana, pero puede reducir el peso, el rendimiento y la producción final de la marihuana de manera dramática. De hecho, las estimaciones actuales sugieren que esta "enfermedad de dudding" ('dudding' se refiere a un fenómeno en el que las plantas de cannabis muestran un crecimiento atrofiado o reducido) puede reducir la producción de cannabinoides, como el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), entre un 40 y un 50%.
El HLVd hace que las plantas produzcan flores más pequeñas y mucho menos THC. Tras la observación con un microscopio electrónico, hace que los tricomas maduros (donde se encuentra la mayor parte del THC) parezcan un globo desinflado en lugar de su forma normal de bola. Tal disminución en la producción reduce el valor de las cosechas y resulta en pérdidas financieras significativas para los cultivadores de cannabis; un estudio estima una pérdida anual de 4 mil millones de dólares en rendimientos solo en EEUU.
El HLVd ha podido propagarse rápidamente a las plantaciones de cannabis en todo Estados Unidos desde que se detectó por primera vez en plantas de marihuana en California en 2019: una encuesta de 2021 encontró que el 90% de los lugares de cultivo de cannabis encuestados en California tenían al menos algunas plantas infectadas; y que alrededor del 30% de las plantas en los cultivos estudiados con HLVd mostraron síntomas de viroides. Más recientemente, los expertos han estimado que entre el 25 y el 50% de todas las plantas de cannabis de Estados Unidos y Canadá tienen HLVd.
¿Cómo se está propagando tan rápidamente el HLVd?
Como sugiere su nombre, el HLVd está latente, por lo que es posible que las plantas infectadas no muestren signos físicos de viroides. Aquellas plantas que sí tienen signos físicos pueden tener un crecimiento atrofiado, hojas pequeñas y tallos quebradizos en el estado vegetativo, o una reducción o subdesarrollo de los tricomas, un olor apagado o cogollos más pequeños en la etapa de floración.
Como las plantas infectadas pueden no mostrar síntomas (y las pruebas periódicas siguen siendo poco comunes), los expertos creen que el HLVd se ha propagado rápidamente a través de clones infectados. Y ya no solo entre estados norteamericanos sino por todo el planeta, de modo que cualquiera que reciba plantas de los Estados Unidos, especialmente de California, tiene el viroide en su cultivo.
El HLVd también se transmite comúnmente a través de equipos infectados (p. ej., herramientas de poda) y por el contacto humano de plantas infectadas a no infectadas. Además, el viroide probablemente también se propaga a través del agua de riego y el suelo alrededor de las plantas. No solo eso, sino que una vez que una planta se infecta con HLVd, la hace más susceptible a contraer otras enfermedades, un fenómeno que ha llevado a llamar al HLVd el "COVID del mundo del cannabis".
¿Qué deben hacer los cultivadores de cannabis?
Actualmente, no existe cura para las plantas de cannabis infectadas por HLVd. Aunque varias empresas privadas han desarrollado posibles procesos de limpieza para eliminar el viroide (la esterilización con una solución de lejía al 10 % puede reducir la infección), la mejor defensa contra la propagación del HLVd dentro de una instalación de cultivo siguen siendo las medidas sanitarias y el control de plantas riguroso.
Además de las medidas sanitarias, algunos cultivadores han estado trabajando en mecanismos de reproducción para crear inmunidad (p. ej., exponer plantas a pequeñas cantidades del virus, de forma muy parecida a una vacuna) o resistencia (p. ej., observar y luego propagar plantas que no se infectan con HLVd).
Uno de esos métodos consiste en realizar cruces controlados con plantas que han estado expuestas al HLVd, pero que no se han infectado con él. Otro método consiste en clonar únicamente plantas madre sanas y libres de virus. Pero los cultivadores de cannabis también podrían considerar plantar ciertas variedades de cannabis que parecen parcialmente resistentes al HLVd.
Los científicos identifican una cepa de cannabis púrpura resistente
Por ejemplo, un grupo de científicos de Medicinal Genomics, una empresa con sede en Massachusetts, anunció a mediados del pasado verano que habían descubierto accidentalmente que una de sus plantas de cannabis parece ser parcialmente resistente al HLVd. Los científicos también notaron que la planta se volvió violeta mientras luchaba contra la enfermedad. Se trata de la cepa Jamaican Lion, una variedad galardonada y rica en CBD.
Los científicos frotaron el viroide directamente sobre las hojas cortadas de la planta para infectarlas (un método establecido para infectar plantas con enfermedades) y luego inyectaron directamente el viroide en la planta. Pero entonces se toparon con algo sorprendente.
Uno de sus ejemplares, una variedad de cannabis de Jamaican Lion, no se infectó. El equipo expuso repetidamente la planta al HLVd durante el transcurso de seis semanas, pero la planta nunca dio positivo por el virus. Finalmente, los científicos inyectaron el viroide directamente en el tallo de la planta, pero incluso entonces la enfermedad pareció infectar solo las raíces y no a ninguna de las hojas.
Luego, el equipo observó que las hojas y flores de la planta infectada se estaban volviendo moradas, pero una segunda versión no infectada de la misma planta no cambiaba de color. Continuaron analizando la planta para detectar HLVd, pero 57 de 57 pruebas en tejido vegetal púrpura resultaron negativas. Las únicas hojas que alguna vez dieron positivo al virus fueron las hojas verdes en la parte inferior de la planta.
Los científicos todavía no saben por qué sucedió esto; podría ser una respuesta inmune. Lo que está claro es que se volvió púrpura a medida que aumentó la producción de antocianina, una sustancia química vegetal que puede hacer que las plantas se vuelvan moradas.
El equipo de investigadores cree que los científicos deberían comenzar a determinar si hay más plantas moradas que sean resistentes al HLVd, porque la producción de antocianinas ya está relacionada con la lucha contra los viroides en la literatura científica. Esto ocurre en diferentes plantas y con diferentes viroides, por lo que estas antocianinas son una respuesta inmune conocida.
Por tanto, parece ser que la solución a largo plazo en la batalla contra el HLVd es sin duda el desarrollo de cultivares resistentes (quizás con variedades moradas) que no experimenten pérdida de rendimiento ni de potencia cuando se enfrentan al viroide, algo que sin duda podría proteger a miles de cultivos de este patógeno que está diezmando la producción mundial de marihuana.
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