- A principios de septiembre, los Ministerios de Salud y de Defensa de Italia llegaron a un acuerdo histórico: poner a los militares a cultivar marihuana. Además de producir medicamentos utilizados en el tratamiento del dolor y otras terapias, también las mafias que se aprovechan de la carestía de cannabis terapéutico en Italia podrían verse seriamente perjudicadas a partir de 2015. Incluso alcaldes, como el de Nápoles, comienzan a alzar su voz para apoyar la despenalización del cannabis.
La Planta Farmacéutica Química Militar de Florencia se prepara para comenzar a producir marihuana medicinal. Lo hará de forma legal, controlada y segura, y con el objetivo de destinar el producto a los miles de pacientes italianos que hasta ahora se ven obligados a recurrir a otros países para hacerse con ella, puesto que en Italia los costes son muy altos y este cultivo estaba prohibido.
Aún no se sabe si la marihuana se cultivará a partir de clones, o si por el contrario comenzarán el cultivo de cannabis medicinal con semillas feminizadas o incluso se lanzaran al campo de la marihuana autofloreciente. Lo que sí está claro es que será la primera producción legal de cannabis medicinal de la historia de Italia.
De momento, la decisión forma parte de un proyecto piloto apoyado por facultativos que pretende demostrar que es posible facilitar marihuana legal y asequible a quienes la necesitan. Las expectativas son buenas ante una noticia inesperada. No solo porque uno de los países europeos más férreos e intolerantes con el cannabis haya decidido, por fin, producir marihuana por una buena causa, sino también porque el encargado de controlar esa producción será el propio Ejército. Sin embargo, todo tiene una explicación.
En primer lugar, los militares fomentarán una atmósfera de seriedad y confianza sobre un asunto muy delicado y siempre criticado en el país. Además, aunque la Planta Militar nombrada se ha usado desde sus orígenes para satisfacer las necesidades primarias de salud de las Fuerzas Armadas del país, siempre ha colaborado con otras instituciones en la producción de medicamentos y materiales sanitarios sensibles.
Asimismo, esos militares colaboran estrechamente con numerosas universidades de Florencia, Siena, Roma y Pavía – entre otras ciudades – para impulsar actividades de investigación y formación; y para producir medicamentos que, aunque suelen ser de gran utilidad clínica, habitualmente no son desarrollados ni puestos a disposición del público por parte de las farmacéuticas privadas, ya que su interés comercial es muy limitado.
Además, la sociedad civil también respalda los pasos dados en este sentido. Uno de los principales representantes que apoya la despenalización de las drogas blandas es el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, que en una intervención por sorpresa en la presentación de la feria Canapa in mostra (que se celebrará a partir del viernes en su ciudad y a la que asistirá Dinafem) pidió un posible referéndum sobre este tema y afirma que "la idea de la legalización del cannabis es un tema que tarde o temprano el país debe tomar en consideración". No le faltan razones, tras sus años de trabajo como fiscal llevando investigaciones que estaban enfocadas a los vínculos entre políticos y la mafia.
Luchar contra las mafias
Hasta hace poco más de un año, la marihuana en Italia solo se podía cultivar con fines de investigación. Posteriormente era destruida. Después se legalizó su uso terapéutico, pero con él no se impulsó ningún sistema de cultivo legal para este producto, así que esa nueva normativa quedaba desamparada e incluso incentivaba sin proponérselo el crecimiento de mafias callejeras.
La decisión de cultivar marihuana medicinal en el interior del país y con la ayuda del Ejército es, por tanto, una necesidad. Especialmente para evitar que los pacientes entren en contacto con aquellos traficantes que venden a los pacientes productos insalubres sabiendo que los compran casi por obligación, ya que no pueden hacer frente a los altos costes de la marihuana medicinal importada y vendida de forma legal en farmacias.
La oferta de esas mafias es muy tentadora: una media de 5 euros por gramo, lo que significa siete veces menos del precio legal. Aunque, como informamos anteriormente en Dinafem, la actual iniciativa dejaría un precio mucho menor, de 1.55 euros. Incluso la producción en la Planta Militar posibilitará que el gobierno acabe subsidiando los precios. Cannabis medicinal para todos los pacientes que lo necesiten, a cero euros y de buena calidad.
De hecho, a día de hoy – y aunque aún quedan unos meses para que la medida comience a funcionar -, de veinte regiones italianas, la mitad ya se ha comprometido a proporcionar el medicamento gratuitamente. Es la mejor forma de frenar el tráfico de un producto tan delicado.
La ministra italiana de salud, Beatrice Lorenzin, confía en que la situación de inseguridad y de proliferación de mafias cambiará en los próximos meses. Eso sí, siempre y cuando el ejército sea capaz de producir, al menos, la mitad de lo que habitualmente compran los italianos.
Control y, sobre todo, seguridad terapéutica
Por otra parte, los funcionarios del país han querido dejar claro que esta decisión no sigue los pasos de algunos estados norteamericanos que, una vez legalizada la marihuana medicinal, legalizaron también el uso recreativo.
Este tipo de iniciativas tan demandadas por la sociedad civil también tienen, como en todo, detractores. Han sido principalmente los sectores más católicos y conservadores los que han mostrado una clara oposición a esta medida, algo que se presume como normal puesto que Italia es un país con clara influencia papal y un lugar con estrictas normas en lo referente a la producción y consumo de marihuana. Hace varios meses, el Papa Francisco rechazó de forma directa lo que definió como "drogas de sustitución", aquellas que intentaban ser utilizadas "para rendirse a los problemas de la salud".
Sin embargo, la actual implicación del Ejército podría suavizar la opinión de estos sectores que ven que un tema tan sensible queda en buenas manos. El alcalde de Nápoles también afirma en este sentido que "es necesario un debate abierto, laico y honesto sobre la despenalización de las drogas blandas, como se hace en muchos lugares del mundo; y fuera del concepto general de la criminalización. Mi opinión personal, no la del alcalde, es que debe legislar el Parlamento y estoy a favor de la despenalización. Mi posición siempre ha sido esa incluso cuando era magistrado".
Habrá que esperar unos cuantos meses para saber cuáles serán las consecuencias reales de esta solución. También para saber si el Ejército italiano es capaz de generar suficiente cannabis para que los pacientes italianos abandonen de forma definitiva las mafias y el mercado extranjero.
Sea como sea, todo parece empezar con buen pie, sobre todo porque Italia se ha dado cuenta de la importancia que tiene regular aspectos referentes a la marihuana por todos los problemas que el país podría evitarse. ¡Bravo Italia!
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