- El cannabis es una sustancia con más de ochenta cannabinoides, entre ellos el THC y el CBD, que pueden afectar de diferentes formas a nuestro organismo.
- Se sabe que su interacción con nuestro sistema endocannabinoide aumentan la agudeza de los sentidos, pero también genera una percepción diferente del entorno.
- El oído es el menos afectado de los cinco sentidos, aunque la mejora en la concentración puede dar la sensación de un aumento de la capacidad auditiva.
Nuestros sentidos son los que nos permiten percibir qué ocurre a nuestro alrededor. Tradicionalmente, se ha considerado que son cinco, aunque las investigaciones sugieren que, en realidad, pueden ser más. Estos son importantes para nuestra vida diaria, ya que cualquier acción cotidiana, como ver el color de un semáforo, escuchar la llamada de alguien, oler una colonia o saborear una pizza, requiere de al menos uno de ellos.
Sabemos que el cannabis interactúa con nuestro organismo, por lo que también altera los sentidos. Y cuando lo consumimos, muchas veces lo que perseguimos es esa alteración en alguno de ellos. Aquí os explicamos algunos de los efectos que causa la marihuana en nuestros cinco sentidos.
La relación entre tacto y dolor
Cuando sientes dolor, el cuerpo te está avisando de que algo funciona mal. El tacto está muy ligado a esta sensación, ya que la piel que recubre el cuerpo posee receptores de ambos fenómenos. En muchas ocasiones, estos receptores pueden estar asociados.
El cannabis es una ayuda para paliar el dolor generado por la estimulación de estos receptores. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Oxford basado en imágenes cerebrales de resonancia magnética demostró que el THC reducía el dolor de personas que habían sufrido quemaduras. Los investigadores señalaron que, en realidad, la administración de esta sustancia no mejoraba la herida, sino que solo actuaba sobre la percepción del dolor que se genera en el cerebro. Ello puede deberse a las similitudes del THC con la anandamida, un cannabinoide endógeno que actúa sobre los neurotransmisores CB1.
Recientemente, las investigaciones están demostrando que el CBD también puede tener este efecto paliativo, por sus propiedades antinflamatorias. Muchas enfermedades, como determinados casos de acné, generan inflamaciones dolorosas que el CBD puede ayudar a reducir.
Para oler más y mejor
Este sentido también se ve afectado por el consumo de cannabis. Ello es lo que sugieren algunas investigaciones, como la realizada por un equipo de la Universidad de Burdeos. Los investigadores expusieron a un grupo de ratones al aroma de plátanos y aceite de almendras como prueba para evaluar su sensibilidad a los olores. Aquellos que recibieron THC mostraron mucho más interés al olor de los productos y también más apetito.
En una segunda fase se realizó la misma prueba con ratones modificados genéticamente, que no poseían el receptor CB1 en sus bulbos olfativos. Lo curioso fue que, incluso tras recibir el THC, los ratones no mostraron ningún interés por el olor de la comida ni se activó la región del cerebro vinculada con este sentido. Los investigadores concluyeron que el THC agudizaba el sentido del olfato, al crear unas sensaciones similares a las que se sienten cuando se tiene hambre, lo que a su vez se puede vincular con el apetito que causa fumar marihuana.
Visión nocturna
No sabemos si es cierto que los ojos son el espejo del alma, pero sí que es uno de los órganos que mejor demuestran que alguien ha fumado marihuana. Los típicos ojos rojos tienen como causa el efecto del THC, que actúa como vasodilatador, lo que produce una disminución de la presión arterial y una dilatación de los vasos sanguíneos. El resultado es un aumento del flujo sangre en esa zona, que se refleja en el color de los ojos. Al mismo tiempo, las pupilas se dilatan, por lo que puede entrar más luz al sistema visual y generar una percepción más brillante de los colores. Además, este aumento de flujo sanguíneo hace que el cannabis sea una herramienta útil para luchar contra el glaucoma, una enfermedad degenerativa causada por el aumento de la presión dentro del ojo.
Otro efecto positivo es que el cannabis agudiza la visión nocturna. Un estudio de 1991 demostró que unos pescadores jamaicanos eran capaces de desenvolverse con soltura por la noche, sin la ayuda de luz, tras tomar una bebida compuesta por alcohol y cannabis. Posteriormente, una investigación de la Universidad de Granada y la de Tetuán confirmó una situación similar en Marruecos. Al parecer, el motivo es que el cannabis regula los niveles de vitamina A, que, además de mejorar la visión en entornos de poca luz, ayuda a evitar la degeneración macular y la aparición de cataratas.
Un sabor diferente
Consumir marihuana aumenta el apetito. El motivo es que la planta facilita la producción de grelina, también conocida como 'hormona del hambre'. Se produce y libera principalmente en el estómago, y, en menor medida, en el intestino delgado, el páncreas y el cerebro. La grelina es la responsable de esa sensación desagradable que nos indica que tenemos hambre.
Pero además, también altera el sentido del gusto, por lo que, para un consumidor de marihuana, la comida tendrá un sabor especial. El estudio de la Universidad de Burdeos, al que hemos hecho referencia antes, también demostró que el THC agudiza este sentido, por lo que el sabor de lo que comemos y bebemos se percibe más intenso, al igual que los olores. Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que gusto y olfato son sentidos sinérgicos y complementarios, que tienen que actuar en conjunto para que nuestro cerebro reconozca los sabores complejos.
Oír concentrado
En 1976, un estudio intentó aclarar si existía una correlación negativa entre el consumo de marihuana y la calidad de la capacidad auditiva, a través de diversas pruebas audiológicas. La investigación se realizó con 30 sujetos. Una mitad fumó marihuana y la otra una sustancia placebo. Una comparación de las puntuaciones de las pruebas auditivas antes y después del consumo no pudo demostrar ningún cambio significativo en la función auditiva en ninguno de los grupos. El estudio determinó que el consumo de cannabis no afecta en ningún sentido, ni para bien ni para mal.
A pesar de ello, hay personas que afirman que, tras el consumo de cannabis, su sentido del oído es más fino. En realidad, ello no se debe a que mejoren la audición, sino a que algunos compuestos del cannabis, como el CBD, aumentan la capacidad de concentración. Además, el cannabis también influye en el nivel de la dopamina, que es una molécula neurotransmisora que mejora la concentración y permite que las señales viajen adecuadamente por el cerebro.
Con todo esto, podemos afirmar que el consumo de cannabis sí afecta, en mayor o menor medida, a nuestros cinco sentidos. Ver mejor por la noche, no sentir tanto dolor, agudizar el oído o degustar sabores y olores de una forma diferente son algunos de los "superpoderes" que esta planta nos puede aportar. No obstante, recuerda que no eres un superhéroe, así que disfruta de esta planta, pero actúa con cabeza y responsabilidad.
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