El juez condena a Fernanda Figuera a 9 meses de cárcel y a pagar una multa de 10.000 euros

Fernanda Figuera ha sido condenada por un delito de tráfico de drogas y condenada a 9 meses de prisión (aunque no entrará en la cárcel), por el juzgado de lo penal 5 de Málaga.

El juez ha considerado que, tanto ella como el tesorero y el secretario de la asociación Marías por María, son culpables de un delito contra la salud pública. Por ello, tendrá que pagar la suma de 10.000 euros.

La sentencia señala que la asociación que la activista constituyó en 2010, no cumplía los requisitos que el Tribunal Supremo fijó en su día para que un club cannábico no infrinja la ley: que se trate de un grupo reducido de personas que consumen en un espacio cerrado y de forma inmediata.

En ese sentido, el juez ha considerado que la cantidad de socios del club de Fernanda era demasiado elevado (200 personas), y que no se controlaba si estos eran consumidores habituales o "adictos". El juez ha determinado que, aunque no existiera ánimo de lucro, la actividad de este club cannábico sí constituía un delito porque ponía al servicio del usuario toda una estructura que facilitaba el consumo de cannabis.

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Fernanda recurrirá la sentencia

La activista ha declarado que tiene la conciencia muy tranquila con respecto a la actividad que se desarrollaba en la asociación, pues su única intención siempre ha sido dar a conocer las bondades de la planta.

Fernanda es conocida por cultivar cannabis de forma abierta y transparente y reconoce que se siente aliviada porque, aunque no cree que la sentencia sea justa, como mínimo se va a librar de pisar la cárcel ya que la han condenado a 9 meses y eso implica que evitará el ingreso en prisión.

Su mayor miedo en estos últimos meses ha sido que el juez estuviera de acuerdo con los 4 años de condena que pedía la fiscalía "Con cuatro años no te salvas de entrar en prisión, me han absuelto repetidas veces, soy cultivadora legal, soy la primera persona en este país que ha obtenido una absolución por hacer cultivo para su propio consumo". Ha declarado.

Y es que cuando fundó la asociación Marías por María en el año 2010, su objetivo (y así lo declaró ante la Junta de Andalucía), era ayudar a aquellas mujeres que padecen enfermedades crónicas degenerativas como artrosis, fibromialgia o reúma. Con la asociación, Fernanda quiso crear una opción más segura para que los pacientes no se vieran obligados a acudir al mercado negro.

Debido a que la regularización del cannabis es todavía una utopía en España, las asociaciones se han ocupado de suplir el servicio que en realidad debería realizar la Seguridad Social, es decir, garantizar un cannabis libre de pesticidas y fertilizantes químicos para que los pacientes puedan acceder a un producto seguro.

Sin embargo, todos sabemos que esta solución no es más que un parche, y que en realidad las necesidades de los enfermos van mucho más allá. Para empezar, necesitan un asesoramiento profesional que las asociaciones no pueden ofrecer, así como un control sobre el contenido a nivel de compuestos del cannabis y sobre la dosis.

Parece increíble que a estas alturas, en lugar de centrarse en resolver esta problemática, la ley española se dedique a castigar a aquellas personas que intentar de alguna manera contribuir a que los pacientes tengan una mejor calidad de vida. Desde aquí todo nuestro apoyo a esta incansable activista. ¡Ánimo Fernanda!