Delta-8-THC: un cannabinoide minoritario pero con grandes beneficios medicinales y recreativos

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D. Civantos - 11/09/2019
5 min.

El delta-8-THC en un compuesto químico extremadamente valioso derivado del cannabis cuyos beneficios sirven tanto a los consumidores médicos como a los recreativos.
Se trata de un cannabinoide que, por su estabilidad y efectividad, ilustra el poder de los componentes químicos de menor presencia dentro de la planta.
¿Por qué hemos escuchado tan poco acerca de este cannabinoide? ¿Y cómo podemos usarlo para mejorar nuestra propia experiencia con la marihuana?

De los aproximadamente 80 cannabinoides que nos ofrece la planta de cannabis, el más frecuentemente citado es delta-9-tetrahidrocannabinol (Δ9-THC), comúnmente conocido simplemente como THC. Este compuesto es el que mayor porcentaje presenta y la estrella en el mundo de la marihuana (con permiso de su antagonista, el CBD), ya que es responsable de sus efectos psicoactivos. Pero este no es el único compuesto con nombre de THC que existe en el cannabis.

A través de un proceso de envejecimiento, este compuesto se oxida en un isómero conocido como delta-8-tetrahidrocannabinol (Δ8-THC). Estos dos fitocannabinoides son análogos pues comparten la misma fórmula química estructural, pero tienen una disposición ligeramente diferente en la posición de un doble enlace.

Así la parte "delta" del nombre se refiere al doble enlace, (por lo que tanto delta-8 como delta-9 contienen dobles enlaces), la diferencia es dónde se encuentra ese doble enlace. Así los respectivos "8" y "9" en los nombres se refieren a la ubicación de ese doble enlace en la cadena (delta-8 tiene el doble enlace en el octavo carbono de la cadena, delta-9 en el noveno). Son precisamente estas similitudes moleculares las que permiten a este compuesto proporcionar efectos terapéuticos muy remarcables, pero con una carga psicoactiva mucho menor que la de su hermano.

¿Cómo se forma el delta-8-THC?

Como todos los demás cannabinoides principales, la síntesis de delta-8-THC comienza con el ácido cannabigerólico o CBGA, la forma ácida del cannabinoide CBG, la molécula original a partir de la cual se producen varios cannabinoides y la considerada como "la célula madre del cannabis". A partir de esta molécula de células madre, el THCA se desarrolla en el cannabis maduro. La planta cosechada que contiene THCA se descarboxila a través de la exposición al calor o la luz UV, perdiendo una molécula de dióxido de carbono (CO2) y convirtiéndose en delta-9-THC o THC. A partir de ahí, tiene lugar un proceso de envejecimiento a través de la oxidación, transformándose el compuesto en delta-8-THC.

Debido a que este cannabinoide menos conocido se crea a través de la oxidación, la molécula resultante es estable cuando se expone al aire. Esto lo convierte en un compuesto muy interesante para su uso en aplicaciones farmacéuticas.

Pero un gran inconveniente es que, mientras el delta-9-THC existe en porcentajes totales que pueden llegar al 30% según la variedad, el delta-8-THC solo existe de forma natural en fracciones ínfimas menores del 1%, por lo que su principal valor se obtiene cuando se produce en forma refinada, en concentrados. Por esta razón la molécula se ha mostrado prometedora en varios estudios, pero aún no ha visto un reconocimiento o uso generalizado.

¿Cuáles son los efectos del delta-8-THC?

Las principales ventajas sobre el uso de este cannabinoide se centran en su menor potencia, lo que resulta en propiedades psicoactivas menos significativas. Se ha observado que delta-8-THC es mucho menos propenso a inducir ansiedad en altas dosis en comparación con su cannabinoide hermano, el delta-9-THC. Esta potencia más baja, combinada con un conjunto de beneficios de gran utilidad médica, llevó a los científicos a investigar más su conversión. Y llegaron a la conclusión de que el delta-8-THC, en su mayor parte, produce efectos psicoactivos similares a los de delta-9-THC, pero generalmente se considera que es de un 50% a un 75% menos potente.

