- Cómo está afectando el confinamiento a los consumidores de cannabis y a las personas que regentan negocios cannábicos en España.
- ¿Están dispensando marihuana los Clubes Sociales de Cannabis? ¿Pueden los pacientes seguir accediendo a su cannabis medicinal? ¿Se habían aprovisionado los usuarios antes de decretar el Gobierno la prohibición de salir de casa?
- Hablamos con gerentes de CSC, con usuarios de cannabis medicinal, y con consumidores recreativos, para analizar cómo las medidas contra la pandemia del Covid-19 están afectando a los consumidores de cannabis.
El sábado 14 de marzo, el Gobierno de España decretaba el Estado de Alarma en todo el territorio nacional, limitando la movilidad ciudadana, con el fin de frenar los contagios de Covid-19 entre la población. El 15 de marzo se iniciaba un confinamiento que permitía a los ciudadanos salir de su casa solo para aprovisionarse de artículos de primera necesidad, tales como comida, medicamentos o cualquier producto vendido en supermercados, quioscos, farmacias y estancos.
Los bares, bibliotecas, restaurantes, teatros o tiendas ajenas al sector alimenticio bajaban la persiana el domingo 15 de marzo. Los clubes cannábicos, donde los consumidores de cannabis se proveen de cannabinoides, forman parte de esos establecimientos que cerraron de un día para otro, y apenas tuvieron tiempo de avisar a sus asociados del cierre. Hablamos con gerentes de clubes y consumidores de cannabis para saber cómo está afectando el confinamiento a la dispensación de cannabis en tiempos de pandemia.
Cómo conseguir cannabis en España durante el confinamiento del Coronavirus
Dada la falta de regulación en materia cannábica en España, el aprovisionamiento de cannabis por parte del consumidor puede venir de tres fuentes: el autocultivo, los clubes sociales de cannabis o el mercado negro. Repasamos cómo están funcionando estos tres medios para abastecerse de marihuana durante el confinamiento.
Autocultivo: producir tu cannabis por cuenta propia durante el confinamiento
El autocultivo parece ser la manera más segura y fiable de disponer de cannabis durante el confinamiento. El cultivar plantas de cannabis en nuestros espacios privados parece ser la opción más viable, dado que dejamos fuera de juego la dependencia en terceros para llenar nuestra despensa de marihuana. Claro que esta opción es la más resolutiva para seguir teniendo cannabis, siempre y cuando tengamos el cultivo en nuestro propio domicilio.
Véase, por ejemplo, la White Widow XXL Autoflowering en el balcón de un particular en la foto contigua. Tener una pequeña plantación en casa, ya sea en interior (armarios) o exterior (balcones, terrazas y jardines) está siendo la manera más segura para conseguir cannabinoides durante el Estado de Alarma. Si nos encierran en casa, pero nuestras plantas están con nosotros, no hay problema.
El problema del autocultivo en tiempos de confinamiento, se produce cuando no tenemos las plantas de cannabis en nuestra residencia habitual. Quienes cultivan en exterior en áreas poco accesibles del monte, o los que alquilan locales alejados de su domicilio para cultivar allí en interior plantas de cannabis, lo están teniendo complicado también en estas fechas.
En estos casos, el acceso del cultivador a las plantas ha quedado muy limitado durante el confinamiento, fruto de los controles policiales para vigilar la movilidad de los ciudadanos. Quienes tienen cultivos de guerrilla o cultivos compartidos con otras personas en espacios fuera del domicilio habitual están teniendo difícil el acceso a los cultivos.
Clubes Sociales de Cannabis: cerrados por el Coronavirus
La mayor parte de las asociaciones cannábicas cerraron sus establecimientos el sábado 14 de marzo, dado que su actividad no se enmarcaba en las establecidas por el Gobierno como primera necesidad. Ya fuese en Euskadi, Cataluña, Cantabria o Madrid, el Estado de Alarma no ha hecho diferencias entre las comunidades. Da igual dónde vivas, en España los clubes no han reabierto desde entonces, y los asociados han quedado sin opción a acceder al cannabis, mediante el procedimiento de la dispensación al que estaban acostumbrados.
"Nuestros asociados no pudieron abastecerse antes del confinamiento, porque fue todo muy rápido. Tenemos un grupo de WhatsApp de la asociación, y por ahí nos preguntan a ver si abrimos. Pero es que, de hacerlo, nos arriesgamos a unas multas muy fuertes", nos explica una de las personas al frente de la Asociación Cannábica Euskal Herria Green, de Vitoria. En su caso, las personas al frente del club viven a más de 10 kilómetros de la asociación, y es complicado poder desplazarse hasta allí para dispensar a algunos asociados, sin ser interceptados por la policía.
