El autocultivo florece en Francia, el país que más cannabis consume de toda Europa

El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías publicó recientemente su informe anual sobre las sustancias más consumidas en el continente, y entre sus conclusiones destaca que el cannabis es una planta muy demandada entre los europeos, puesto que 78,9 millones de personas reconocen haberla consumido.

Francia es el país del continente con más usuarios de cannabis. Concretamente, un 40,9% de los franceses de entre 15 y 64 años ha probado la marihuana, por delante de Dinamarca (con 35,6% de esa población) y España (con un 30,4%) - que queda en tercer lugar del ránking - o Países Bajos (con 25,7%). Mientras tanto, Bulgaria (7,5%), Malta (4,3%) y Rumanía (1,6%) son los países con menos consumidores.

¿Por qué Francia destaca en el consumo de cannabis? Entre otras cosas, porque se encuentra situado en un punto clave para el comercio de la planta. Es la conexión entre los países del Magreb y Europa, lo que favorece que el país tenga alta disponibilidad del producto, según ha explicado François Bek, director del observatorio francés.

Más allá de esto, el país se ha convertido en los últimos años en una tierra de producción, lo que ha favorecido el desarrollo del autocultivo casero. Son muchos los nuevos cultivadores que consideran que consumir de su propia cosecha es mucho más fácil y menos problemático (por cuestiones de calidad del producto) que obtener el cannabis a través de las vías tradicionales de venta. Además, el autocultivo ayuda a frenar el mercado negro y el narcotráfico.

Sin embargo, los nuevos cultivos florecen con bastantes dificultades: la Policía no pone las cosas fáciles y las redes mafiosas que habitualmente se habían encargado de la producción empiezan a actuar en contra de quienes se lanzan a probar suerte por primera vez en el mundillo, al ver cómo su negocio pierde fuerza. No son pocos los que deciden producir sus propias plantas dejando de lado los canales de distribución habituales y, según las estimaciones, el número de cultivadores de cannabis en Francia asciende a 200,000.

Junto con quienes no tenían ninguna relación con el cultivo aparecen también agricultores de oficio que han dejado a un lado las lechugas y los tomates para volcarse en el cuidado de la marihuana. Jean-Pierre es uno de los que ha aprovechado y reorganizado su viejo invernadero, incorporando todas las herramientas necesarias - luces, riegos automáticos, fertilizantes... - para el cuidado del cannabis.

Para evitar redadas y robos, muchos apuestan por cultivar en exterior, en zonas muy verdosas, apartadas, con bosques, y en el corazón de campos de trigo y maíz que protegen las plantas de múltiples amenazas y las mantienen alejadas de las mafias. Solo es necesario encontrar un claro rodeado de arbustos y alejado de los caminos, o incluso árboles donde poder colgar macetas con marihuana para que queden suspendidas entre las ramas, e intentar pasar lo más desapercibido posible cuando haya que cultivar o vigilar las plantas. Después no habrá más problemas que encontrar una forma de controlar el riego y de luchar contra insectos y plagas.

Por otro lado, según el Observatorio Europeo, se ha comprobado que entre los franceses destaca un nuevo tipo de consumo de marihuana más natural, por encima de la resina, debido especialmente a que todo lo "bio" está pisando con fuerza en el país. Esta cuestión también ha favorecido la creación de los huertos de marihuana privados, sanos y naturales.

Este panorama ha proporcionado una buena oportunidad para aquellos usuarios que no se fían de la calidad de la marihuana que compraban de terceros, a menudo fuera de la ley. Piensan que cultivarla por sí mismos siempre será más beneficioso, no se verán obligados a desplazarse grandes distancias ni a encontrar a alguien en quien realmente poder confiar algo tan importante como aquello que consumen.