- Los clubes sociales de cannabis son asociaciones que se abastecen y distribuyen cannabis entre sus socios, todos mayores de edad y en un ámbito privado, reduciendo los riesgos asociados al mercado negro o al cultivo indiscriminado.
- Estas asociaciones sin ánimo de lucro surgen en países dónde se ha despenalizado el consumo de marihuana, como es el caso de España, para cubrir las necesidades de los fumadores que, si bien tienen derecho a consumir, no tienen derecho a cultivar o esos derechos están restringidos.
- A continuación, presentamos distintos aspectos necesarios para crear un club de cannabis en España y salir airoso del intento:
1. Creación y registro
El primer paso consiste en celebrar la Asamblea Constitutiva en la que se necesitan al menos tres socios fundadores a modo de junta directiva: un presidente, un secretario y un tesorero. Los estatutos, previamente redactados, deben ser aprobados así como el acta fundacional que será firmada y ratificada por todos los socios. En ella también se especifica la denominación o razón social. La mayoría de clubes de cannabis en España siguen los estatutos del club pionero Pannagh. Una vez celebrada esta asamblea, se presentan estos documentos en el registro de tu comunidad autónoma para oficializar la asociación. Se recomienda unirse a la Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC) para legitimar el funcionamiento de la misma y contribuir al desarrollo del movimiento asociativo a nivel nacional.
2. Inscripción de socios y previsión de consumo
Para adherirse, los socios rellenan una solicitud de inscripción en la que abonan una cuota y aportan el DNI para demostrar que no son menores de edad. También reconocen el uso habitual de cannabis, la voluntad de pertenecer a la asociación y no tener antecedentes penales relativos a delitos contra la salud pública. La parte más importante de esta inscripción es la declaración de la previsión de consumo. En ella el socio estipula aproximadamente la cantidad de marihuana que va a consumir al mes. La suma de las previsiones de consumo de los socios legitima a la asociación para abastecer de marihuana a sus integrantes.
Mostrador expendedor de marihuana del CSC Ganjazz de San Sebastián.
3. Producción
Lo ideal, para no participar en el mercado negro, es que la asociación autoproduzca el cannabis que consumen sus socios. En este caso se ajusta la producción a la suma de las previsiones de consumo. Sin embargo, muchas asociaciones no disponen de medios para autoproducir su marihuana por lo que recurren a la compra mancomunada. En ella, en el nombre de los socios, la Junta Directiva adquiere el cannabis de un tercero.
La compra mancomunada es, como la producción, la suma de las previsiones de consumo. La previsión máxima de consumo está limitada a 60 gramos al mes por socio. Tanto si la marihuana proviene del autoabastecimiento como del mercado negro, se deberá notificar a los socios los precios de producción o adquisición con la máxima transparencia. Asimismo, el precio final del producto debe estar debidamente justificado y desglosado.
Desglose de precios de marihuana adquirida bajo compra mancomunada en un CSC de Madrid.
4. Funcionamiento
La asociación no hará difusión del consumo de cannabis ni promoción del mismo a personas no pertenecientes a la misma. Además, debe garantizar una organización democrática en la que, si bien se delegan poderes para agilizar la toma de decisiones, también se garantizan los mecanismos para que los socios participen en las mismas. Como suele pasar en todas las asociaciones, algunos socios se involucran más que otros, pero siempre se debe informar a todos de asambleas y cambios.
A medida que la asociación crece se deben asignar empleos a las personas que se encargan de las funciones necesarias para el funcionamiento del club, como la producción, la administración, la contabilidad, la gestión... Los socios que realicen trabajos en la asociación deben tener un contrato, salario estipulado, etc. Como en cualquier otro lugar.
Esta es una de las negligencias más comunes en las asociaciones que están empezando, no regularizar los trabajos y las consecuentes remuneraciones de los socios empleados. Cuidado con estos aspectos laborales y normativos, pues pueden dar al traste con todo el trabajo anterior que ha sido necesario para montar un club social de cannabis.
Si quieres saber más sobre el funcionamiento de estas asociaciones, bucea en el diario secreto de una máquina expendedora de marihuana.
Con la info de FAC y ENCOD.
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