- El próximo 8 de agosto, los ciudadanos alemanes marcharán para pedir la legalización de la marihuana, en un encuentro que lleva desde 1997 celebrándose en Berlín y que en esta ocasión sirve para apoyar las más recientes iniciativas políticas que se están impulsando en el país. Si tienes entre tus planes un viaje al país germano en esos días, no puedes perderte esta marcha que el año pasado reunió a miles de asistentes. Dinafem también asistirá en esta edición como patrocinador de la misma.
Alemania vuelve a ser testigo de una cita que se ha convertido en habitual: la Hanfparade, una marcha de simpatizantes y activistas que se congregarán el próximo 8 de agosto, entre las 13h y las 22h, para pedir la legalización tanto en el ámbito medicinal como en el recreativo. El año pasado, más de 6.500 personas acudieron a la cita en Berlín, centro administrativo de un país con unas leyes bastante restrictivas en lo que respecta al cannabis. Algunas ciudades, como la propia capital, mantienen prohibiciones estrictas, aunque está permitido que los usuarios lleven hasta 15 gramos de marihuana en el bolsillo.
Este año, la marcha pretende hacer una llamada al uso del cáñamo, con la intención de denunciar los obstáculos burocráticos a los que se enfrentan los agricultores que pretenden cultivarlo. Además, sus organizadores quieren recordar que solo algunos enfermos, y en casos especiales, pueden acceder a los productos de marihuana medicinal. Por eso piden que el cannabis terapéutico y gratuito sea accesible a cualquiera que lo necesite. Durante el encuentro también se hablará sobre política, temas sociales e incluso filosóficos vinculados a la legalización de la marihuana, y se discutirán temáticas como las diferencias entre la ley y la ética en todo lo referente al cannabis.
Los impulsores de este recorrido explican que legalizar la marihuana para uso recreativo podría beneficiar al país desde el punto de vista de los impuestos, y tienen el deseo de ofrecer soluciones y nuevas visiones de futuro para demostrar que existen alternativas a la prohibición del cannabis. Por eso ofrecerán medidas concretas para cambiar la legislación y necesitan la ayuda de todos los simpatizantes para presionar a los políticos en este sentido.
Al final del recorrido tendrá lugar un mitin donde varias personalidades hablarán sobre la regulación. Además, los participantes podrán disfrutar de comida y bebida de cáñamo (sin efectos psicoactivos), así como productos textiles y cosméticos elaborados con la planta. Durante la marcha, que Dinafem vivirá en primera persona como invitado de referencia, se ofrecerá todo tipo de información a los participantes para resolver dudas y explicar la situación general de este sector.
Un partido que apuesta por la legalización
La marcha tendrá lugar en un contexto en el que el Partido Verde alemán lucha por la legalización con especial fuerza desde que hace unos meses, el pasado marzo, impulsara un proyecto de ley para regular la marihuana, descriminalizar a los consumidores adultos y proteger a los menores (un 22.2% de los adolescentes alemanes entre 15 y 16 años son consumidores). Este partido considera que la política de prohibición en el país ha fallado, y asegura que es necesario sacar de su escondite a las personas que se ven obligadas a consumir de forma oculta.
Una de las principales preocupaciones del Partido Verde es que la actual política de prohibición favorece un mercado negro de sustancias adulteradas – con plomo, vidrio y otros productos tóxicos - que generan problemas de salud y ponen en peligro a los consumidores. De no regular este mercado, dice el partido, no se estará protegiendo realmente al ciudadano y los esfuerzos por mitigar los daños estarán siendo en vano.
Por eso propone que, para uso privado, los usuarios puedan comprar marihuana, poseer y transportar 30 gramos de cannabis y tener en casa hasta tres plantas de marihuana. También tienen la intención de despenalizar el consumo entre adultos y reducir la persecución policial y judicial que muchas veces se ejerce contra ellos. Además, creen que establecer un impuesto de 6.7 euros por gramo de cannabis podría generar entre 950 y 1.800 millones de euros al año que irían a parar a las arcas del Estado.
Hace poco más de un mes, el político conservador Joachim Pfeiffer, miembro de Unión Demócrata Cristiana, decidió apoyar la campaña del Partido Verde, reavivando el debate en toda Europa. El político considera que la actual política contra el cannabis ha fracasado porque, a pesar de la prohibición, los usuarios no han disminuido. También ha querido recordar que más de dos millones de alemanes consumen cannabis con regularidad, por lo que esta es la sustancia más popular entre las que Alemania considera ilegales.
Algunos defensores del movimiento cannábico han aplaudido la decisión de Pfeiffer. El activista Georg Wurth ha declarado que la Unión Demócrata Cristiana (partido de la canciller Ángela Merkel) siempre ha construido barreras para obstaculizar el camino de la legalización, por lo que ahora "por primera vez tenemos a alguien del partido hablando públicamente sobre la legalización. Es un gran paso adelante". Podría ser un primer paso para que otros políticos se animen a avanzar en esa misma dirección.
Según Pfeiffer, legalizar el cannabis acabaría con el crimen organizado, aumentaría la conciencia de los efectos negativos para la salud del consumo de tabaco y generaría alrededor de 2.000 millones anuales en ingresos fiscales.
Por su parte, Steffen Geyer, del Museo del Cáñamo de Berlín, opina que ya es hora de hacer legal la marihuana en Alemania y que la planta "debería regirse por las mismas reglas que el tabaco o el vino". Añade que le duele por la gente, por la economía y por la delincuencia organizada que existe a consecuencia de la prohibición. Como respuesta, Marlene Mortler de la Comisión Federal de Drogas del país, ha dicho que Alemania no necesita legalizar más sustancias porque "los alemanes ya tienen suficientes problemas con el alcohol y el tabaco".
Aún queda mucho camino por recorrer hasta la legalización. De hecho, hace un tiempo, el distrito de Friedrichshain-Kreuzberg, en Berlín, pretendía abrir el primer 'coffee shop' legal y, casi dos años después, la idea sigue siendo una simple intención. No obstante, los ejemplos de Estados Unidos y Uruguay siempre se tienen en cuenta, por lo que los activistas alemanes piensan que han retomado la senda hacia la apertura y esperan que afecte también (positivamente) al resto de Europa.
La Hanfparade del próximo mes de agosto será una gran oportunidad para seguir debatiendo y buscar soluciones reales para este cambio que se quiere en Alemania. Todo ello en un encuentro que ofrecerá a sus asistentes música en directo e intervenciones de importantes personalidades del sector, que apoyarán el final de la "desproporcionada" criminalización que sufren los consumidores de cannabis en el país, un país que limita de forma exagerada su libertad a la hora de decidir.
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