- Los más conocidos de la marihuana son el THC y el CBD; sin embargo, las investigaciones, aunque todavía insuficientes, cada vez desvelan más cualidades de otros cannabinoides.
- Por ejemplo, el delta-8 THC, con un sabor dulce, cuenta con un efecto de subida muy rápido pero poco intenso.
- Mientras el CBN, con importantes propiedades analgésicas, es mucho más potente que una aspirina. Te contamos los más importantes de los más de 85 cannabinoides presentes en la marihuana.
A poco que conozcas el mundo cannábico ya sabrás que el THC y el CBD son dos de los ingredientes clave de la marihuana. Mientras que uno es el principal constituyente psicoactivo del cannabis, el otro destaca por sus múltiples aplicaciones médicas. Sin embargo, además de estos componentes, la marihuana está hecha de mucho más. De hecho, en ella se encuentran alrededor de otros 85 cannabinoides, más allá del THC y el CBD.
Estas sustancias químicas, presentes en el cannabis y en otras plantas, se enlazan con los receptores cannabinoides del cuerpo y el cerebro produciéndonos múltiples efectos. Aunque la ciencia todavía no las ha investigado lo suficiente, algunos estudios han demostrado que cuentan con propiedades para tener en cuenta. Por ello, lo mejor será conocer los más importantes y ver para qué podemos aprovecharlos.
Delta-8 THC, un aliado psicoativo menos intenso
Al igual que el THC (también conocido como delta-9- tetrahidrocannabinol) el cannabinoide delta-8 THC produce efectos psicoactivos, aunque en menor medida que su hermano mayor.
Si bien su efecto es casi instantáneo (mientras que al tomar el delta-9 es necesario esperar unos cinco o diez minutos para notarlo), su menor incidencia mental nos produce una experiencia más relajante. Además, según los expertos, abre el apetito y frena la ansiedad mucho mejor que el delta-9. Algunos ven en este cannabinoide una buena forma de introducir a pacientes en el tratamiento con THC sin necesidad de colocones. Así, es bueno para personas mayores, infantiles o con enfermedades mentales.
Oregrown, con sede en Oregón, fabrica una cápsula vaporizadora Pax llena de delta-8-THC. Joseph Nielsen, ingeniero en Oregrown, describe su efecto como "un golpe", aunque mucho más suave y con un sabor más dulce que el delta-9.
Si bien es un componente difícil de extraer de la naturaleza por estar en pequeñas cantidades, se puede obtener a partir del delta-9 como hacen desde Oregrown. El resultado es un aceite transparente y viscoso que se puede vaporizar o agregar a comestibles.
THCV, con un futuro prometedor
El tetrahidrocannabivarina (THCV) es otro gran desconocido, aunque con grandes oportunidades. Generalmente se encuentra en cepas afganas o africanas como la Durban Poison y asegura un efecto rápido, intenso y lúcido.
Con él se consiguen rápidamente las sensaciones psicodélicas, aunque con mayor lucidez y durante menos tiempo que con el THC. Se calcula que la actividad psicoactiva del THCV representa solo entre el 20 y el 25 % de la del común THC.
Además, la investigación ha alabado sus propiedades para proteger el cerebro humano, mejorar la resistencia a la insulina y prevenir las convulsiones. También es ideal para tratar trastornos de la alimentación, ya que suprime las ganas de comer y aporta una gran energía. Además, es un gran analgésico para combatir el dolor y antiepiléptico, al reducir las crisis y las convulsiones. Actualmente GW Pharmaceuticals, creador de medicamentos tan conocidos como el Sativex y Epidiolex, está trabajando en un nuevo producto con THCV.
CBN, una degradación con factores medicinales
El cannabinol (CBN) es el resultado de la oxidación del THC. Por lo general, se forma cuando esta sustancia se expone a los rayos del sol u oxígeno, y cuanto más alta es la temperatura, mayor será su degradación. Sin embargo, esto no siempre tiene que ser malo.
El CBN provoca en algunas personas sensaciones de vértigo o desorientación, pero no es lo común. En cuanto a sus efectos, su característica principal es la capacidad para inducir al sueño, siendo un aliado perfecto para combatir el insomnio. Al mismo tiempo, destaca su poder sedante.
