- La planta de cannabis contiene 113 compuestos activos llamados cannabinoides. El CBD (cannabidiol) es uno de ellos. Y junto al THC, es el más abundante. Al contrario que el THC, el CBD no tiene propiedades psicoactivas, por lo que no te hará sentir "colocado".
- De hecho, se ha demostrado científicamente que el CBD contrarresta los efectos psicoactivos del THC, incluida la ansiedad causada por el consumo excesivo de este compuesto.
- Además, el CBD tiene una gran cantidad de beneficios para la salud por su interacción con el sistema endocannabinoide (SEC por sus siglas en castellano), una red compleja de receptores celulares y neurotransmisores que son responsables de mantener la homeostasis en el cuerpo.
Los sistemas endocannabinoides existen en mamíferos, reptiles, pájaros y peces (y posiblemente incluso en algunos invertebrados). Los receptores cannabinoides que lo forman se extienden por todo el cuerpo humano, con mayores concentraciones en el sistema nervioso central y periférico y en el sistema inmune.
De esta forma, el sistema endocannabinoide es el encargado de controlar una amplia gama de funciones biológicas, que incluyen el sueño, el estado de ánimo, el control de la temperatura, la respuesta inmune, la percepción del dolor y el placer, la fertilidad, la memoria o el apetito.
Así, cada vez que ocurre un problema de salud, el sistema endocannabinoide liberará sus cannabinoides naturales (endocannabinoides) para restablecer el equilibrio y solucionarlo. Sin embargo, a veces, no puede hacer el trabajo él solo, lo que puede ser causa de distintas afecciones crónicas.
¿En qué consiste el sistema endocannabinoide?
A diferencia de muchos de los otros sistemas corporales, como el sistema nervioso y el sistema digestivo, el sistema endocannabinoide se descubrió recientemente, a principios de la década de 1990. En la década de 1980, la administración del presidente Ronald Reagan invirtió decenas de millones de dólares en estudios destinados a demostrar que la marihuana causa daño cerebral y deterioro cognitivo. Como se puede suponer, estos estudios no pudieron probar dicha afirmación sesgada políticamente; y, en cambio, terminaron descubriendo el sistema endocannabinoide.
De hecho, se descubrió tan recientemente que lleva el nombre de la planta de cannabis. Esto se debe a que los cannabinoides que forman parte del sistema endocannabinoide tienen un parecido notable con los cannabinoides que se encuentran en el cáñamo, la marihuana y otras subespecies de cannabis.
Este sistema también es único en su función principal. A diferencia de otros sistemas, que se centran en funciones específicas, como el proceso digestivo, el sistema endocannabinoide trabaja para mantener todos los demás sistemas funcionando de manera óptima. Este su objetivo principal: la homeostasis óptima, en otras palabras, trabajar para mantener el cuerpo en una condición estable donde todo funcione de la mejor manera, a pesar de lo que pueda estar sucediendo externamente.
Por ejemplo, el sistema endocannabinoide tiene como objetivo mantener constante el ritmo cardíaco y la temperatura corporal dentro de un rango establecido, sin importar la temperatura exterior o si estás haciendo ejercicio. Si el ambiente exterior obliga al cuerpo a reaccionar, el sistema endocannabinoide lo hace sudar para que pueda refrescarse. El cuerpo humano está más sano cuando se encuentra en un estado de equilibrio, por lo que el sistema endocannabinoide trabaja con los diversos sistemas del cuerpo para mantener este equilibrio.
Los tres elementos principales del sistema endocannabinoide
- Endocannabinoides: los endocannabinoides son similares a los compuestos químicos que se encuentran en el cannabis, como el CBD y el THC, que se llaman fitocannabinoides (phyto = planta en griego). El prefijo "endo" significa endógeno, refiriéndose al hecho de que se producen internamente en el cuerpo. Los investigadores han identificado dos endocannabinoides principales: anandamida y 2-AG.
- Receptores cannabinoides: los receptores cannabinoides se encuentran en la superficie de las células en todo el sistema nervioso y en otros órganos. Los endocannabinoides, así como los cannabinoides externos que se toman con el cannabis, pueden unirse a estos receptores, permitiéndoles comunicarse con varios sistemas corporales y restablecer el equilibrio donde sea necesario. Los dos tipos principales de receptores cannabinoides son los receptores CB1 y CB2.
- Enzimas: después de que los endocannabinoides se han unido a los receptores cannabinoides y han cumplido su propósito, las enzimas del sistema endocannabinoide trabajan para descomponerlos, evitando que se acumulen en exceso. Así como hay dos endocannabinoides, hay dos enzimas principales para descomponerlos. Las enzimas FAAH (amida hidrolasa de ácidos grasos) descomponen los endocannabinoides de anandamida, mientras que las enzimas MAGL (monoacilglicerol lipasa) descomponen los endocannabinoides 2-AG.
¿Qué funciones regula el sistema endocannabinoide?