Suponen por ello que los socios están abasteciéndose en el mercado negro, donde el cannabis no sigue los principios de calidad que comparten. "En la asociación somos gente de más de 35 años, y no queríamos obtener cannabis en el mercado negro porque le damos mucha importancia a cultivar orgánico y a consumir un producto de calidad", subraya sobre este punto.
Una de las comunidades con mayor proliferación de clubes en España es Cataluña. En el caso de los catalanes, desde CatFAC, Eric informa de que "se ha paralizado mucho la actividad". "El día 12 anunciamos que las asociaciones afiliadas tenían que parar la actividad, y recomendamos que alargaran la dispensación 24 horas o más desde el aviso, para que los usuarios pudiesen abastecerse para 15 días. El domingo 15 de marzo todas cerraron las puertas. Se estuvo haciendo la semana siguiente atención domiciliaria a personas terapéuticas, pero después del anuncio de parálisis total, se paró la distribución, y ahí comenzaron los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de los trabajadores. Una medida a la que pueden acogerse porque tienen licencia de actividades, y su actividad no figura en el listado de esenciales estipulado por el Gobierno", explica.
"Hemos aprendido la lección: sabemos lo que queremos ser y cómo queremos vernos en una futura situación similar."
Este es el caso de La Kalada, un club que cerró el sábado 14 de marzo, y que ha hecho un ERTE a sus trabajadores. Desde el equipo de gerencia de este club, Rudeteo insiste en que lo más le preocupa es el futuro: "A ver si esta restricción va a durar ma´s de lo que pensamos... Me preocupa que vamos a ser los últimos en abrir porque nos comparan con bares y restaurantes, así que a ver cuándo podemos abrir las puertas, y cómo volvemos".
Desde CatFAC consideran que esta situación excepcional es una buena ocasión para aprender una nueva lección. Así lo explica Eric: "De todo se aprende y ahora sabemos que ante situaciones así, hay que buscar procedimientos alternativos. Los estancos están en un estatus legal porque las tabacaleras han hecho un trabajo muy largo para eso. Por nuestra parte, trabajaremos por que la dispensación de cannabis se considere necesaria para los pacientes, y puedan tener una atención continua, en futuras ocasiones. Son un grupo vulnerable, y si estuviesen establecidos en ese grupo de personas podrían ser atendidos".
"La próxima vez que se dé una situación excepcional tenemos que haber actuado preventivamente, y no limitarnos a reaccionar, como ha sido el caso en esta ocasión. El trabajo teníamos que haberlo hecho antes. Ya hemos aprendido la lección, sabemos lo que queremos ser, y sabemos cómo queremos vernos en una futura situación similar. Así que ahora nos toca trabajar por que se nos reconozca previamente, no cuando la situación ya se ha producido", concluye.
Mercado Negro: una opción más arriesgada en tiempos de confinamiento
La compra de cannabis a personas anónimas que venden marihuana en espacios públicos es la manera de compra más solicitada durante el confinamiento por el cierre de los clubes, que ha dejado a muchos consumidores sin poder retirar marihuana en su establecimiento de confianza. Pero también una de las más arriesgadas, dado que hay más agentes de policía por la calle que habitualmente, y que esos agentes están vigilando que no haya reuniones en las vías públicas. El hecho de tener que reunirse con otro para comprar cannabis, no facilita la tarea.
Está siendo la alternativa más tanteada en tiempos de confinamiento, pero requiere agudizar las habilidades de discreción para poder volver a casa con algunos cogollos o algo de hachís en el bolsillo. Además, es necesario tener el contacto de algún vendedor, porque los espontáneos que merodeaban por la calle a la espera de clientes, se han ausentado de sus puntos de venta habituales. Así comparte una consumidora de Madrid que recalca que "la situación es bastante complicada".
"Dentro del entorno tengo a gente que cultiva, y podría venderme algo, pero como ahora no nos podemos desplazar, es imposible hacerse con algo de cannabis. Podría moverme, sí; pero es arriesgar demasiado: por un lado por expandir el virus, y por otro, por las sanciones a las que te expones al moverte donde no te corresponde", explica esta usuaria. De la misma opinión es otra usuaria de San Sebastián, que acostumbra a retirar cannabis de uno de los clubes de la ciudad, pero la asociación cerró sus puertas el 14 de marzo, sin que hubiese retirado suficiente cantidad para el confinamiento.
"Durante el confinamiento he vuelto a recurrir a la compra a la antigua usanza. Claro que ha sido más complicado que antes. Por un lado que he perdido contacto con quienes venden en el mercado negro, fruto de la comodidad a la que me he acostumbrado de acudir a un club con un horario fijo cuando más me conviene. Y para cuando he encontrado a alguien que podía venderme hachís, yo no podía desplazarme hasta allí por que no tengo autorización para desplazarme. Así que un amigo que sí se mueve para trabajar, ha sido quien ha quedado al lado de donde trabaja con el del hachís, y ha cambiado su ruta a casa para pasar por mi barrio. Hemos hecho el trámite al lado de las basuras, rodeados de parejas de policías", cuenta la de Donostia cómo se ha hecho con 12,5 gramos de hachís a 60 euros, pagados previamente por Bizzum, para evitar que el trueque fuese demasiado evidente.
