La marihuana medicinal cobra fuerza en los estados conservadores del sur de Estados Unidos

En Carolina del Sur, Ada Jones ayuda a quienes necesitan marihuana medicinal. Les anima a comprarla y a crear su propio aceite cannábico, especialmente para quienes sufren una enfermedad muy avanzada. Jones se define ante todo como cristiana, por lo que, dice, se ve en la obligación de ayudar a los demás cuando lo necesitan.

Lo que ocurre en el sur de Estados Unidos es muy diferente a la situación de legalización que se ha vivido en lugares como Colorado, Washington y Oregón. La zona baja del país, muy conservadora, no suele destacar ni aparecer en los medios ligada a la hierba. Sin embargo, en los últimos tiempos, un debate sobre el cannabis terapéutico se ha hecho fuerte, especialmente de la mano de familias con hijos enfermos de epilepsia que buscan soluciones.

Jones siempre fue una clara defensora de la planta con fines médicos. Vio cómo, entre 1978 y 1982, 25 estados trabajaban en programas de investigación sobre el tema. Algunos de ellos los aprobaron pero nunca los llevaron a la práctica. En Carolina del Sur, el senador Tom Davis estudió el año pasado algunos de los estatutos antiguos relacionados con esta cuestión para aclarar qué permitía una ley de hace 35 años que nunca se había aplicado.

Entre otras cosas, estaba pensada para tratar a enfermos de cáncer y glaucoma. Por eso Davis autorizó que el Departamento de Salud del Estado especificara una lista de pacientes concretos que pudieran beneficiarse de la marihuana medicinal, con lo que la normativa aprobada hacía años se ponía en marcha.

Algo similar ha ocurrido en Luisiana, que se convirtió en el tercer estado del país en aprobar una legislación que, hasta este año, no se había hecho efectiva para ningún paciente. Ha sido este mes de junio cuando su gobernador, Bobby Jindal, firmó un proyecto de ley para distribuir la medicina entre pacientes. Aunque podrían pasar años hasta que se establezca un sistema formal, se trata de un paso significativo.

Estos casos han servido de ejemplo para otros lugares del sur de Estados Unidos que están empezando a movilizarse con el fin de conseguir resultados similares y poder utilizar este producto en cuestiones médicas. Que los políticos estén explicado los beneficios de la planta de la mano de historias personales y de pacientes está ayudando significativamente en el proceso.