Los errores más comunes al germinar semillas de cannabis

Germinar la semilla es el primer paso en cualquier cultivo de cannabis. Se trata de ese proceso durante el que la semilla comienza a desarrollarse, y nace la radícula. Existen varios métodos de germinación, y en cada uno de ellos suelen cometerse algunos errores frecuentes, que son fácilmente evitables.

Explicamos qué no debe hacerse durante la germinación en cada uno de los casos, e informamos de que el método recomendado por Dinafem Seeds es el de la germinación en Jiffy, por ser el más sencillo y el que menos índice de error suele presentar. 

Errores al germinar semillas de cannabis en Jiffy

Los Jiffys son unos discos de turba deshidratada, prensados en una red biodegradable, que al humedecerse se convierten en diminutos sacos de tierra. Lo común es aplicarles agua para que los discos húmedos se hinchen, y se conviertan en unos mini recipientes de sustrato, donde introducir la semilla de cannabis para que germine dentro de la turba. ¿Qué puede hacerse mal con este me´todo para no llegar a ver la plántula emerger del Jiffy?

1. Aplicar demasiada humedad al Jiffy: hay que humedecer el disco para que se hinche, pero no ahogarlo. El objetivo es que la tierra de Jiffy se mantenga húmeda durante el proceso de germinación, pero en ningún caso ahogada. Hay quienes riegan el Jiffy demasiado, y con más frecuencia de la necesaria, y acaban por ahogar la semilla porque la humedad excesiva impide la ventilación de la misma, impidiendo su germinación.
2. Cubrir o tapar el Jiffy de un modo demasiado hermético: el Jiffy tiene que estar protegido, pero hay quienes al encerrarlo en un invernadero de germinación o un tupper con agujeros aumentan en exceso la humedad, dando lugar al nacimiento de hongos.
3. Enterrar la semilla demasiado profundo: la semilla debería quedar como a un centímetro de la superficie. Aunque es cierto que la profundidad de un Jiffy no supera los 10 centímetros, el empujar la semilla hasta el fondo del mismo entorpecerá que la radícula encuentre la salida hacia la luz. Basta con introducir la semilla con el dedo, cerca de la superficie, y tapar el minúsculo agujero hecho al introducirla.
4. No proporcionarle la intensidad lumínica adecuada: en el primer estadio de germinación, cuando la radícula empieza a tirar para arriba, es mejor pasarse de luz, que que le falte, porque al cannabis la luz no le molesta. Claro que en el caso del Jiffy, tengamos en cuenta que la luz, ya sea sol o foco, va unida a capacidad de secar. Así que, aún cuando es bueno que el Jiffy tenga bien de luz, vigilemos que eso no está secando demasiado la tierra.
5. Someter el Jiffy a temperaturas cambiantes: pasarlo de 25 grados (interior de la casa) a 5 grados (en la terraza), por ejemplo, hará imposible la germinación. 
6. Poner varias semillas en un mismo Jiffy: el tamaño de estas turbas no da para varias semillas. Usemos uno por cada semilla que queremos germinar. 
7. Mantener la semilla en el Jiffy demasiado tiempo. En cuanto la plántula tiene un par de cotiledones, hay que pasarla al sustrato. El Jiffy es pequeño y da para lo que da, así que hay que dar espacio a las raíces para que crezcan en la maceta o en el suelo. 

Errores al germinar semillas de cannabis en algodón o papel húmedo

El método de germinación en algodón o papel húmedo consiste en humedecer estos materiales, y envolver en ellos las semillas. En este caso, es recomendable meter estos tejidos mojados en un invernadero de germinación o tupper con agujeros para la ventilación, de manera que la temperatura se mantenga la misma durante todo el proceso. ¿Qué podemos hacer mal en este caso?

1. Dejar crecer demasiado la radícula: si la raíz se alarga demasiado, seguramente acabe enganchándose al algodón o papel, y se rompa al despegarla de ellos para pasarla al sustrato. Para evitarlo conviene hacer dos cosas. La primera: no dejar que la raíz se alargue demasiado. Según puede verse en las fotos, las radículas crecen muy rápido, así que hay que meterla en la tierra según vemos que ha adoptado una determinada dirección (observamos que crece en línea recta o que adopta una forma más curva). La segunda: no utilizar algodón puro o papel de cocina, sino tejidos de algodón como trapos o trozos de camisetas. 
2. Exponer las semillas a temperaturas cambiantes: si andamos exponiéndolas a diferentes grados, no germinarán. Hay que garantizar la temperatura donde las ponemos es cálida, entre 25 y 28 grados, y me mantiene estable hasta que las trasplantemos al sustrato. 
3. Dejar la raíz en contacto con el aire demasiado tiempo: en contacto con el aire la raíz se oxidará y matará planta. Cuando la raíz ya empieza a crecer, lo mejor es trasladarla al sustrato inmediatamente. O en su defecto, mantenerla bien cubierta por el tejido húmedo. 

