- Actualmente, la variedad Kush es una de las que están pegando más fuerte entre los usuarios y cultivadores de marihuana, pero ¿de dónde viene esta familia cannábica? La original proviene de un lugar casi mágico pero asolado en las últimas décadas por conflictos: la cordillera del Hindu Kush. Este portentoso enclave, famoso por su hachís de gran calidad, es una prolongación del Himalaya y abarca el noroeste de la India, parte de Pakistán y Afganistán.
Esta hermosa y a la vez desolada región, de más de 700 kilómetros de longitud, forma una importante ruta comercial entre Oriente Medio, Asia Central y el Lejano Oriente, un poderoso vórtice donde desde hace cientos de años han coincidido las antiguas tradiciones cannábicas de las distintas culturas de los alrededores, convirtiéndose en el centro absoluto del mundo en cuanto a los verdaderos genotipos de Indica o Afgana.
En los años 60 y 70, los jipis que volvían de su cuelgue espiritual trajeron estas semillas afganas, pakistaníes y kush a Estados Unidos, Europa y Canadá. Allí cruzaron las plantas con sátivas logrando variedades espectaculares con lo mejor de cada raza. La genética índica dominante acortó los períodos de crecimiento y floración permitiendo cultivar en lugares septentrionales y aumentó la potencia y el efecto físico. Desde entonces, la zona sur de California se ha consagrado como uno de los lugares donde más se ha desarrollado la familia Kush, muchas veces con propósitos medicinales.
El éxito de esta familia ha venido acompañado de premios como la High Times Cannabis Cup. Tanto las originales Skunk de los 80 hasta la Vanilla y la Kaia Kush han logrado este prestigioso galardón. La familia Kush también ha ayudado a crear genéticas ganadoras que han logrado este premio y que no portan el nombre Kush. Éste es el caso de ilustres como White Widow o la AK-47.
Por otra parte, la OG Kush es la variedad más vendida en Estados Unidos pese a que se pague hasta 30 dólares el gramo. Las razones son obvias: un sabor exquisito limón-gasolina y una potencia brutal de hasta 24% de THC. Otra variedad muy popular es la Bubba Kush, una marihuana 80% índica con un sabor muy dulce.
Gracias a sus propiedades (efecto físico potente, mejora del estado de ánimo, etc...), la familia Kush también se ha convertido en uno de los referentes para el uso terapéutico del cannabis. En la actualidad, muchas de estas variedades se utilizan para tratar problemas de insomnio, así como dolor crónico, nauseas, depresión, pérdida del apetito y ansiedad.
La Kush se ha hecho tan popular en Estado Unidos que hasta se ha convertido en sinónimo de marihuana potente. En 2009, el senador republicano de Illinois, Mark Kirk, introdujo una enmienda para aumentar las penas por el tráfico de marihuana Kush, entendiendo por ello marihuana con una cuota superior al 15 % de THC.
Kush, Kush, Kush, el nombre es pegadizo y, si bien a mucha gente le evocará a esa potencia psicoactiva o a ese cogollo compacto y resinoso, a nosotros, desde ahora, nos transportará a esos míticos valles azulados del Hindu Kush.
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