¿Por qué la marihuana nos hace menos propensos a recordar los sueños?

Está documentado el uso y los beneficios del cannabis para conciliar el sueño: los cannabinoides ayudan a relajarse y a combatir el insomnio, bien como un ligero sedante bien como un potente narcótico, dependiendo de las variedades y de las dosis utilizadas. Sin embargo, la marihuana puede ir más allá. Según estudios recientes, afecta a los sueños que tenemos durante este periodo de descanso. ¿De qué manera?

Muchos consumidores 'nocturnos' de marihuana se dan cuenta de que durante el descanso no recuerdan haber tenido sueños. Parece como si la marihuana se los hubiese llevado por delante. También si, por una u otra razón, durante varias noches seguidas no consumen cannabis, perciben que los sueños regresan, incluso a veces con mucha mayor intensidad. 

La clave de todo se encuentra en la fase REM (de 'rapid eye movement', durante el cual movemos los ojos con los párpados cerrados), en la que más posibilidades hay de soñar, pues el cerebro trabaja a mayor ritmo que en otras etapas del sueño y la conciencia está más activa. Constituye el 20-25 % del tiempo que dormimos y es, además, la fase que ocurre justo antes de despertarnos, razón por la cual recordamos más los sueños si abrimos los ojos justo cuando nos encontramos en mitad de uno.

Los científicos creen que mientras dormimos el cerebro procesa toda la información relevante adquirida durante el día, y para ello tiene que simular el contexto físico y emocional de las experiencias vividas en forma de sueños. En pocas palabras, nuestro cerebro nos engaña haciéndonos creer que estamos despiertos, incluso cuando sabemos que lo que ocurre en el sueño no puede ser cierto.

Del sueño profundo al sueño REM

Un estudio publicado por el National Center for Biotechnology Information (NCBI) concluyó que tras haber tomado cannabis con altas dosis de THC se reducen las posibilidades de soñar. Y no solo eso, sino que el cannabis también ayuda a reducir la fase REM y alargar el periodo de sueño profundo, que se produce justo antes y que tiene un efecto reparador en el cuerpo humano. 

Para llegar a esa conclusión, suministraron cannabis y un placebo a sendos grupos de personas que participaron en el proyecto. Aquellas que tomaron el placebo experimentaron un decrecimiento del sueño profundo. Además, "mostraron un rendimiento del sueño muy pobre, que significa que de las ocho horas que pasaron en la cama durmieron un 80 % del tiempo", ha explicado el doctor Timothy Roehrs, especialista del sueño del Henry Ford Health System de Detroit y encargado de dirigir de la investigación con miembros de la Escuela de Medicina de la Universidad Estatal Wayne. 

Otros estudios también han coincidido a la hora de señalar que la marihuana alarga la fase de sueño profundo, de tal forma que la fase REM es más breve. Pero la clave no es que se sueñe menos, sino que existen menos posibilidad de recordar los sueños bajo el efecto del THC. Es más, el propio tetrahidrocannabinol en gran cantidad podría estar generando algún tipo de sueño o pesadilla, pero a la vez seríamos incapaces de rememorarlo después. No hay que olvidar tampoco que, aunque el cerebro esté activo durante la fase REM, trabaja a un ritmo mucho menor que cuando estamos despiertos. 

Por tanto, este cannabinoide psicoactivo afecta a todo ello al tiempo que consigue un mejor descanso. Y aunque elimina recordar los sueños placenteros o agradables, también hace que olvidemos o tengamos menos tiempo durante nuestro descanso para las pesadillas que nos provocan un mal sabor de boca y nos puede llegar a despertar sobresaltados de madrugada. 

Soñando con cannabis

Ahora bien, como en ciertas ocasiones los sueños que tenemos por las noches son agradables y nos encanta recordarlos...¿Existe alguna posibilidad de seguir viendo esas imágenes que brotan de nuestra mente sin dejar de consumir un poco de cannabis antes de irnos a la cama? 