Comúnmente se compara con el THC tradicional pero en una versión más optimista y sostenible, produciendo una sensación física semi sedante sin mucha estimulación mental, unos efectos más discretos en los que el usuario puede trabajar, concentrarse sin perder el enfoque y aún sentir los efectos calmantes que se buscan en el THC .

El delta-8-THC es mucho menos propenso a inducir ansiedad en comparación con su cannabinoide hermano.

En otras palabras, el delta-8 ofrece un subidón muy claro, con cero ansiedad o confusión, haciendo que el usuario se sienta en sintonía y menos alterado que cuando consume delta-9, pero con los sentidos amplificados, más intensos o más nítidos, siendo realmente fenomenal para, por ejemplo, hacer actividades al aire libre como el senderismo o el ciclismo.

Efectos medicinales remarcables

Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., el delta-8-THC se puede definir como un análogo del tetrahidrocannabinol (THC) con propiedades antieméticas (inhibidor del vómito o las náuseas), ansiolíticas (combate la ansiedad o el pánico), estimulantes del apetito, analgésicas (alivia el dolor) y neuroprotectoras (combate el envejecimiento de las células nerviosas). El delta-8-THC se une a los receptores CB1 y CB2 ubicados en el sistema nervioso central exhibiendo una potencia psicotrópica menor que la forma primaria de THC que se encuentra en el cannabis.

Como hemos comentado, uno de los usos más establecidos del delta-8-THC es como antiemético (reductor de náuseas) y estimulante del apetito. De hecho, ya existen patentes estadounidenses sobre su uso en estos ámbitos. Esta solución es particularmente útil para pacientes sometidos a tratamiento para el cáncer que a menudo experimentan náuseas. También se ha indicado como especialmente adecuado para niños.

Aprovechando la menor psicoactividad de esta sustancia, el Dr. Raphael Mechoulam realizó un estudio en 1995 en conjunto con el Hospital Shaare Zedek y la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde se administró delta-8-THC a ocho niños de entre 3 y 13 años de edad con varios cánceres hematológicos. Estos niños habían sido tratados con quimioterapia durante ocho meses antes de administrarles delta-8-THC.

Con este tratamiento, se eliminaron los vómitos por completo y los efectos secundarios fueron insignificantes. Los investigadores israelíes también descubrieron que podían administrar dosis altas de delta-8 a los niños para aprovechar al máximo sus efectos antieméticos, sin los aspectos incómodos de la psicoactividad provocada por el delta-9. Curiosamente, mientras que los adultos generalmente experimentan efectos psicoactivos leves con delta-8-THC, los niños en este estudio parecían ser inmunes a ese efecto en particular.

¿Cómo se extrae y consume este cannabinoide?

El delta-8-THC se encuentra principalmente en pequeñas cantidades en la flor de cannabis seca. Estos brotes a menudo contienen menos del 1% del compuesto, lo que significa que apenas puede aprovecharse con los medios tradicionales de fumar o vaporizar. Simplemente no existen variedades ricas en delta-8-THC ya que este cannabinoide se produce en cantidades muy bajas en la planta al natural. Para producir una cantidad sustancial de la molécula, se debe realizar una práctica especializada de extracción, aislamiento, conversión y refinamiento.

Aún así, en California y otros estados occidentales que tienen industrias de cannabis bien desarrolladas, los productos de delta-8-THC están cada vez más disponibles en forma de extractos que puede usarse con un vaporizador u opciones sublinguales que pueden absorberse debajo de la lengua. Y recuerda que deben evitarse los comestibles con este compuesto ya que el delta-8-THC en realidad se convierte en delta-11-THC cuando se procesa a través del tracto digestivo, por lo que no hay ningún beneficio especial en comer delta-8-THC.