- Diversas investigaciones han demostrado que los tres elementos consiguen los mismos efectos positivos: reducen el dolor, calman los nervios, generan sensación de bienestar y causan euforia. Todos ellos actúan de alguna forma sobre el sistema endocannabinoide para lograr esos resultados. La marihuana actúa directamente activando sus receptores, mientras que el deporte y el consumo de este dulce alimento lo hacen generando un compuesto químico que ejerce de intermediario.
Hay quien consume marihuana por placer, para sentir euforia o relajación e incluso para pasar un buen rato con los amigos o en soledad. Otros lo hacen por salud, para calmar los nervios, el estrés y las molestias derivadas de ciertas enfermedades o para luchar contra estas. Sus beneficios han sido demostrados en numerosas ocasiones por investigadores que dedican todos sus esfuerzos a estudiar las propiedades de esta planta y a resolver todos sus misterios.
Lo que no todos saben es que el cannabis tiene numerosos efectos similares a los de productos como el chocolate o los de acciones como el ejercicio físico. La respuesta está en los endocannabinoides, una suerte de moléculas que participan en todo tipo de procesos fisiológicos del cuerpo y que, con ayuda de ciertos elementos (como el cannabis), generan sensación de apetito, controlan el dolor e influyen en la memoria y en el estado de ánimo, entre otras virtudes.
Una reciente investigación impulsada por científicos alemanes de la Universidad de Medicina de Heidelberg ha demostrado que la sensación de optimismo y de energía que sienten los deportistas al correr y hacer otro tipo de deportes (que es la misma que se experimenta tras consumir marihuana) no está relacionada solo con las endorfinas como siempre se ha pensado, sino también con los propios endocannabinoides. Es decir, que no solo la planta actúa sobre estas moléculas provocando los efectos nombrados, sino que el deporte también lo consigue.
Lo que ocurre es que, durante el ejercicio intenso, mientras se hacen estiramientos o cuando se ponen a prueba los músculos, el organismo produce diversos productos químicos como la anandamida (también denominada molécula "de la felicidad" o "de la paz"), un compuesto que actúa en combinación con el receptor cannabinoide CB1 y que hace que el sujeto se sienta motivado y feliz.
Para entender las verdaderas implicaciones de este receptor, los profesionales encargados del estudio alemán hicieron tres experimentos con ratones. En primer lugar, les obligaron a moverse más de lo normal. Después, introdujeron en su organismo una sustancia que neutralizaba la acción de los endocannabinoides para que solo las endorfinas estuvieran activas. Entonces, midieron sus niveles de ansiedad y observaron que eran los mismos que al principio de la aplicación, lo que dejaba claro que las endorfinas por sí solas no generaban ninguna sensación, al menos no esa que suele conocerse como "subidón del corredor".
Sin embargo, descubrieron que el receptor les ayudaba a reducir dicha ansiedad y actuaba como analgésico después del movimiento. Además, tras la prueba, los animales se expusieron voluntariamente a zonas iluminadas en vez de retirarse a rincones oscuros, como podrían haber hecho en caso de sentir malestar.
Este informe se complementa con otro desarrollado por investigadores de la Universidad de Arizona y en el que se ha analizado cómo el ejercicio altera el sistema endocannabinoide en diversos mamíferos, como seres humanos, perros y hurones. En este caso, se ha descubierto que aquellos sujetos que se someten a un fuerte ejercicio físico y de resistencia acaban beneficiándose de una sensación de placer, gracias a la acción de los receptores en respuesta a dicho ejercicio. Quienes no lo hacen, en cambio, no manifiestan ningún resultado.
Según las pruebas, solo una actividad intensa y prolongada consigue el objetivo que se busca, por lo que no puede esperarse lo mismo de quienes llevan una vida sedentaria y practican deporte en ocasiones ni de quienes lo hacen con baja intensidad.
Como curiosidad, otro estudio estadounidense sostiene que, a diferencia de lo que se pensaba, el ejercicio aumenta la concentración de THC en la sangre de quienes consumen cannabis. Esto es útil para quienes suelen enfrentarse a test de sustancias antes de acceder a un puesto de trabajo o ante problemas legales y debería tenerse en cuenta entre los examinadores.
Asimismo, otra reciente investigación llevada a cabo por un grupo de profesionales de la Universidad de Milán, en Italia, afirma que el consumo de chocolate está intensamente relacionado con una mayor activación de los receptores endocannabinoides. Los autores experimentaron con 10 sujetos que sufrían obesidad severa, les dieron de comer en abundancia para que se sintieran saciados y, después, les hicieron ingerir delicioso chocolate y otros alimentos calóricos no tan apetecibles.
Descubrieron que el primer producto activaba los receptores nombrados y provocaba sensación de apetito y motivación para seguir comiendo sin necesidad, solo por placer. Lo que ocurre es que la molécula anandamida se genera de forma natural en el cerebro motivada por diversos factores: el ejercicio, como se ha comentado, es uno de ellos; comer chocolate es otro.
El cuerpo es capaz de fabricar esta sustancia, que actúa sobre los receptores endocannabinoides y ayuda a regular la presión arterial y los sistemas cardiovascular y nervioso, además de provocar un efecto relajante. La marihuana también la crea alterando directamente esos receptores, mientras que el chocolate la posee de forma natural en grandes cantidades. Por tanto, su consumo, al igual que el de cannabis, hace que la persona sienta felicidad, alegría y distensión.
El chocolate, además, incide en el estado de ánimo de las personas gracias, también, a su contenido en cafeína y teobromina, que lo convierten en estimulante. Lo hace también gracias a la feniletilamina que, junto a la anandamida, se encuentra en la propia marihuana. Esta última sustancia es considerada por muchos el "cannabis del cerebro", dadas sus conexiones.
Estos descubrimientos demuestran que los efectos positivos que ocurren después del ejercicio y de consumir chocolate son los mismos que los que un sujeto encuentra tras fumar marihuana. Las investigaciones siguen avanzando; algunas también señalan que los erizos de mar comparten las mismas propiedades. Estamos ante un escenario que nos ayuda a conocer un poco más la relación natural del cannabis con el entorno y la naturaleza que le rodea.
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