El CBN es analgésico (mucho más que una aspirina), antinflamatorio y antioxidante, al luchar contra los radicales libres. Esta última cualidad también se aprovecha para unirlo a otros cannabinoides y crear cremas faciales y para el contorno de los ojos que frenan el envejecimiento.
Aunque no suele estar muy presente en los cultivos, ya que se produce por descomposición, sí hay aspectos que lo aumentan. Por ejemplo, una cosecha tardía contará con mayor CBN, al igual que una mayor exposición al aire durante el secado. Ahora bien, siempre has de tener en cuenta que aumentar el CBN significa pérdida de THC.
El CBC con alto potencial terapéutico
Se cree que el cannabicromeno (CBC) es el segundo cannabinoide más abundante en el cannabis y no tiene efectos psicoactivos. Al igual que otros cannabinoides, interactúa con los receptores CB1 y CB2 del sistema endocannabinoide. A la vez, también lo hace con otros como el TRPV1 y TRPA1, lo que le hace destacar en propiedades medicinales.
Por ejemplo, el CBC es mucho más potente contra la depresión que el CBD: hasta diez veces más, según las investigaciones. Además, favorece la relajación, disminuye el dolor (especialmente de migrañas y cefaleas) y ayuda a conciliar el sueño. Sin embargo, se ha descubierto que su verdadera potencia surge cuando se combina con otros, lo que se conoce como efecto séquito. Así, al unirlo por ejemplo al THC aumenta su cualidad antinflamatoria; si se junta con el CBD funciona mejor para reducir el acné.
El CBC también podría resultar clave en la ayuda contra el cáncer. Según un estudio de 2013 realizado con ratones, este cannabinoide es eficaz en inhibir tanto la inflamación como el crecimiento de los tumores.
Sobre cómo potenciarlo en tu plantación, la única forma es pulverizando ácido abscísico sobre la planta durante el final de su floración. Ahora bien, es una técnica compleja que necesita de altas habilidades cannabicultoras para aplicarlo con la dosis justa y la forma adecuada para cada plata y condición de cultivo. Por eso la mejor forma de conseguirlo acaba siendo en el laboratorio.
El CBG, uno de los más completos
Algunos consideran que el cannabigerol (CBG) es el que más propiedades medicinales contiene. Al igual que el CBC, carece de cualidad psicoactiva, pero sorprende por sus utilidades terapéuticas.
Según el informe del investigador Ethan B. Russo publicado en la Revista Británica de Farmacología, el CBG es un gran aliado contra las infecciones por hongos y para el tratamiento de enfermedades de la piel. Además, tiene cualidades antidepresivas y analgésicas y combate la ansiedad y la rigidez muscular.
De forma más específica, también es efectivo en el tratamiento del glaucoma, reduciendo la presión intraocular, como demostró un estudio de 2009, o de la enfermedad de Crohn. Incluso se le atribuyen propiedades antitumorales o neurogénicas. Esto último lo convierte en uno de los pocos compuestos que favorecería el desarrollo de nuevas neuronas.
THCA, solo con lo bueno del THC
El ácido tetrahidrocannabinólico es básicamente el THC antes de su combustión, por lo que no cuenta con ningún efecto psicoactivo por sí mismo. Las compañías cannábicas quieren aprovecharlo para crear productos que aporten todos sus beneficios para el sistema inmunológico y endocrino pero sin colocarnos.
Para ello, la administración más extendida es a través de la piel. Según una investigación de 2009, la epidermis actúa como una barrera protectora que a la vez deja pasar las sustancias cannabinoides a nuestro organismo. Curiosamente, el THCA actúa de forma muy semejante al CBD, ya que no activa los receptores pero sí los estimula para provocar efectos curativos. Entre ellos destacan la reducción de zonas inflamadas o la protección del sistema nervioso. Además es un cannabinoide que ayuda a reducir las náuseas o el malestar provocado por tratamientos de quimioterapia e incluso algunas investigaciones apuntan a su poder para detener la propagación del cáncer.
Aunque los mencionados cannabinoides son los más importantes, existen muchos más, como el CBDV o el CBE, con grandes propiedades. Sin embargo, aquí una vez más la falta de investigación hace que todavía no sepamos cuáles son todas las bondades que encierra el cannabis. Por eso, seguir ahondando en su composición y conociendo sus cualidades es lo que se necesita para una vez más demostrar que la marihuana es más una aliada que una enemiga.
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