Hasta donde se ha demostrado, parece que no. Tomar variedades con más CBD que THC no parece tener ningún efecto en este sentido. Una posible solución podría ser consumir cannabis mucho antes de acostarnos, con el fin de que sus efectos no sean tan fuertes en la fase REM. En este caso, lo que se obtendrían serían unos sueños muy difusos: el recuerdo de los mismos sería como intermitente, en pequeños fragmentos o con imágenes sueltas en nuestra memoria. Y no es seguro al cien por cien que esto ocurra. Por otra parte, existe el riesgo de que al adelantar la toma de cannabis nos desvelemos en medio de la noche o nos despertemos antes de lo previsto, ya que el THC dejaría de hacer su efecto en nuestro organismo.

La 'venganza' de la marihuana

Por tanto, parece que la mejor opción para volver a soñar sería dejar de consumir cannabis una o varias noches seguidas. Sin embargo, ocurre algo curioso. De hacerlo así, se produciría una especie de efecto rebote, ya que ha quedado demostrado que en caso de prescindir de la marihuana la fase REM se alarga. Es más, puede que haya un mayor número de sueños o que los que haya sean más vívidos o coherentes. También puede ocurrir que todo siga como antes, con los mismos sueños en cantidad o intensidad, que antes de consumir cannabis.

El doctor Hans Hamburger, neurólogo y responsable de un centro de investigación del sueño en Holanda, explica que es común entre fumadores que al abandonar la marihuana regrese con más fuerza la etapa en que soñamos: "si has estado tomando una sustancia que reprime un fenómeno inevitable durante un tiempo, entonces ese fenómeno regresará con más fuerza cuando pares de usar esa sustancia". Hamburger lo compara con el efecto que supondría tomar muchas pastillas para dormir y dejarlas de repente. En este caso, los sueños que se producirían serían más intensos y frecuentes.

- REM = + descanso

No podemos dejar de lado que el cannabis también ayuda en la fase de sueño profundo o no REM (NREM), que ocupa el 75-80 % de tiempo restante en el que estamos dormidos. En esta fase el cuerpo comienza a repararse, ya que desciende la actividad neuronal y el cerebro comienza las actividades de mantenimiento. Despertar fresco y desestresado al día siguiente es un síntoma de que el organismo ha llevado a cabo con éxito sus funciones. 

Los médicos también señalan que tomar cannabis podría contribuir a mejorar la falta de sueño de calidad. Para ello se puede apostar por diferentes variedades, desde las ideales para relajarse por su efecto sostenible, como la Bubba Kush CBD, hasta las que funcionan como un sedante por su potente efecto físico, como puede ser la famosa White Widow. 

El cannabinol (CBN), otro de los cannabinoides presentes en el cannabis, también resulta clave en estos casos. Este compuesto se produce por la degradación del THC, de manera que cuando el cannabis se corta y almacena, el tetrahidrocannabinol empieza a perder sus propiedades y pasa a convertirse en CBN. Una pequeña dosis de CBN puede ser una buena opción para todos aquellos que recurren al cannabis con la intención de poner fin a las largas noches en vela. Según distintas investigaciones, cinco miligramos de este componente son tan efectivos como una dosis de diez miligramos de diazepam, un fármaco con capacidades relajantes usado por millones de personas en el mundo.

Si optamos por no recurrir al cannabis para mejorar nuestro sueño, serán necesarias dos o tres semanas (según los cálculos del doctor Hamburger) para que los sueños recuperen el ritmo que tenían antes de que consumiéramos marihuana. Algo similar ocurrirá con nuestra habilidad para recordarlos. Por tanto, si los sueños no te preocupan demasiado, puedes seguir recurriendo a la marihuana para tener un descanso más placentero por las noches. Pero si echas de menos rememorar esas ensoñaciones oníricas tan necesarias para procesos como la memoria y el aprendizaje, prueba a dejar de consumir antes de dormir: los sueños volverán a brotar, con mayor fuerza si cabe.