- Ya sea en los primeros compases del cultivo, en la época de floración, en la cosecha o durante el secado, tenemos que estar muy atentos para que las condiciones ambientales en las que crece o se seca nuestra marihuana sean las óptimas.
- La humedad y la temperatura son las variables más a tener en cuenta. Pero tampoco debemos descuidar la limpieza del espacio o la poda de las plantas.
- Para evitar que el moho ataque nuestras plantas y acabe por mandarlo todo al traste, no podemos bajar la guardia en ningún momento.
Es una sensación terrible. Tras todo el esfuerzo y la dedicación en nuestro cultivo, días antes de comenzar la cosecha vemos que algo no va bien. En los cogollos de nuestras plantas de cannabis aparece un pequeño polvo grisáceo, casi blanco, y, como no puede ser de otra forma, nos tememos lo peor: el moho ha llegado a la plantación. Pero no ocurre solo cuando todo está listo para cortar las flores. Una vez que hemos realizado esta tarea tampoco podemos bajar la guardia durante el proceso de secado, ya que factores como la humedad o la falta de ventilación pueden provocar que el moho también se apodere de la marihuana cortada.
Sin duda, la pudrición fúngica es el mayor enemigo al que se enfrenta un cannabicultor. Puede acabar con cosechas enteras porque, aunque la parte de la planta a la que ataca habitualmente es al cogollo, también se pueden ver afectadas las raíces, los tallos, las hojas… En el caso de estas últimas, veremos cómo se secan rápido, mientras que si ha llegado a los tallos observaremos que adquieren un color marrón y se vuelven mucho más frágiles, al tiempo que comienzan a aparecer ciertas úlceras. Con los cogollos ocurrirá algo similar: comenzaremos a verlos más pálidos, estarán blandos al tacto y se acabarán secando y cubriendo como de una capa de algodón.
Botrytis y moho gris, los más comunes
Para evitar que nuestras plantas de cannabis acaben siendo víctimas de alguno de estos hongos, como puede ser la botrytis o el moho gris, deberemos tomar medidas desde que comencemos el cultivo. Entre ellas, un control exhaustivo tanto de la humedad como de la temperatura, que son los principales factores que darán pie a la aparición del moho. A mayor humedad, más riesgo habrá. Con la temperatura ocurre lo mismo.
La temperatura y la humedad son los principales factores que darán pie a la aparición del moho.
Si en nuestro espacio de cultivo existe una gran diferencia de temperaturas entre la noche y el día, que provoca una mayor humedad. A esto se debe sumar que este hongo aprovecha tanto el viento como la lluvia para propagarse, por lo que el cannabis que crece en zonas donde hay muchas precipitaciones estará más expuesto a esta amenaza. Y no solo eso. Aunque las hayamos extirpado de alguna cosecha, las esporas de la botrytis son capaces de mantenerse latentes durante varios años, hasta que las condiciones atmosféricas sean favorables y puedan volver a desarrollarse.
Además de la temperatura y la humedad, también habrá que cuidar otros elementos que podrían acarrear una infección fúngica. Hablamos, entre otras cosas, de la higiene en nuestro cultivo y del riego. Debemos cerciorarnos de que la limpieza es un punto fuerte de nuestra plantación de cannabis, y para ello tomaremos las medidas necesarias, desde esterilizar los aparejos de cultivo hasta eliminar cualquier rastro de materia orgánica o vegetal que se encuentre en descomposición. De igual forma, quedará prohibido tocar los cogollos, pues este hongo se puede propagar por los elementos de cultivo, por el aire y, por supuesto, por nuestra manos.
Precauciones antes de cosechar
La amenaza de moho aumenta a medida que avanza la maduración de las flores. Esto ocurre porque cuando las flores engordan, durante las últimas semanas de floración, su propia frondosidad dificulta la ventilación intrafloral. Cabe recordar que una infección durante la fase final de floración puede forzarnos a cosechar las plantas antes del día óptimo de maduración.
