- El cultivo ecológica de marihuana se encuentra en pleno auge en todo el mundo, lo que puede estar ligado al hecho de que nos encontramos en un periodo de la historia en el que vamos tomando consciencia de la fragilidad de nuestros recursos.
- La agricultura ecológica tiene un futuro muy prometedor de cara a preservar el planeta y a proteger la salud de sus habitantes.
- La clave del éxito en la agricultura biológica radica en la calidad del suelo, y de ahí la importancia de las bacterias de ácido láctico, cuya acción influye directamente y de forma muy positiva en el equilibrio de la vida en el suelo.
Los microorganismos que se encuentran en el suelo juegan un papel fundamental en el transporte, la transformación y la asimilación de los nutrientes orgánicos necesarios para el desarrollo y el equilibrio de la vida en el suelo, y en consecuencia de las plantas de marihuana.
Estos microorganismos incluye bacterias, microbios beneficiosos, hongos, plantas simbióticas y muchos otros organismos vivos.
Se trata de una cadena alimenticia sabiamente organizada que establece una jerarquía que funciona en perfecta armonía. Es una comunidad totalmente autónoma, que alimenta y protege el cultivo de marihuana de forma natural, ya que su presencia en el suelo aporta toda la riqueza requerida.
En este artículo recalcamos la importancia de las bacterias de ácido láctico en el suelo, capaces de mejorar la calidad de las flores de marihuana, aportando fuerza y mejorando la calidad y la intensidad de sus terpenos y sus flavonoides.
¿Qué es una bacteria de ácido láctico?
Las bacterias de ácido láctico contienen microbios que se utilizan para la producción de alimentos fermentados, como productos lácteos (yougures, quesos), verduras fermentadas (chucrut, aceitunas, pepinillos), charcutería (salchichón, jamón), bebidas alcohólicas fermentadas (vino, cerverza, sidra) o incluso pan con masa madre.
Las bacterias de ácido láctico se utilizan también como desinfectante mediante el proceso de lactofermentación. Cuando se añaden a un elemento sólido o líquido con azúcar, las bacterias de ácido láctico consumen y digieren el azúcar, y a posteriori desprenden ácidos lácticos, similares a un metabolito o un subproducto.
Además de ser inocuas para cualquier ser vivo, las bacterias de ácido láctico te aportan beneficios a ti y a tu cultivo de marihuana. Nuestro organismo, en concreto nuestro tubo digestivo, contiene una gran cantidad de bacterias beneficiosas que son necesarias para el equilibrio del hombre.
No es una casualidad que en los últimos años mucho médicos recomienden el uso de complementos alimenticios a base de probióticos para mejorar la actividad gástrica.
Las bacterias de ácido láctico mejoran los procesos de descomposición de los alimentos, y facilitan y aceleran los mecanismos de metabolización, por ejemplo transportar con mayor facilidad los nutrientes al lugar adecuado.
Beneficios de las bacterias de ácido láctico para las plantas de marihuana
Cuando las bacterias de ácido láctico metabolizan los azucares, se crea una sustancia denominado hexanoato, un ácido graso de cadena corta. La buena noticia es que, en nuestro caso, las plantas de marihuana, al sintetizar el hexanoato, producen cannabinoides y terpenos.
Por lo tanto, si el cannabicultor aporta hexanoato, la intensidad y la cantidad de terpenos, flavonoides y cannabinoides se verán incrementadas. Otro de los beneficios de estas bacterias es que facilitan la asimilación de elementos organismos presentes en el suelo.
Además, la acción simbiótica natural de los microorganismos asegura una protección eficaz contra gran número de enfermedades, generadas por distintos tipos de hongos y bacterias nocivas.
Las bacterias de ácido láctico ofrecen la posibilidad de que las plantas de marihuana sean más grandes, más resistentes y tengan una capacidad productiva y una concentración de principios activos más elevadas.
¿Cómo aportar bacterias de ácido láctico al cultivo de marihuana
Las bacterias de ácido láctico necesitan poca cantidad de oxígeno para sobrevivir, y se pueden encontrar a una profundidad máxima de 15 cm. Son microbios anaeróbicos facultativos que son canalizados por el suelo.
Por lo tanto, una forma de enriquecer el suelo es añadir bacterias de ácido láctico directamente en la superficie, aunque es un método que parece que crea controversia en algunos círculos.
