Guía esencial para cultivar marihuana de manera orgánica

La mayor parte de la marihuana que se compra en tiendas, dispensarios, asociaciones o en la calle, probablemente se haya cultivado mediante un proceso químico o un entorno inorgánico (como el cultivo en interiores). La verdad es que estos procesos interfieren bastante con el ciclo natural de la planta, lo que también afecta al resto de la experiencia de consumo. Por eso cuando cultives tu propia marihuana orgánica y disfrutes de su olor y sabor... ¡comprenderás sus beneficios!

Entre ellos están:

- El cannabis orgánico es superior en muchos niveles. Para empezar, es mejor para nuestro cuerpo. No hace falta decir que el cuerpo humano está más familiarizado con el material orgánico que con el inorgánico, y por tanto está en mejores condiciones para procesarlo. Los agresivos productos químicos que se usan en fertilizantes, pesticidas y herbicidas llegan al cuerpo del consumidor y con el tiempo pueden ser extremadamente perjudiciales.

- Estos efectos perjudiciales se extienden más allá de nuestro cuerpo y salta al medio ambiente. ¡Así que el cannabis orgánico también es mejor para el planeta! Esos fuertes químicos que nos tragamos con cada bocanada también acaban a los ecosistemas naturales durante el cultivo (sobre todo si estamos haciendo cultivos en exterior cerca de un río o de una playa) y afectan el entorno de manera drástica, contaminando las aguas.

- Finalmente, la experiencia real de la marihuana orgánica es simplemente mejor. El sabor, el olor y el color de los cogollos se intensifican con mayor vitalidad. Es una experiencia más "natural" porque así es exactamente como lo pretendía la naturaleza.

Elementos fundamentales para el cultivo orgánico

Si quieres tener tu propia plantación de marihuana orgánica es el momento de ponerse manos a la obra. Para algunos, la posibilidad lograrlo al aire libre es escasa o nula, pero también existen maneras de acercarse bastante al concepto orgánico con un cultivo en interior. Estos son los pilares para abrazar esta filosofía con éxito:

- Suelo orgánico

El sustrato es de donde la planta de marihuana obtendrá la mayor parte de su comida, y por eso, debe ser orgánico. El suelo orgánico es básicamente un suelo rico en nutrientes que se ha enriquecido mediante procesos naturales, como la descomposición de plantas y animales. La idea es solamente permitir que la naturaleza siga su curso. Mediante el simple uso de compost, se puede alentar la vida microbiana adecuada para que esto ocurra en tu jardín.

- Nutrientes orgánicos

Cultivar marihuana orgánica también significa abstenerse por completo del uso de cualquier fertilizante, herbicida o pesticida químico. El estiércol se está convirtiendo en una forma popular de mantener el suelo rico en nutrientes. Las cenizas de madera son una excelente manera de elevar los niveles de pH y contienen muchos micronutrientes. Mantener el suelo rico con todos los nutrientes necesarios para un cultivo saludable de marihuana no es difícil: solo requiere un poco de investigación y la voluntad de ser creativo en casa.

- Iluminación orgánica

El cannabis estrictamente orgánico se cultivaría bajo la luz del sol, pero para muchos esto es básicamente imposible. Sin embargo existen algunas sugerencias para el uso de lámparas. El punto fundamental es elegir algo que no contribuya al problema actual de consumo de energía en el mundo. Aunque las luces LED son caras de comprar, han revolucionado la iluminación con eficiencia energética, y con un operativo tan grande como puede ser montar un 'indoor', vale la pena el cambio. Si cultivas marihuana orgánicamente, probablemente sea porque tienes conciencia medioambiental. Y con el tiempo, las luces LED realmente ahorran dinero y protegen el entorno.

- Riego orgánico

A la hora de racionar el agua, hay que ser conscientes de las necesidades que tiene una planta de marihuana. Un ejemplar adulto puede gastar 22 litros de agua al día de media, lo mismo que necesita una de brócoli para una temporada entera de crecimiento. Pero el cannabis es una hierba que puede crecer en ambientes difíciles y puede tolerar el estrés mucho mejor que el brócoli. Puede que sea posible no regar tanto como de costumbre si volvemos a un enfoque más orgánico. Lo ideal sería usar goteo o una regadera, que nos permite distribuir el agua justa allí donde queremos. También el uso de un mantillo natural o de piedras alrededor de la planta pueden ayudar a que el agua se mantengan al suelo. Si tenemos varias plantas, para evitar la vaporización también es recomendable colocarlas muy cerca las unas de las otras y regar de noche o al atardecer.

- Plaguicidas orgánicos

En la lucha contra las plagas es común utilizar productos químicos para acabar con ellas. Es cierto que, en ocasiones, puede ser útil; pero en la mayoría de casos, la lucha contra las plagas puede ser efectiva mediante fórmulas menos agresivas y respetuosas con el entorno.

Por ejemplo, si el cultivo está siendo atacado por una plaga de microácaros, el aceite de Neem es una de las armas más eficaces. Combatir las plagas utilizando otros insectos también es un método seguro y limpio, con la condición de aplicarlo a tiempo. Entre las especies más indicadas para este cometido están las voraces mariquitas, ácaros depredadores, avispas parasitarias o incluso las arañas, que comen toda clase de insectos.

También es posible cultivar otras plantas alrededor de la nuestra para actuar como insecticida. El cilantro, por ejemplo, repele a los ácaros araña. El ajo tiene azufre, que ayuda a eliminar a los pulgones. Por su parte, el girasol atrae a insectos beneficiosos y ahuyenta a los mosquitos.

No hay duda que el cannabis orgánico es mejor para todos. Mantiene la salud de tu cuerpo y la del planeta. Pero la última palabra la tendrás cuando finalmente experimentes con tu marihuana orgánica, cuando las huelas, la pruebes y comprendas que la naturaleza siempre hace bien su trabajo.