De igual forma, por aquello de que los cogollos grandes pueden convertirse en las principales víctimas del moho, son muchos los cannabicultores que recomiendan una poda apical que reduzca el tamaño de las flores de cannabis. Así, tendremos muchos más cogollos pequeños pero sanos, en lugar de otros más grandes y con mayor humedad, más proclives a ser infectados. Por ejemplo, las plantas más frondosas y tupidas suelen ser más apetecibles para el moho gris. En este sentido, también podemos buscar métodos de cultivo para enseñar nuestras plantas a crecer en una determinada dirección y que eviten ser demasiado densas.
El riego es uno de los factores a los que más atender cuando el cultivo de cannabis se encuentra en las últimas fases de la floración y estamos cerca de recolectar los cogollos, para evitar que estos acaben por pudrirse. Sin descuidar ni la temperatura ni la humedad, tendremos que hacer hincapié en la cantidad de agua con la que regamos nuestras plantas. En esta fase deberemos controlar mucho más el riego y no añadir agua hasta comprobar que o bien la tierra está suficientemente seca, tanto en los cultivos indoor como exteriores, o bien la maceta pesa poco, en el caso de las plantaciones en interior.
Controla el tamaño mediante poda: las plantas más frondosas y tupidas suelen ser más apetecibles para el moho.
Por si fuera poco el riesgo, tenemos que saber que, si bien en otras fases del cultivo podemos recurrir a todo tipo de remedios para paliar el efecto de una infección fúngica, cuando la cosecha está a la vuelta de la esquina las opciones se reducen. Sin ir más lejos, no podemos aplicar productos químicos en nuestras plantas, ya que estos tienen un margen mínimo de seguridad y, de estar muy cerca la época de recolectar, podría poner en peligro nuestra salud.
Por eso, debemos aumentar las medidas preventivas contra el moho: en caso de que alguna parte de la planta se vea dañada, posiblemente tengamos que descartarla para evitar que contagie al resto de sus hermanas. Sí, en los casos en los que la infección sea mínima, puede que con retirar las partes infectadas sea suficiente y podamos recolectar los cogollos que hayan salido indemnes. Pero ya sabéis que es mejor prevenir que curar.
Durante el secado tampoco debemos bajar la guardia
Aquellos cannabicultores que minusvaloran la etapa de secado, porque consideran que el trabajo ya está hecho, pueden encontrarse con una terrible sorpresa en forma de infección por moho en esta última fase. Cuando pensaban que habían realizado un trabajo impecable controlando el riego, la limpieza del espacio de cultivo, la temperatura y la humedad, el moho también se puede presentar en el secado de los cogollos y echar por tierra la buena labor realizada. Por esto no debemos descuidar ni un solo instante.
Para el secado, la fase en la que tenemos que eliminar la humedad de nuestros cogollos, lo más sencillo es colgar las flores en un tendedero boca abajo, siempre evitando que las ramas se toquen o estén muy juntas. En este periodo la clave estará en controlar la temperatura (20 ºC sería lo óptimo) y la humedad (mantenerla al 50 % es lo ideal), para que así ni la botrytis ni el moho gris decidan instalarse.
En cuanto a la humedad, puesto que se trata de nuestra principal enemiga en estas lides, deberemos hacernos con aquellas herramientas que nos permitan controlarla lo mejor posible. Para ello, siempre que nuestro presupuesto nos lo permita, podremos recurrir a un deshumidificador o un humidificador, en función de las condiciones del entorno en el que se está secando nuestra marihuana. Además, para evitar que esta pierda calidad, lo ideal es conseguir un espacio oscuro donde se desarrolle el proceso, ya que el THC se degrada con la luz.
Al final, cuando de mantener el moho a raya se trata, la clave es controlar que todas las variables implicadas se encuentran en los valores en los que deben estar. Sobre todo la humedad y la temperatura, pues durante la floración y durante el proceso de secado puede dar pie a que indeseables visitantes como el moho gris o la botrytis asalten a nuestras plantas. Así que toma las medidas preventivas adecuadas y no te confíes lo más mínimo. Tu cosecha te lo agradecerá.
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