¿La Agencia Antidroga de Estados Unidos se plantea incluir el cannabis en la lista de drogas legales?

1 de agosto de 2016, esta ha sido la fecha señalada por quienes aseguran que el estatus legal de la marihuana esta muy cerca de dar un giro de 180º en el país. Según estas mismas fuentes, la DEA prevé anunciar en las próximas semanas su decisión de eliminar la marihuana de la Categoría 1 de sustancias controladas, la más restrictiva de las cinco existentes.

Al parecer, la fecha elegida para la comunicación de la decisión ha sido seleccionada para que coincida con los días previos a la elección presidencial estadounidense, esperando motivar así a la base demócrata a votar a la candidata Hillary Clinton.

De producirse finalmente, un movimiento de esta magnitud haría efectiva la legalización de prescripciones médicas de marihuana en todo el territorio estadounidense. Cabe recordar que hasta la fecha, 25 han sido los estados (más Washington DC) que han apostado por reconocer de alguna manera los derechos de los consumidores de marihuana. De ser ciertas las informaciones, se les sumaría los otros 25 restantes que todavía están a la espera de dar el gran paso.

La Categoría 2 de sustancias, a la que hipotéticamente pasaría la marihuana, incluyen otros medicamentos legales comúnmente prescritos como la oxitocina. Mientras, el Acta de Control de Sustancias de 1970 define como Categoría 1 las sustancias con un potencial de abuso elevado y con muy bajo o nulo valor medicinal. En ella también se encuentran el LSD, la heroína o el éxtasis.

Cabe esperar por tanto que, a la vista de los cada vez más numerosos estudios que señalan las ventajas de los tratamientos con marihuana, que si no es ahora en un futuro no muy lejano la Agencia Antidroga estadounidense se plantee modificar el estatus de la planta. Es importante recordar que rebajar la categoría de una sustancia no es algo común por parte de la DEA, de realizarse con la marihuana tan solo sería la sexta vez que lo hace en toda su historia.

No hay que olvidar que la aplicación de las leyes que regulan a la marihuana suponen una fuerte carga económica para esta agencia. Esto, sumado a que alrededor del 75% de los ciudadanos estadounidenses se manifiestan a favor de la legalización de la marihuana para uso médico, hace cuanto menos comprensible que las autoridades al menos se planteen modificar la legislación vigente. Para corroborarlo solo podemos esperar, bien a que llegue la fecha indicada, o bien a que la DEA se pronuncie al respecto.