- Algunos países ya aceptan poco a poco el consumo de la marihuana con fines terapéuticos para aliviar síntomas como la falta de hambre, las náuseas o la ansiedad.
- Por ello, algunas futuras madres se plantean el uso del cannabis para encontrarse mejor y tener un embarazo más llevadero.
- Sin embargo, la escasez de una investigación profunda sobre los efectos del cannabis sobre en el feto impide a las mujeres tomar una decisión, ya que no tienen la certeza de si la planta es inofensiva para el bebé.
Los beneficios de la marihuana terapéutica son respaldados cada vez más por estudios científicos y su legalización como apoyo en los tratamientos médicos se ha ido expandiendo poco a poco alrededor del mundo. Además de en el terreno terapéutico, la planta se ha ido reconociendo socialmente, y este fenómeno despierta interrogantes acerca de su uso. Una de las cuestiones que este consumo ha sacado a relucir en los últimos años es la seguridad de seguir usando cannabis durante el embarazo.
Algunas mujeres consumen marihuana para evitar las náuseas, tan incómodas durante la gestación. De hecho, existen matronas que incluso recomiendan su uso. Además de las molestias matutinas, la planta también ayuda a reducir la ansiedad, el nerviosismo y la pérdida de apetito que sufren algunas embarazadas.
Es normal que las futuras madres se planteen la posibilidad de recurrir al cannabis, o bien las consumidoras habituales quieran seguir manteniendo su costumbre. Sin embargo, la pregunta sobre si la marihuana es perjudicial para el feto es muy difícil de responder ante la falta de investigaciones en este campo.
El principal componente psicoactivo del cannabis, el tetrahidrocannabinol (THC), influye en el cuerpo adulto en muchos sentidos, y es lógico pensar que también puede hacerlo en el feto. Las estadísticas y estudios fiables son muy escasos y, sobre todo, sorprende la disparidad de los resultados.
Uno de los obstáculos es la dificultad para llevar a cabo cualquier investigación: la fiabilidad de los exámenes y las encuestas dependen de la sinceridad de los pacientes. Cuando una futura madre teme que el cuestionario no sea anónimo, puede no querer admitir que fuma marihuana estando embarazada. Según los profesionales, parte de las fumadoras de cannabis también consumen tabaco, lo que dificulta enormemente establecer estadísticas, porque se mezclan los efectos causados por los cigarrillos. Además, los diferentes tipos de marihuana incluyen variados químicos y, en ocasiones, hay contaminantes que dificultan extraer una conclusión certera sobre los efectos.
Resultados desiguales
Los problemas en el proceso de investigación provocan que no exista una respuesta clara. En lo que sí parecen coincidir las investigaciones es que el THC puede atravesar la placenta y entrar en el flujo sanguíneo del feto. También se puede transmitir al bebé a través de la leche materna, por lo que habría que plantearse el consumo de la planta incluso cuando la madre ya ha dado a luz. Sin embargo, los diversos estudios no se ponen de acuerdo en las consecuencias que la marihuana puede ocasionar.
En general, parece haber cierto consenso en torno a la idea de que el consumo diario de marihuana puede provocar que el bebé nazca con poco peso. Por ejemplo, en 2011, un estudio realizado en Australia a más de 25.000 mujeres mostró que los hijos de las madres que consumieron cannabis tenían una probabilidad dos veces superior a acabar en la unidad de cuidados intensivos neonatales en comparación con los otros bebés. Sin embargo, otra investigación llevada a cabo en Nueva Zelanda muestra la falta de certeza y exactitudes del campo científico sobre este tema en concreto: los investigadores mostraron que la media de la disminución del peso era solo de 90 gramos, una cantidad que no se considera relevante.
Los partidarios de la marihuana terapéutica suelen citar un gran estudio publicado en 1994 y realizado en Jamaica que despertó la curiosidad internacional y ha servido como referencia en el sector. Tras una larga observación, los científicos concluyeron que el cannabis que fumaron las madres no fue dañino para los fetos, ni cuando fueron bebés ni cuando se convirtieron en niños. El examen se centró en el análisis de grupos de mujeres que consumieron la planta y grupos de mujeres que no lo hicieron, y luego en el crecimiento de sus hijos.
El resultado es que no se halló ninguna diferencia significativa. Es más, la disparidad que se encontró es que los niños de las madres fumadoras socializaban y se comunicaban con sus compañeros más rápido y con más facilidad que los de las mujeres que no habían consumido. Hay que tener en cuenta que en el país jamaicano la cultura de la marihuana es muy diferente al resto de países y habría que comparar también las condiciones socioeconómicas de cada una de las familias. Aún así, los resultados fueron cuando menos sorprendentes.
Aunque existen estudios que apuntan a problemas en el desarrollo cognitivo de los niños, la verdad es que no se conocen a ciencia cierta los efectos a largo plazo. Lo que sí parece más claro es que no se ha demostrado que el consumo de marihuana cause malformaciones en el bebé. Una exploración llevada a cabo en 2014 sí confirma haber hallado un nexo con la anencefalia, un defecto de nacimiento grave, pero la muestra de esta enfermedad era muy baja y el estudio no ha sido respaldado por otros informes. En contrapartida, la mayoría de investigaciones, como uno realizado en Estados Unidos que examinó hasta 12.000 nacimientos, no encuentran una conexión entre los daños en el recién nacido y el consumo de esta planta.
No es el único estudio que ha revelado los efectos positivos del cannabis. A veces, son los propios científicos quienes se sorprenden de los resultados. Fue el caso de un trabajo publicado en 2015 en 'Nature: Scientific Reports'. Los investigadores habían estado analizado la influencia de la planta en los cerebros de los fetos y descubrieron que los niños de las mujeres que consumieron durante el embarazo presentaban mejores resultados en un parámetro que mide un aspecto del desarrollo cerebral. Los pequeños, en edad preescolar, contaban con una mejora de cerca del 50 % en la percepción global del movimiento, un marcador del neurodesarrollo visual. Aún así, los autores no recomiendan consumir cannabis a las embarazadas, debido a que puede afectar a otras áreas del desarrollo neuronal.
Conclusiones ante una situación incierta
Ante un contexto médico tan impreciso, hay madres que prefieren evitar el riesgo de fumar la planta y optan por consumir el té de cannabis para frenar las náuseas. Sin embargo, tampoco se ha demostrado la inocuidad de ingerirla de esta manera y siempre hay que asegurarse de que la dosis sea muy baja.
Si existen dudas, la mejor solución posible es plantear todas las preguntas al médico y sincerarse con él. Por otra parte, es esencial asegurarse de que no haya contaminantes en la marihuana, ya que el uso de herbicidas podrían poner en peligro al feto; por ello, se recomienda acudir a dispensarios legales.
Por el momento, es imposible contar con un buen número de estudios científicos que respalden una misma versión de los efectos de la marihuana en la salud de los bebés. Ante la falta de claridad, lo recomendable es evitar el consumo frecuente de cannabis durante el embarazo: aunque no se hayan demostrado sus efectos negativos, tampoco existe la certeza de que sea inofensivo. La única evidencia es que se necesita más investigación en el campo para avanzar en el uso de la marihuana medicinal y ayudar a todos los pacientes que necesiten de la planta para aliviar sus síntomas.
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