- En la práctica de nuestro pasatiempo favorito podemos vernos sorprendidos muy gratamente por las características excepcionales de una planta concreta.
- Esta puede llamarnos la atención por distintas causas: su aroma, su sabor, su efecto, su nivel productivo, su resistencia, el aspecto estético de su estructura, una mezcla de varios de estos rasgos, o incluso otros.
- En cualquier caso, el motivo concreto por el que queremos conservar un planta madre no es lo realmente relevante, lo importante son los criterios de selección que hay que seguir para que puedas conservar tu planta favorita durante mucho tiempo y en las mejores condiciones. A continuación te damos las claves.
Cultivar marihuana a partir de semillas es una aventura muy interesante y apasionante, ya que te permite experimentar y descubrir características cambiantes entre individuos de una misma estirpe.
Se trata de un proceso único, que nos reserva muchas más sorpresas que si cultivamos a partir de esquejes de marihuana. Sencillamente porque te ofrece la posibilidad de encontrarte con individuos con rasgos que podrían ser únicos.
Se trata seguramente de una de los momentos más apasionante, incluso para cultivadores con mucha experiencia. ¿Por qué? Porque existe una parte artística asociada a lo excepcional, y el ejemplar en cuestión podría mostrar cualidades exclusivas, lo que lo convierten en único…
De aquí podría nacer el interés del cultivador por conservar y preservar los rasgos cualitativos encontrados en una planta única. Pero, tal vez, aquellos aspectos que nos fascinan puedan ser engañosos… ¡A continuación te mostramos qué hacer para llegar a buen puerto!
Criterios para la correcta selección de una planta madre de marihuana
Los criterios de selección son dispares y subjetivos, ya que dependen de tus anhelos o expectativas personales, o de la búsqueda de un objetivo profesional concreto.
1) Vigor germinativo de las semillas de marihuana:
El vigor germinativo de las semillas es un aspecto relevante, ya que es la primera señal cualitativa de la energía y del potencial global del material genético con el que cuentas.
En ocasiones, puede depender de la propia genética y ser una particularidad propia de la estirpe, ya que hoy en día casi todos los híbridos presentes en el mercado son polihíbridos bastante complejos.
Esto significa que el breeder, creador de una nueva variedad, la ha concebido en busca de una o varias características concretas. No obstante, hay que recordar que son seres vivos, y que en genética siempre hablamos de estadísticas en una población.
Esto es lo que hace que puedan existir diferencias entre los individuos de una misma familia, y de ahí la dificultad en seleccionar y encontrar un ejemplar con características globales completas… ¡Desafortunadamente no es fácil encontrar la perfección!
Por lo tanto, es importante dejar claro que el vigor de la germinación de las semillas es un buen indicador, no obstante puede diferir según la variedad de marihuana cultivada.
2) Desarrollo de la masa radicular:
La energía y la velocidad de crecimiento de las raíces del sistema radicular son también factores a tener en cuenta a la hora de la selección de una planta madre. Simplemente porque el sistema radicular constituye el "aparato digestivo" de las plantas, y gracias a él, y si además cuentan con un sistema inmunitario resistente, podrán tener un desarrollo estructural rápido y robusto.
Otra de las ventajas asociadas indiscutiblemente con el desarrollo rápido y vigoroso de este órgano de la planta, es su potencial para la multiplicación o propagación de la genética a través de clones en un futuro. Por ello es fundamental la percepción de la bivalencia de este aspecto. Por lo tanto, en esta fase, podrás analizar el potencial del sistema radicular a nivel global.
3) Desarrollo de la estructura vegetativa:
Hay que prestar atención a la fuerza que manifiesta la planta durante la fase de crecimiento de su estructura, así como a la formación homogénea y robusta de las partes que la componen: tallo central, nudos (distancia intermodal) y ramificaciones secundarias.
De esta forma podremos analizar directamente a que velocidad se desarrolla la planta en la fase de crecimiento, sus requerimientos para obtener un resultado concreto, y su capacidad de producción de flores. Todo ello influirá de forma global en la duración del ciclo de cultivo completo y en su rendimiento.
4) Desarrollo de la masa foliar:
Esta es otra parte de la planta que hay que observar con todo detalle, partiendo de la formación homogénea y del color del pecíolo, o de la formación definida de la hoja de forma general, y de sus nervaduras. Independientemente de que la variedad sea Sativa, Indica o Ruderalis, lo importante es que todas las partes de la hoja sean de un tamaño y una forma similar, sin un aspecto arrugado y sin deformaciones.
