- La artista Aimee Hilsenhoff ha construido casas, un mercado y hasta una iglesia a base de cáñamo y materiales reciclados en su pequeña aldea. Nos adentramos en Hempville, el pueblo que rinde un tributo a todos los amantes del cannabis.
El arte y el cannabis pueden unirse formas sorprendentes. Así lo ha demostrado la artista Aimee Hilsenhoff, que ha creado un pueblo en miniatura a base de cáñamo y materiales reciclados como parte del concurso 'High Art' que organiza el portal especializado estadounidense High Times'.
Los lectores envían sus propias creaciones relacionadas con el cannabis, desde dibujos hasta pinturas, esculturas o murales. La cuidadosa obra de Aimee Hilsenhoff ha sido una de las que más ha sorprendido a los editores. Demuestra que el cáñamo puede servir para construir una pequeña aldea agrícola con casas y graneros.
En ninguna localidad puede faltar el mercado, y Hilsenhoff también ha utilizado las plantas para crear un pequeño y detallista puesto de frutas y hortalizas, con un nombre que no puede ser más cannábico: 420 Market. Recuerda que 4/20 es el número favorito de cualquier amante de la marihuana.
El cáñamo también sirve para crear una taberna en miniatura que parece haber salido de un 'western': Sativa Saloon.
E incluso la propia planta puede ser la base para crear un mirador donde contemplar los atardeceres mientras sus diminutos habitantes fuman marihuana.
Los amantes del cannabis también pueden ser religiosos, y esta artista ha creado la primera iglesia de cáñamo del mundo (aunque su tamaño hará un poco difícil que entres a rezar).
Las obras de arte no entienden de materiales, así que, si tú también eres un fan de la marihuana, puedes crear tus propias obras usando cáñamo y mucha imaginación.
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