Su aplicación es muy sencilla, simplemente hay que añadir lactoserums (BAL) en el agua y pulverizar directamente en la tierra o sobre las plantas. Para organizar y equilibrar la vida del suelo de forma homogénea, lo ideal es aplicar el lactoserum en la fase inicial de cada estadio evolutivo de la planta.
Precauciones durante el uso de las bacterias de ácido láctico
Si estamos agregando bacterias de ácido láctico, es fundamental evitar el uso de biocidas (pesticidas o abonos químicos) que podrían erradicar la población de agentes biológicos beneficiosos, arruinar el trabajo previo realizado, y poner en riesgo el equilibrio del suelo. Además, se potenciaría la aparición y el desarrollo de microorganismos nocivos.
No hay que remover la tierra, ya que las bacterias, al estar en la parte superior del sustrato, podrían desaparecer con el efecto de las rayos UV. Esta es la principal razón por la cual hay que añadir las bacterias de ácido láctico por la noche, o cuando estén apagadas las lámparas del sistema de iluminación.
Preparación de lactoserum casero
Es muy probable que tengas en casa los ingredientes necesarios para la preparación de un lactoserum beneficioso para el equilibrio del suelo.
Ingredientes
- 350 g de arroz.
- 250 ml de agua.
- 1 L de leche, a poder ser biológica ya que la leche industrial pude estar alterada con antibióticos.
Materiales
- Recipientes de cristal con boca ancha.
- Etamina.
- Goma elástica.
- Bolsas de papel.
- Jarra transparente.
Preparación
- A poder ser utilizar agua mineral (sin cloro). En caso de que se utilice agua del grifo, dejarla reposar al aire durante 24 horas para que se evapore el cloro.
- Poner en un recipiente la misma cantidad de agua y de arroz.
- Mezclar bien y filtrar con la etamina en un segundo recipiente. La solución debería tener un aspecto lechoso.
- Colocar el recipiente en una bolsa de papel o envolverlo con un trapo para que no esté expuesto a la luz.
- Colocar el recipiente en un lugar oscuro, con una temperatura moderada.
- Examinar a diario si se depositan residuos en el fondo del recipiente y si la mezcla desprende un olor amargo, en tal caso, el proceso de fermentación se está llevando a cabo correctamente. Normalmente, si la temperatura ambiente está alrededor de 25 a 30ºC, tarda entre 2 y 3 días. Si la temperatura es inferior, el proceso puede durar una semana o más.
- Echar la leche en la jarra.
- Añadir el agua de arroz fermentada, filtrándola con la etamina.
- Tapar la jarra con la etamina, ajustando la parte de arriba con una goma. Hay que asegurarse de que quede bien cerrada, pero dejando que el aire pueda circular.
- Introducir de nuevo la jarra en la bolsa de papel, o envolverla con una tela para evitar que esté expuesta a la luz.
- Colocarlo en un lugar oscuro y fresco.
- Examinar el recipiente a diario hasta que se observen tres capas totalmente diferenciadas. Este proceso puede durar hasta una semana.
- Retirar la capa superior (cuajo) y tirarla.
- El lactoserum es la capa amarillenta que se sitúa en el centro del recipiente. Luego habrá que filtrar con la etamina el suero en un nuevo recipiente limpio para que el lactoserum sea lo más puro y sano. Hay que tener mucho cuidado para no verter ni mezclar los residuos de la última capa depositados en el fondo del recipiente.
- Cerrar el recipiente, pero no herméticamente, para que el gas producido por la fermentación pueda salir.
- Enfriar.
El lactoserum es un "liquido vivo" que contiene bacterias de ácido láctico que son microorganismos vivos. Seguirá evolucionando y produciendo pequeñas burbujas, y desprenderá un olor dulce y amargo.
Si el suero huele mal es señal de que contiene bacterias nocivas. En tal caso, no quedará otro remedio que deshacerse de él. En cuanto al uso del lactoserum, hay que preparar una mezcla con 30 ml de lactoserum en 1 L de agua sin cloro, e introducirla en un pulverizador. Con el suero se pueden preparar hasta 500 L de abono biológico.
En caso de no contar con los medios para mantener el suero en frío, se puede estabilizar añadiendo melaza o azúcar moreno a la preparación. De esta forma las bacterias de ácido láctico podrán alimentarse, hasta que sean pulverizadas sobre las plantas de marihuana.
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