Consiguen la liberación de un hombre condenado a cadena perpetua por vender marihuana

Jeff Mizanskey ha pasado dos décadas en prisión condenado a cadena perpetua por tres delitos ocurridos entre 1984 y 1993 relacionados con la marihuana. Dos delitos por posesión y un tercero determinante: poseer 2,7 kilos de hierba e intentar venderla. Ahora, a sus 62 años, ha sido puesto en libertad condicional, según ha hecho público su abogado.

Fue en el mes de mayo cuando Mizanskey se convirtió en candidato para disfrutar de esa concesión. Entonces, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, buscaba favorecer a varios "delincuentes" no violentos que hubieran completado sus penas o que no hubieran delinquido de forma grave. Antes el preso no hubiera tenido la opción de ser liberado, puesto que había sido condenado por una ley que penaba duramente cuestiones relacionadas con la marihuana. Esta norma fue modificada el año pasado para hacerla más tolerante, lo que ayudó a la liberación del hombre.

Por otra parte, aproximadamente 130 legisladores de Misuri habían firmado una carta al gobernador en la que pedían que reconsideraran la condena. La situación comenzó a hacerse popular después de que una petición en Change.org lanzada por su hijo Chris rogara a Nixon clemencia y una sentencia razonable acorde a un caso no violento como este.

El chico ha explicado que tenía 14 años cuando su padre fue encarcelado y que para él ha sido una dura experiencia tener que visitarlo en prisión. También ha asegurado que siempre mantuvo la esperanza de verle libre para disfrutar la vida que le quedara. Desde una página oficial en Facebook, 'Free Jeff Mizanskey', ha expresado su agradecimiento a todas las personas que los han apoyado "a lo largo de todo este calvario".

La noticia ha sido recibida con optimismo, especialmente porque solo en Estados Unidos, entre 2001 y 2010, un 88 % de los 8 millones de arrestos que tuvieron lugar en el país estaban relacionados con la hierba. Los sucesivos pasos hacia la regulación de la planta están abriendo el camino a quienes nunca perdieron la esperanza de no ser juzgados por apreciarla. No obstante, las victorias nunca darán justicia a quienes a lo largo de su vida se han visto afectados por decisiones judiciales similares a la que tuvo que asumir Mizanskey.