¿En qué situación han quedado los usuarios de cannabis medicinal durante el confinamiento?
"Habitualmente nos abastecemos porque, tomando mil medidas de seguridad, tenemos un cultivo colectivo para aprovisionar a pacientes. Pero debido al confinamiento, la dispensación se está volviendo imposible. Yo tengo cannabis en mi casa, soy usuaria habitual, pero estoy recibiendo muchas llamadas de padres que necesitan cannabis para mantener la calidad de vida de sus hijos, y abastecerles se está volviendo una pesadilla."
"No solo porque no puedas acercarles el remedio que palie las crisis de una menor con epilepsia, sino porque al no tener cannabis con el que frenar esos ataques, el siguiente paso de los pacientes para curar los achaques es acudir a un hospital, que es el último lugar que un enfermo quiere visitar estos días, fruto de la exposición al contagio de Coronavirus".
Lourdes, del Círculo Cannábico Podemos, atiende nuestra llamada consternada. Está en contacto con decenas de consumidores de cannabis medicinal, y la mayoría se han quedado sin medicina durante el confinamiento. En el Puerto de Santa María, localidad gaditana donde reside, no hay asociaciones cannábicas, de modo que el abastecimiento de los pacientes con los que está en contacto es a través del autocultivo. Un autocultivo que varios usuarios llevan a cabo en un espacio ajeno a sus domicilios, y al que no se están atreviendo a acceder para no violar la normas de movilidad durante el Estado de Alarma.
Ella se define como usuaria, no le gusta la distinción entre medicinales y recreativos, aunque el cannabis sea su máximo aliado para disminuir los agravios de su endometriosis. "Empecé a consumir por la rebeldía de mi juventud, pero vi que cuando la menstruación me dolía tantísimo, me aliviaba fumar un porro. Y ahí empezó la inquietud de que el cannabis me sirviese para más cosas", recuerda sus inicios en el uso de marihuana.
Actualmente trabaja con Unidas Podemos para avanzar en la regulación del cannabis en España, porque, según dice, "hay personas cuya calidad de vida depende del consumo de cannabis", y durante el confinamiento no se ha tenido en cuenta la problema´tica de estos pacientes que han quedado desabastecidos. El día que nos atendió, nos comentó que desde Podemos Cannábico estaban trabajando por presentar una propuesta para que los pacientes pudiesen acceder al cannabis a través de las asociaciones de cannabis durante el confinamiento. Podemos Cannábico y FEDCAD publicaban el comunicado siguiente, un par de días después.
Una opinión similar comparte el Presidente de una Asociación de Cannabis para pacientes de Zaragoza. También preocupado por que los enfermos estén abastecidos en todo momento, él hace hincapié en la necesidad de los pacientes de tener siempre un armario de cannabis de despensa. "Les digo siempre a nuestros pacientes: tenéis que cultivar, hacer vuestros propios aceites, no dejar en nuestras manos vuestra medicina, porque el día de mañana igual no estamos accesibles, o solo las farmacéuticas te pueden abastecer con lo que te cura, pero a precio de oro", afirma rotundo Carlos.
En esta asociación, que reúne a más de 100 asociados, varios voluntarios (médicos y enfermeras entre ellos) orientan habitualmente a los pacientes en sus tratamientos a base de cannabinoides. Pero ahora está cerrada a cal y canto desde el sábado 14 de marzo, y no piensan reabrir hasta que se levante el Estado de Alarma. "Estamos en una calle donde no hay portales, y apenas anda tráfico. Nos interceptarían en seguida", explica el Presidente. En previsión de este cierre, el miércoles anterior al inicio del confinamiento habían contactado a los usuarios para que pudiesen hacer acopio de aceites, el 70% del material dispensado son tinturas y no flores.
Los dispensarios de cannabis en California están abiertos durante el Lock Down
Mientras que en los países donde el cannabis no está regulado, el abastecimiento de marihuana está siendo una pesadilla para los consumidores, en California los usuarios pueden seguir retirando cannabis de los dispensarios, que han sido considerados comercios de primera necesidad. El 19 de marzo en California se cerraron casi todas las empresas por decreto estatal, y se pidió a los residentes el confinamiento en sus casas. Quedaba exentos de estas directrices los "trabajadores esenciales de infraestructuras críticas", que "protegen la salud y el bienestar de todos los californianos". Los dispensarios de cannabis, entre ellos.
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