Colorado va un paso más allá: el cannabis ayudará a aquellos pacientes con trastorno de estrés postraumático

El estado de Colorado ya está un poco más cerca de añadir el trastorno de estrés postraumático (TEPT) a su programa de marihuana medicinal. Un panel de cinco legisladores ha votado positivamente y de forma unánime para que aquellos afectados puedan apoyar su terapia en la planta y, aunque el resultado no tiene efecto legal, hace prever que en los próximos meses el estado por fin autorizará el uso del cannabis para tratar este síndrome. Así, se uniría a los otros 18 territorios estadounidenses que ya lo permiten.

Usar marihuana recreativa para tratar un problema terapéutico significa no tener supervisión médica y renunciar a la posibilidad de acceder a cantidades más grandes de producto.

Y decimos 'por fin' porque, a pesar de lo pionero del estado de Colorado en otros muchos asuntos relacionados con la marihuana, su negativa de incluir el TEPT en la lista de trastornos y enfermedades tratables con ella se había hecho célebre en los últimos años. De hecho, el Departamento de Salud de Colorado se había negado en cuatro ocasiones distintas a dar su autorización para añadirlo a la enumeración de patologías (junto a otras como el glaucoma o el cáncer) que podían recurrir a la planta para su tratamiento.

A pesar de ello, y sin el amparo del sistema de salud, aquellos afectados por el trastorno de estrés postraumático ubicados en el estado ya han podido utilizar el cannabis durante los dos últimos años para controlar sus síntomas, gracias a que, desde enero de 2014, el territorio permite la venta con fines recreativos. Eso sí, usar marihuana supuestamente recreativa para tratar un problema terapéutico pasa por abonar un precio más alto, no tener supervisión médica y renunciar a la posibilidad de acceder a cantidades más grandes de producto, necesarias en muchos casos.

Las cifras alarmantes del trastorno de estrés postraumático

El trastorno de estrés postraumático suele aparecer después de haber vivido o presenciado un acontecimiento peligroso, como una guerra, un huracán o un accidente grave, y hace que el afectado se sienta estresado y con miedo una vez que ha pasado el peligro. Pesadillas, pensamientos perturbadores, culpa, tristeza, soledad, problemas para dormir o arrebatos de furia son algunos de sus síntomas.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental estadounidense, alrededor de 7,7 millones de adultos en el país sufren esta enfermedad. Además, según los datos disponibles, entre un 7 y un 8 % de la población lo padecerá en algún momento de sus vidas. De ellos, un alto porcentaje serán veteranos de guerra.

Los soldados enviados a la guerra de Irak y aquellos que participaron en las operaciones llevadas a cabo en Afganistán sufren este trastorno en porcentajes que varían entre el 11 y el 20 %. Aquellos veteranos de la guerra del Golfo lo presentan en un 12 % de los casos y los que volvieron de la guerra de Vietnam lo han padecido hasta en un 30 % de los casos a lo largo de sus vidas. Además, otro de los grupos que más se verá afectado será el de las mujeres que han sufrido un fuerte trauma, como un ataque sexual.

¿Cómo se pueden tratar los síntomas del TEPT?

Con el objetivo de vencer los síntomas de esta enfermedad, las personas que lo padecen suelen tomar medicamentos muy potentes y adictivos que en muchas ocasiones no les permiten llevar una vida normal. Por ello, para muchos, la marihuana terapéutica se ha convertido en una tabla de salvación, que les ayuda a convivir con la dura realidad.

"El cannabis trata los distintos problemas derivados del TEPT como ninguna otra sustancia", explica Joseph Cohen, un médico que recomienda marihuana a sus pacientes y que el día de la votación de Colorado testificó a favor de la inclusión del síndrome en la lista.

Los testimonios de veteranos que piden la legalización de su uso para estos casos también aumentan día a día. Según relata en este artículo de The Stranger, Andrew, que sirvió durante cinco años en la armada y pasó 30 días lidiando con las consecuencias del Huracán Katrina, sufrió a su vuelta una fuerte adicción a las pastillas que le recetaban para tratar el síndrome. Además de no hacerle mejorar, le sumieron en una depresión que le llevó a ingerir grandes cantidades de alcohol. Sin embargo, cuando empezó a usar cannabis todo mejoró. Fue capaz de encontrar un punto de equilibrio, ahora consume un cóctel mucho más reducido de medicación y emplea la marihuana para relajarse y lidiar con los síntomas. Nada de alcohol. "A mí, el cannabis me cambió la vida. Que digan que no es una medicación me parece absurdo", afirma.

Justin, piloto en Irak, tampoco fue capaz de desconectar de la realidad de la guerra cuando volvió a casa. Según este veterano, el combate se convierte en el día a día y allí "hay que funcionar al 90 %", permanentemente en alerta. Al regresar, "el mundo se mueve despacio", al 9 %, según sus palabras. Y ellos no saben reducir la velocidad. "Gracias a la marihuana puedo ser persona. He sido capaz de hacer una transición, de llevar una vida en Seattle. Tengo un empleo a tiempo completo", relata. "La marihuana me salvó la vida. Y también la de muchos otros".

Un problema nacional que solo se trata a nivel estatal

El Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos, la organización de la que dependen los antiguos combatientes, funciona a nivel federal. Esto implica que, para ellos y a pesar de estos testimonios, la marihuana sigue siendo una sustancia prohibida. Es la pescadilla que se muerde la cola, pues se basan en la falta de estudios que impiden probar la eficacia de esta sustancia. Sin embargo, algunos de los médicos que trabajan en los centros de veteranos han comenzado a recetarla en aquellos estados en los que lo permite la ley. 

Y, por su parte y al margen del sistema, cooperativas como la Alianza de Veteranos de Santa Cruz, en California, o dispensarios como el Rainier Xpress en Washington, proveen de cannabis gratis a los exsoldados que lo necesitan. En Colorado, Operation Grow4Vets también ofrece marihuana gratis y además ayuda a que los veteranos desempleados consigan trabajos en la industria de la planta.

A pesar de las trabas internacionales, y en concreto en Estados Unidos, distintas investigaciones apoyan las reclamaciones de estos veteranos. La Universidad de Haifa, en Israel, ya publicó un trabajo con ratas que señalaba que un componente del cannabis interactúa con el área del cerebro asociada a los recuerdos traumáticos, lo que lo convierte en un candidato perfecto para tratar el TEPT.

En este mismo sentido, otra investigación financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos y llevada a cabo por científicos de las universidades de Michigan, Harvard e Illinois también llegaba a las mismas conclusiones. Un tercero, realizado con pacientes en Nuevo México, el primer estado en autorizar el uso de la marihuana para tratar este síndrome, también confirmaba que la planta podía ser usada para combatir los síntomas.

Ahora, Colorado comenzará una nueva investigación con 76 veteranos para analizar aún más en profundidad los beneficios de estas terapias. Será un paso más hacia la democratización de su uso y hacia el día en que los prejuicios contra el cannabis no sean un impedimento para tratar un síndrome muy complicado que afecta a un gran porcentaje de la población, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo.