Así funcionan los clubes cannábicos en Uruguay

En 2013, Uruguay legalizó la marihuana. Poco a poco, la nación sudamericana ha ido implementando diversos aspectos de la ley. Desde este mes, ya son dos los clubes cannábicos, registrados el año pasado, que están empezando a funcionar. Entre otras cosas, pueden tener hasta 99 plantas y un máximo de 45 miembros. Ahora otros dos se encuentran en las últimas etapas del trámite y por lo menos una decena han iniciado el proceso para conseguir el mismo resultado.

Los clubes, situados en Montevideo (la capital del país), cultivan el cannabis en salas acondicionadas y pensadas para la planta, y sus socios reciben 40 gramos de marihuana cada mes. Además, cumplen con ciertas restricciones: es ilegal ser miembro de más de uno, así como ser afiliado y cultivar marihuana de forma independiente al mismo tiempo. Por otro lado, los espacios cuentan con deshumidificadores, ventiladores, unidades de aire acondicionado y filtros para nutrir a las plantas y hacer que crezcan sanas y robustas.

Para entrar en ellos es necesario pagar varias cuotas. En uno de los que ya están activos, el Canábico Sativa, es necesario abonar una inscripción de aproximadamente 10.800 pesos (unos 360 euros) y una contribución mensual de 2.500 pesos (83 euros), dinero que en parte irá destinado a pagar el equipamiento necesario para producir buena marihuana.

Según Joaquín Fonseca, presidente de Canábico Sativa, después de la cosecha los usuarios son encuestados para saber si la variedad elegida fue de su gusto o no. Su asesor técnico, Juan Vaz, dice que un club debe ser como un restaurante de cinco estrellas, donde "al socio hay que crearle el paladar".