- A base de sílice, el método desarrollado por un grupo de científicos estadounidenses puede suponer para los fabricantes un gran avance a la hora de comercializar sus alimentos. Para el consumidor, tranquilidad y seguridad. De momento ha ayudado a calcular el nivel de THC en 'brownies' y galletas, entre otros productos.
Conforme se despenaliza el uso de la marihuana en diferentes estados de Estados Unidos y se expanden sus aplicaciones médicas, ha aumentado el interés sobre la cantidad de cannabis en los alimentos. Para los empresarios del sector esta es una preocupación fundamental: ofrecer comestibles reconocibles y de calidad siempre con la misma fórmula en los ingredientes.
Parece que las inexactitudes en las recetas que se producían hasta ahora (por ejemplo, en galletas y 'brownies') pueden resolverse con un nuevo método desarrollado por un grupo de científicos. Estos aseguran que el procedimiento ayudaría a que el mercado de los comestibles cannábicos crezca.
Los investigadores colocaron alimentos que contenían marihuana en una centrifugadora con hielo seco y nitrógeno líquido. Luego añadieron a la mezcla una base de sílice para crear una pasta y así extraer muestras analizables por el procedimiento tradicional. Dicho de otra manera, en vez de colocar el 'brownie' o la galleta directamente, lo 'cocinaron' para que las máquinas midieran cada sustancia por separado y de manera fiable.
"Los fabricantes de comestibles cannábicos se quejan de que si mandan a analizar sus productos a tres laboratorios diferentes obtienen tres resultados diferentes", ha explicado una de las responsables, Melissa Wilcox, de Grace Discovery Sciences, una empresa productora de gel de sílice que ha participado en el proyecto. "El objeto de nuestro trabajo es crear un método sólido que pueda medir de manera precisa y confiable el contenido de cannabis en esos productos", ha añadido. Los investigadores presentaron su trabajo en el Encuentro Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS).
Más de 30 estados en Estados Unidos han despenalizado el cannabis o han permitido su prescripción médica. Sin embargo, estudios recientes comprobaron que el etiquetado de los consumibles era deficiente o irregular. De hecho, esas investigaciones en tres ciudades diferentes demostraron que solo un 17 por ciento de los alimentos indicaban en su envoltorio el contenido correcto de THC, mientras que más de la mitad contenían cannabidiol sin citarlo en la etiqueta.
Esas inexactitudes son importantes para crear un mercado confiable en el que el consumidor sepa qué está adquiriendo. La mayoría de los comestibles se analizan con métodos no creados para estos alimentos. Los azúcares y grasas pueden alterar la medición del THC, por ejemplo, y proporcionar resultados erróneos.
Aunque todavía se están evaluando estos resultados preliminares y determinando si el nuevo método funciona con todas las comidas y bebidas cannábicas, los científicos han podido medir con precisión el THC que contenían osos de gominola, 'brownies', galletas y algunas lociones para la piel. El siguiente paso será instalar su equipo en laboratorios comerciales, algo que, sin duda, los fabricantes agradecerán.
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