- Durante décadas, el mundo del cannabis ha sostenido la teoría de que el cannabidiol (CBD) y el tetrahidrocannabinol (THC) trabajan en conjunto, equilibrando sus efectos en el cuerpo humano.
- Según esta creencia, el CBD puede moderar los efectos psicoactivos del THC, especialmente aquellos relacionados con la ansiedad y la paranoia.
- Sin embargo, investigaciones recientes ponen en duda esta narrativa, sugiriendo que la interacción entre estos dos compuestos es mucho más compleja y está lejos de ser un simple "tira y afloja".
Durante años, se ha fomentado la idea de que el CBD actúa como un "equilibrador natural" de los efectos del THC. Esta teoría se basa en las propiedades únicas de cada compuesto y también en el 'efecto séquito', un fenómeno que defiende que todos los componentes de la planta (cannabinoides, terpenos, flavonoides…) actúan sinérgicamente para potenciar sus propiedades entre sí. Esta interacción puede mejorar el impacto sensorial general del cannabis y podría resultar en una experiencia menos adversa que si los cannabinoides se toman por separado.
Así, el THC es el cannabinoide más conocido por su capacidad de generar efectos psicoactivos, como euforia, alteraciones sensoriales, y en algunos casos, ansiedad o paranoia. Y actúa principalmente activando los receptores CB1 del sistema endocannabinoide, ubicados mayormente en el cerebro.
El CBD, por otro lado, no tiene efectos psicoactivos y se ha asociado con propiedades calmantes, antiinflamatorias y antipsicóticas. Se creía que el CBD podía atenuar los efectos adversos del THC al reducir su activación en los receptores CB1.
Esta relación complementaria ha sido la base de muchas formulaciones de cannabis medicinal, especialmente aquellas diseñadas para personas sensibles al THC. Sin embargo, ¿es esta suposición válida? Las nuevas investigaciones nos dicen que no necesariamente, desafiando la idea de que el CBD puede mitigar consistentemente los efectos psicoactivos del THC.
¿Qué dicen las investigaciones recientes sobre la interacción CBD-THC?
Un reciente estudio publicado en 'Clinical Pharmacology & Therapeutics', y llevado a cabo por científicos del Centro de Investigación sobre Drogas Humanas en los Países Bajos, examinó los efectos combinados de estos cannabinoides en un grupo de participantes que ingirieron 9 miligramos de THC y 450 miligramos de CBD; y que informaron sentirse "colocados" en cuerpo y mente significativamente más que cuando tomaron THC solo.
Al analizar la sangre de los sujetos, los investigadores observaron concentraciones elevadas de THC y sus metabolitos, sospechando que la dosis alta de CBD estaba inhibiendo el metabolismo del THC en el cuerpo, lo que aumentaba su presencia y, por ende, intensificaba sus efectos psicoactivos. Si bien estas interacciones también fueron evidentes con una dosis más baja de CBD de 30 miligramos, estas cantidades más pequeñas no tuvieron un impacto significativo en los sentimientos subjetivos de intoxicación, es decir, no produjeron este efecto amplificador, lo que sugiere que la interacción depende de la cantidad de CBD consumida.
Este hallazgo sugiere, por tanto, que el CBD no actúa como un antídoto universal contra los efectos del THC, como se creía previamente. En cambio, en dosis suficientemente altas, el CBD parece en realidad potenciar los efectos psicoactivos del THC.
Aunque este estudio proporciona una evidencia convincente, es importante apuntar que solo se examinó la ingestión oral de CBD y THC. Y en las conclusiones aportadas por los científicos se destaca que, aunque existe una interacción entre ambos compuestos, la influencia del CBD sobre el THC depende de numerosos factores, incluyendo la proporción de ambos cannabinoides, la dosis total consumida, la vía de administración y las características individuales de cada persona, como su genética y metabolismo.
Sin embargo, estos hallazgos obligan a repensar cómo interpretamos la interacción entre el CBD y el THC, particularmente en el contexto de su uso terapéutico y recreativo.
Los mecanismos detrás de la interacción CBD-THC
Para comprender por qué el CBD no siempre equilibra al THC, es importante profundizar en los mecanismos biológicos del sistema endocannabinoide. El THC es un agonista parcial de los receptores CB1, lo que significa que se une a estos receptores y los activa, generando sus efectos psicoactivos. En cambio, el CBD tiene una afinidad muy baja por los receptores CB1 y CB2; más bien, actúa como un modulador indirecto, interfiriendo con las señales enviadas por otros compuestos, incluido el THC.
Además, el CBD influye en otros sistemas en el cuerpo, incluyendo los receptores de serotonina, los canales de calcio y los receptores TRPV1, que están involucrados en la regulación del dolor y la ansiedad. Esto implica que los efectos del CBD no siempre están directamente vinculados al THC, sino que dependen de un panorama más amplio de interacción en el cuerpo humano.
Sin embargo, lo que las investigaciones más recientes sugieren es que esta modulación del CBD no es lo suficientemente robusta como para "apagar" por completo los efectos del THC, especialmente cuando el THC está presente en dosis altas.
La complejidad de las variables: dosis, proporción y contexto
Otro aspecto clave que los estudios recientes han revelado es la importancia de las variables que afectan la interacción entre el CBD y el THC. Por ejemplo:
- Proporción entre CBD y THC: en productos con proporciones altas de THC y bajas de CBD (como en muchas variedades recreativas modernas), es menos probable que el CBD tenga un impacto significativo en los efectos del THC. Por el contrario, en formulaciones con una alta proporción de CBD, los efectos del THC pueden ser más suaves.
- Dosis total: el nivel de THC consumido puede superar la capacidad moduladora del CBD, lo que explicaría por qué algunos consumidores experimentan ansiedad o paranoia incluso en productos que contienen ambos cannabinoides.
- Vía de administración: la forma en que se consume el cannabis (inhalado, ingerido o aplicado tópicamente) afecta cómo interactúan el CBD y el THC en el cuerpo. Por ejemplo, al ingerir cannabis, los compuestos pasan por el hígado, donde se metabolizan de manera diferente que cuando se inhalan.
Estos factores añaden otra capa de complejidad a la ya intrincada relación entre estos dos cannabinoides.
Implicaciones para el uso terapéutico y recreativo
La creencia de que el CBD "domestica" al THC ha influido enormemente en la formulación de productos de cannabis medicinal y recreativo. Muchos usuarios eligen productos con CBD y THC esperando una experiencia más equilibrada y menos psicoactiva; sin embargo, las nuevas evidencias sugieren que esta expectativa puede no cumplirse en todos los casos.
Para los consumidores recreativos, esto podría significar ajustar sus elecciones basándose más en la experiencia personal que en las promesas de marketing. Y para los pacientes que usan cannabis medicinal, es crucial que los médicos y especialistas tengan en cuenta estos hallazgos al recomendar productos y dosis.
Más preguntas que respuestas
La relación entre el CBD y el THC sigue siendo un campo de estudio en constante evolución. Y si bien el CBD tiene propiedades terapéuticas innegables, su capacidad para contrarrestar los efectos del THC puede que no sea tan consistente ni universal como se pensaba, lo que subraya la necesidad de más investigaciones que analicen no solo la interacción entre estos dos compuestos, sino también su impacto en diferentes individuos y contextos.
En última instancia, comprender mejor esta interacción podría abrir nuevas puertas para desarrollar formulaciones de cannabis más seguras y efectivas, tanto para uso médico como recreativo. Por ahora, el cannabis sigue siendo una planta llena de misterios, y estamos solo empezando a desentrañarlos.
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