5) Resistencia frente a hongos e insectos
Es otro de los temas a tener muy en cuenta, ya que podría suponer un problema en cualquiera de las fases de desarrollo de la planta (crecimiento o floración). Todo dependerá de la herencia y de la combinación genética. La reacción de la planta ante este tipo de situaciones nos dará información sobre el nivel de resistencia inmunitaria del individuo seleccionado.
6) Hermafroditismo:
Se trata de un tema muy delicado que suscita muchos interrogantes y dudas entre los cultivadores y breeders.
Los profesionales del sector saben perfectamente que se trata de un tema muy difícil de controlar, ya que contrariamente a lo que se podría pensar, el hermafroditismo no es forzosamente un indicador de que el trabajo o el proyecto de breeding se hayan llevado a cabo equivocadamente.
Existen razones que vienen de mucho más allá, como la herencia de la recesividad o la dominancia de los genes macho presentes en la carta genética de una familia o de varias a la vez. Durante la creación de una nueva variedad o híbrido, estos genes recesivos o dominantes están presentes en proporciones diferentes.
Como la mayor parte de semillas de marihuana de calidad presentes en el mercado son del tipo F1, ello da lugar a la creación de individuos o de mezclas arriesgadas que abren la puerta a millones de combinaciones posibles en una misma estirpe. Y este es el fascinante lado que te permitirá descubrir individuos muy diferentes y únicos en la misma familia genética.
Hoy en día casi todas las variedades de marihuana disponibles en el mercado, por no decir todas, son polihíbridos, lo que incrementa aún más las fluctuaciones y la diversidad.
Esta diversidad pueden dar lugar a individuos en los que la aparición de flores machos puede ser mayor o menor. En las variedades de nuestro catálogo llevamos a cabo una gran cantidad de selecciones intergeneracionales y ensayos, para verificar su respuesta de cara a posibles situaciones de estrés y así aislar al máximo este fenómeno, no obstante, al tratarse de seres vivos y a lo comentado anteriormente, resulta imposible controlar totalmente este problema.
Sin embargo, a menudo, hemos observado que este problema es transitorio. Por ello recomendamos la eliminación de las flores macho que puedan aparecer en la fase de floración. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, suele suceder con muy poca frecuencia.
Por supuesto, si este hecho persiste de forma recurrente y es imposible gestionarlo, es preferible aislar la planta y deshacerse de ella si las cosas no evolucionan de forma positiva. Es lógico que si conservas una genética con este problema, este persistirá por tiempo indeterminado.
7) Desarrollo floral:
En la fase de floración de las plantas de marihuana hay que observar con atención la velocidad con la que se desarrollan los cogollos y cómo se forman. Lo ideal es que los cogollos tengan una estructura homogénea, con un ratio flores/hojas adecuado, y con una densidad de tricomas de resina importante.
También hay que visualizar y luego analizar en qué momento se produce la explosión floral, para así poder mejorar la nutrición, la producción y las cualidades generales de las flores de cannabis.
8) Análisis tras la cosecha (informe de cata):
Una vez realizada la cosecha y el secado de las plantas, llega el momento crucial tras todo el trabajo realizado. Consiste en analizar de forma objetiva, las cualidades de las flores.
Independientemente del aspecto de las flores, de su aroma, su gusto, su efecto, y del rendimiento final, ahora es el momento de juzgar la conveniencia de conservar el individuo sobre el que has prestado toda tu atención durante el ciclo completo de cultivo.
¡En este momento es cuando te podrás forjar una opinión con absoluta certeza, en ocasiones con fabulosas sorpresas y en otras con grandes desilusiones!
Conclusión:
Si observas debilidades en alguno de los 8 apartados mencionados; la planta seleccionada tiene dificultades para enraizar, crece con lentitud, su estructura es frágil o tiene malformaciones o sufre ataques de plagas o enfermedades, es evidente que no se trata de una buena elección.
No obstante, es posible que la calidad del aroma, del sabor o del efecto pueda ser excepcional, y merezca la pena conservarla. Como ya hemos comentado, se trata de una opción personal subjetiva que es cosa de cada uno. ¡Haz tu elección de forma personal, al fin y al cabo es lo mejor para encontrar tu satisfacción!
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