- La victoria de Tabaré Vázquez en las elecciones presidenciales permitirá la normalización del uso del cannabis, legal ya desde el año pasado. El nuevo mandatario seguirá el camino marcado por José Mújica, por lo que el futuro de la marihuana sigue pintando verde en esta nación sudamericana. Por lo menos de momento.
El candidato de la coalición socialdemócrata Frente Amplio, Tabaré Vázquez, sucederá al frente del gobierno uruguayo a José Mújica, el hombre que le relevó hace cinco años, tras imponerse en las elecciones del pasado domingo. Y que la izquierda siga gobernando Uruguay va a venir muy bien a los amantes de la marihuana: el año pasado, se regularizó el cannabis para uso recreativo y terapéutico a instancia del todavía presidente José Mújica.
La producción, venta y consumo de cannabis ya es legal en Uruguay, pero la victoria del opositor del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, podría haber supuesto una marcha atrás en la regulación: se había comprometido a derogar algunas partes de la ley si accedía a la presidencia.
Por su parte, Tabaré Vázquez ha garantizado que respetará la regulación, aunque supervisará de cerca su implantación para ofrecer garantías, ya que la producción de marihuana está controlada por el estado. "Vamos a ver muy atentamente qué resultados da esta ley. Va a haber una evaluación estricta y muy de cerca sobre el impacto que tenga en la sociedad", ha declarado el futuro presidente.
Mientras, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis de Uruguay ya ha elaborado una guía para los clubes de cannabis en la que se establecen los requisitos para plantar la marihuana y mejorar su siembra y trasplante. Una forma de educar en el cultivo en el hogar, permitido con un tope de seis plantas.
La ley permite la creación de clubes recreativos, de entre 15 y 45 socios y con un número proporcional de plantas de marihuana, con un máximo de 99. Desde hace un mes se han comenzado a regular estos primeros clubes de cannabis, que han tenido que presentar un plan de autocultivo.
Las farmacias son el tercer punto de venta del cannabis, para que todos los que lo deseen tengan un fácil acceso a las propiedades terapéuticas de esta planta con un precio regulado por el Estado: menos de un euro el gramo. Una forma de que toda la población pueda acceder a la marihuana.
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