- La planta de la marihuana tiene numerosas ventajas: no solo crece en suelos muy pobres, sino que regenera la tierra haciendo que sea apta para el cultivo en lugares insospechados, la airea y le da los nutrientes necesarios para que otros vegetales nazcan. Además, crece en abundancia y puede ser utilizada para fabricar elementos de uso diario, por lo que ayuda a revitalizar la economía en los lugares menos favorecidos. Los expertos creen que este es el inicio de una revolución.
Países empobrecidos, especialmente del África subsahariana y de zonas de Asia, suelen hacer frente a numerosos obstáculos que dificultan su supervivencia. La falta de tierras óptimas para el cultivo, la escasez de agua, las técnicas agrícolas que han despojado al suelo de los nutrientes necesarios y la ausencia de vegetales que resistan a esas condiciones hacen que su pobreza aumente poco a poco. Evidentemente, frente a un problema mundial como este no existe una solución mágica, pero sí hay un remedio que puede aliviarlo en cierta manera. Como no podía ser de otra forma, hablamos del cáñamo.
La planta de nuestra querida marihuana tiene innumerables propiedades. Entre otras, crece en los suelos más devastados, incluso en aquellos que se han visto afectados por la acción de residuos tóxicos que el ser humano sería incapaz de soportar. Además, aporta nuevas propiedades a la tierra sobre la que está cultivada, regenerándola y haciéndola apta para otros vegetales. También, ayuda a airear el suelo, deposita dióxido de carbono y permite que el terreno sea utilizado en poco tiempo para hacer crecer plantas.
Más allá de esto, el material que genera puede utilizarse para fabricar hilo con el que crear mosquiteras, tan necesarias en aquellos lugares, que sufren, por ejemplo, de malaria. También, como fuente de combustible, con el fin de fabricar papel sin necesidad de los químicos habituales, o para elaborar otros materiales y elementos de uso habitual, como cuerdas, zapatos o redes de pesca. Además, el cáñamo crece en abundancia, por lo que los expertos consideran que estas aplicaciones sirven para revitalizar la economía local e iniciar una revolución económica en países en vías de desarrollo.
Sin embargo, las principales barreras para su uso son los tabúes culturales y religiosos que desde hace años han relacionado a la hierba con el consumo de cannabis no aceptado en muchos países. Pocos tienen en cuenta su valor industrial, y muchos se han posicionado en contra por propios intereses.
La información negativa contra la planta comenzó en la década de 1920, cuando Estados Unidos decidió prohibir el cáñamo para favorecer la venta de otros materiales. La población negra y latina fue objetivo de aquello: los estadounidenses alertaron de que fumar marihuana podría convertir al usuario en alguien perezoso, tal como había pasado con los mexicanos. Más allá de esto, es un hecho que el cultivo del vegetal fue muy explotado en Túnez hasta la década de 1940, cuando los franceses obligaron a parar la producción para que se centraran en las vides cuyo vino sería vendido al país galo.
Los ciudadanos deberían tener en cuenta las numerosas aplicaciones de una planta con tantos beneficios como el cáñamo y dejar a un lado acusaciones sin fundamento que siempre han relegado al vegetal a un segundo plano. Este puede ser un buen momento para que África se recupere por sí misma.
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