Antes utilizamos un ejemplo de sobrecalentamiento mientras se hace ejercicio, pero otras muchas funciones biológicas se benefician al operar dentro de un rango saludable. El sistema endocannabinoide puede ayudar a regular multitud de funciones, incluidas las siguientes:
- Apetito y digestión.
- Temperatura.
- Función inmune.
- Inflamación.
- Control motor.
- Estado anímico.
- Memoria.
- Sueño.
- Respuesta al dolor y al placer.
El sistema endocannabinoide puede regular estas funciones a través de su comunicación con el sistema nervioso, el sistema digestivo y el sistema inmunitario, a través de los receptores cannabinoides. Aunque existen otros, hasta la fecha los investigadores se han centrado principalmente en dos receptores cannabinoides:
- Los receptores CB1 residen en el sistema nervioso central, que consiste en el cerebro y los nervios de la médula espinal.
- Los receptores CB2 residen en el sistema nervioso periférico, que consiste en los nervios ubicados en el resto del cuerpo (permitiendo que el cerebro se comunique con estas áreas), así como el sistemas digestivo e inmunológico.
Debido a que los receptores cannabinoides se encuentran en todo el cuerpo, el sistema endocannabinoide puede actuar con precisión siempre que aborde un problema de desequilibrio en uno de los sistemas corporales. Por ejemplo, puede identificar un área con inflamación y atacar ese problema específicamente, en lugar de afectar a otros sistemas y provocar cambios fuera de control.
¿Cómo afecta el CBD al sistema endocannabinoide?
Gracias al sistema endocannabinoide, los cannabinoides naturales de la planta de cannabis, como el CBD y el THC, también pueden unirse a los receptores cannabinoides y modular las funciones fisiológicas. Sin embargo, estos dos cannabinoides interactúan de manera diferente:
- Al igual que el endocannabinoide anandamida, el THC se une con los receptores CB1 en el cerebro. La anandamida tiene un efecto calmante en el cerebro, mientras que el THC produce una sensación psicoactiva. Las enzimas FAAH pueden descomponer la anandamida, pero no son tan efectivas contra el THC, razón por la cual el "colocón" permanece por más tiempo.
- El CBD , por otro lado, puede interactuar y unirse a ambos tipos de receptores: los receptores CB1 en el cerebro y los receptores CB2 en todo el cuerpo. Como resultado, los efectos beneficiosos se pueden distribuir por todo el cuerpo, aliviando problemas mentales como la ansiedad, así como los problemas físicos como espasmos musculares, el dolor y la inflamación.
Los efectos indirectos del CBD en el sistema endocannabinoide
Pero el CBD afecta el sistema endocannabinoide también de otra manera: modificando la actividad de las enzimas y las proteínas de transporte de este sistema y, por lo tanto, la concentración de anandamida, el endocannabinoide "predeterminado" generado por nuestro cuerpo.
Cuando se describe el sistema endocannabinoide, a menudo se olvida que consiste no solo en los receptores y los neurotransmisores "dedicados" sino también en las enzimas que regulan todo el mecanismo. En este caso, la enzima clave es la la mencionada FAAH, que es responsable de la descomposición (metabolización) de la anandamida, un proceso del cual el CBD es un inhibidor.
En otras palabras, el cannabidiol hace que la enzima que debería descomponer la anandamida no funcione tan eficientemente como debería, lo que conduce a una mayor concentración de anandamida en el sistema, por lo tanto, a un mayor impacto. Por ejemplo, la anandamida produce un efecto calmante, por lo que al bloquear la enzima FAAH que la descompone, el CBD puede ser útil para tratar los trastornos de ansiedad.
Como vemos, el CBD no funciona aquí directamente, sino que mejora los efectos del elemento natural del sistema en cuestión. Sin embargo, también se ha descubierto que el CBD es en realidad un inhibidor bastante débil de la FAAH, por lo que los efectos del cannabidiol no se pueden atribuir por completo (o incluso en gran medida) a su interacción con las enzimas.
Así el CBD opera en 60 vías moleculares diferentes, que afectan los receptores de serotonina, el sistema inmunitario, los receptores TRP (sensores celulares que detectan cambios en el entorno) y muchos más. Es un compuesto tan versátil que la cantidad de consumidores preocupados por la salud que lo usan regularmente es una prueba viviente de ello.
Como se puede ver, el amplio alcance de los efectos del CBD puede explicarse por su acción en el sistema endocannabinoide hasta cierto punto. En general, encontramos que la acción del CBD es principalmente indirecta, que su función primordial es mejorar los efectos de la anandamida, el neurotransmisor nativo del sistema endocannabinoide.
Pero al mismo tiempo, vemos que para comprender completamente el rico espectro de los efectos del cannabidiol, tendremos que ir más allá del sistema endocannabinoide y observar el efecto del CBD en los otros sistemas de nuestro cuerpo humano.
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