Errores al germinar semillas de cannabis en sustrato (maceta o suelo)

Introducir la semilla directamente en la maceta o el suelo donde pensamos cultivarla es otra opción para germinar la semilla. Veamos qué suele hacerse indebidamente en este caso, originando la negativa germinación de las semillas de cannabis. 

1. Enterrar la semilla a demasiada profundidad: la semilla tiene que estar a un centímetro de la superficie, no a mayor distancia. Como regla para la germinación y cultivo de semillas en general, se recomienda introducir la semilla a la medida doble de su diámetro. Las semillas de cannabis, de diámetro pequeño, se bastan con estar cubiertas justo por un poco de tierra.
2. Sobrefertilizar el sustrato: la tierra donde la semilla puede germinar es aquella ligera en nutrientes y porosa. Un sustrato que hemos empleado para una planta en floración, no es la mejor opción para germinar una semilla, porque un bebé de marihuana no puede asimilar la misma cantidad de alimento que una marihuana adulta. Así que seamos parcos con la dieta de la tierra donde la hemos puesto a nacer.
3. Emplear una tierra cuya composición no conocemos: la tierra del parque de al lado de casa, o de la huerta de la casa del pueblo no son la mejor opción para la germinación. Conviene conocer la composición del sustrato donde vamos a introducir la semilla. Y cuando cogemos tierra de cualquier lado, puede que tenga muchos minerales, o muchos nutrientes, o muchos fertilizantes, y al no haberla comprado en una bolsa donde se detallan sus ingredientes, no sabemos su composición. Así que, y sobre todo para este primer paso del cultivo, conviene emplear un sustrato cuya composición conocemos.
4. Regar demasiado: que el sustrato esté demasiado húmedo, sobre todo en el caso de las autoflorecientes, puede ser letal para la germinación, y para las primeras semanas de vida de la plántula. 
5. Poner varias semillas en una misma maceta: a menos que sea una maceta muy grande, concedamos a cada semilla su espacio individual para que las raíces tengan sitio para desarrollarse. Si ponemos varias en una maceta de 14 litros, por ejemplo, es posible que las unas entorpezcan el desarrollo de las otras. 
6. Introducir la semilla directamente en un suelo donde el clima no es el adecuado: si el tiempo es muy frío, muy caluroso, muy seco, o muy húmedo será difícil que la semilla germine. Dado que en un sustrato en exterior no controlamos las condiciones ambientales, es fácil que las variaciones del tiempo entorpezcan la germinación de la semilla de cannabis.

Errores al germinar semillas de cannabis en agua

Este caso consiste en meter la semilla en un recipiente con agua templada, y esperar a que germine en los días siguientes a la inmersión. 

1. Dejar la semilla pasar demasiado tiempo en el agua: en cuanto a germinado, y vemos que ha salido la radícula, hay que pasarla al sustrato. El agua puede servir para germinarla, pero en ningún caso para cultivarla. Así que según hemos conseguido el objetivo de meterla en el líquido, hay que sacarla de ahí y ofrecerle el sustrato que necesita para sobrevivir. 
2. Pasarse con la dosis de agua oxigenada en el agua: si se quiere incluir agua oxigenada para prevenir hongos o bacterias durante la germinación, hay que prestar atención a la disolución. Pasarse con la cantidad puede impedir la germinación. 

Errores comunes propios de cualquier método de germinación

1. Romper la radícula al intentar separar la cáscara de la bulba. Ser muy invasivos en el proceso de germinación puede ser letal para la semilla. Una vez germine, la plántula expulsará, por norma general, sola la cáscara de la semilla así que dejemos a la propia semilla hacer su trabajo. Recomendamos intervenir solo si es francamente necesario, y vemos que la planta tira para arriba y que la cáscara sigue pegada a alguna de sus partes. 
2. Manipular las semillas, radículas o plántulas con las manos sucias. No sabemos qué suciedad podemos llevar pegada a las manos sin darnos cuenta, así que conviene lavarse siempre las manos antes de llevar a cabo cualquiera de los procesos de germinación. Esta higiene se traslada a cada uno de los utensilios que están en contacto con la semilla durante el periodo de germinación.
3. Usar agua sucia. Es importante emplear agua limpia del grifo en cualquier caso.

Si habéis cometido otros errores a los detallados en este post, no dudéis en compartirlo en los comentarios. Las experiencias de cultivos de los unos, suelen ser útiles para los otros. 

No dudéis tampoco en plantearnos vuestras dudas para la germinación de semillas de cannabis.